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Acerca de las crisis, la trascendencia, el dolor y la resiliencia

La palabra resiliencia viene del término latín resilio que significa “volver atrás, volver de un salto, resaltar, rebotar”. Y se define en la Real Academia Española como la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas. Además ha tenido diferentes definiciones según el campo en el que se utilice. Mi favorita es la definición en Mecánica: “la capacidad de un material elástico para absorber y almacenar energía de deformación”.

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Esta es una opinión

Foto: Pixabay / Kangbch

La definición en Mecánica me encanta. Me recuerda mucho a un ejemplo de algún conferencista que decía que en artes marciales uno nunca debe estar en posición de ataque con las articulaciones cerradas, sino siempre parcialmente dobladas. Si nosotros recibimos un golpe cuando tenemos el cuerpo rígido y las articulaciones trabadas corremos más riesgo de rompernos, si lo recibimos estando flexibles, el golpe causa menos daño. Pareciera ser que la mejor manera de enfrentar los retos de la vida es siendo como hules que rebotan y se doblan.Y es que hay una cosa de la cual podemos estar seguros y es que la vida siempre nos sorprende y nada sale exactamente como lo teníamos planeado.

Siempre he sido una persona meditativa, me encanta cuestionarme todo, buscar profundidad, tratar de entender por qué las cosas suceden y cómo. No sé si todas las personas son así, pero yo no puedo imaginarme de otra manera. Desde niña podía pasar horas acostada en la grama viendo el cielo, preguntándome para qué hay estrellas, porqué los árboles siguen creciendo, y por qué tenemos que morir.

Durante un tiempo traté de callar esa parte de mí, porque no las lograba resolver y las pocas explicaciones que me daban no me hacían sentido. Tuve que desmentir todas las respuestas socialmente aceptadas para empezar desde cero a buscar las mías. Esta crisis, este regalo, esta búsqueda, este buscar hacer las cosas a mi manera, ha sido difícil y a la vez liberador, emocionante y enriquecedor que he escogido en mi vida.

Recuerdo que en una de mis crisis existenciales, me preguntaba cuál era el objetivo de venir a la vida a crear vínculos, si todo en este plano llega eventualmente a un fin. Sabemos que la vida en la tierra es finita y cambiante, pero parece que hubiéramos venido armados de tal manera que buscamos lo opuesto: que la vida sea infinita y nunca cambie nada.

Nos da paz pensar que alguien jamás se va a ir de nuestra vida, que algo nunca va a cambiar y nos asusta tener que hacer cosas que nunca hemos hecho antes. Si lo vemos así, pareciera que venimos al mundo a sufrir. “¿Para qué venimos a la tierra? ¿Para qué amamos? ¿Para qué creamos vínculos? Si al final todo lleva al sufrimiento”, le pregunté una vez a mi maestro Sergio Gomez. “Astrid, el punto no es dejar de sufrir, sino resignificar el sufrimiento.” Claro, hace más sentido, ¿no? ¿Cómo cambiaría nuestra perspectiva de la vida y del dolor si pensamos por un momento que venimos a la tierra a trascender, a aprender y a evolucionar en temas como el amor, la compasión, el desapego, la libertad? También podemos pensar que todo es aleatorio, que Dios no existe y nada tiene sentido, y aún así escoger aprender, mejorar, trascender para ser mejores personas o para sufrir con propósito. Eso depende de cada quién.

Pienso en mi vida y en los saltos cuánticos que he dado a lo largo de ella. En todos los cambios por los que he pasado y en todas las veces que he renacido de las cenizas de mis estructuras derrumbadas como un fénix. No toda la gente lo entiende. Pero si uno lo logra ver, si se permite dejarse de sentir una víctima de un mundo dual o de un Dios que castiga y reprende por ninguna razón más que porque nacimos pecadores, y se atreve a verle el sentido elevado a las crisis por las que pasa, se daría cuenta que son los regalos más grandes que hemos recibido. Las despedidas, las traiciones, los corazones rotos, los despidos, etcétera. Son como gigantes que nos logran incomodar a tal punto que no podemos sino trascenderlos. No podemos quedarnos allí.

La resiliencia es para mí el resultado a largo plazo de una crisis o varias resueltas de una manera positiva. Es como el crecimiento del músculo después de muchos meses de ejercicio de pesas, la capacidad de tocarse la frente en la rodilla después de años de estiramientos diarios o la fuerza y confianza que llega a nosotros después de superar un rompimiento.No importa qué pase en mi vida, nada me puede quitar la experiencia de haberme levantado cuando sentí que no había razón para hacerlo. De haber recogido mis pedazos y haber empezado de nuevo.

La resiliencia nos habla de ser flexibles, pero también nos enseña que los golpes en la vida son nuestros más grandes regalos porque nos recuerdan dos verdades importantes: Que la mayoría de cosas no están en nuestras manos. Y que somos seres de infinitas posibilidades y siempre podemos reinventarnos.

Lo único que está en nuestro poder es la actitud y el significado que vamos a tomar de las crisis. Con respeto por nuestros duelos, tiempos y emociones y con amor propio, podemos levantarnos de cualquier situación mejores y más fuertes, y con eso darle sentido a todos los sucesos de nuestra vida.

 

Astrid Lottmann
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Casi Antropologa, coach de salud, luchadora y amada por la vida. Buscadora insaciable de la verdad y la luz. Emprendedora en el negocio de la comida saludable. La vida es un camino profundo y hermoso para aprender a ser mejores, hacerlo es obligación.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Roberto Sáenz /

    09/04/2018 7:21 PM

    Trascender, aprender, evolucionar, el ave fénix, que interesantes y saludables temas, la felicito, cada uno de estos conceptos está dentro de nosotros mismos, tenemos la capacidad de hacerlos fluir y explotarlos para mejorar nuestras situaciones de vida, siempre es refrescante y necesario que personas que les apasionen estos temas nos lo hagan ver o recordar, sí, venimos a este mundo para disfrutar cada minuto y segundo que se nos regala. Mi única pregunta sería ¿Que es la verdad o cual verdad?

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Glenda Lee /

    09/04/2018 5:22 PM

    muy atinado Astrid, gracias!!!

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Astrid /

    09/04/2018 12:13 PM

    Genial TU articulo tocaya!

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Norma V. Mansilla Q. /

    09/04/2018 10:45 AM

    Estoy de acuerdo con el hecho de ser resilientes, siempre y cuando el "rebote" según la aplicación científica en relación a la mecánica, y aplicación a nosotros mismos, sea para mejor. Nunca, volverse "cuerudos" porque sencillamente ahora es casi moda, hacer uso de la resiliencia. Gracias por leer.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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