Cuando la esperanza de un país se reduce a una persona

Y es que aquí ya nada extraña; ya nada sorprende. Ya nada importa.

Las mafias, esas en las que confluyen la gran patronal, los políticos tradicionales, narcotraficantes, jueces, líderes religiosos y oficiales de alto rango -entre otros-, lograron desarticular de manera eficiente la lucha contra la impunidad. Poco a poco han vuelto a normalizar las prácticas oscuras que garantizan su poder, solo que ahora se muestran más descarados y, sin ningún reparo, manifiestan abiertamente sus perversas intenciones.

A la salida de la CICIG le siguió un proceso electoral viciado, en el que se impidió la participación a dos candidatas presidenciales con posibilidades reales de ganar, pero a la vez se permitió que corrieran para el Congreso personajes siniestros, perseguidos y cuestionados por la justicia, y que ahora empiezan a hacer nuevamente de las suyas.

Por su lado, el Ministerio Público ha contribuido al fortalecimiento de la impunidad al limitarse a actuar de manera “vigilante” cuando ha convenido en casos relevantes, pero también se ha prestado a retardar maliciosamente ciertos procesos.

En ese contexto, no causa asombro que el sistema de justicia beneficiara con medidas sustitutivas estratégicas en tiempo a personajes como Sandra Torres y Gustavo Alejos, actores políticos que mueven influencias y son capaces de todo, incluso contribuir a fortalecer las alianzas entre estas mafias y el nuevo gobierno, con tal de salvar su pellejo.

[Leé: Cómo el reo Gustavo Alejos organizó reuniones para influir en la elección de las cortes, por Jody García]

Torres se convirtió en pieza clave para que el oficialismo lograra hacerse de la Presidencia en el Congreso. Fue capaz de darle la espalda al partido que le arrebató a su exesposo, con tal de permitirle al presidente Alejandro Giammattei contar con el apoyo legislativo necesario para impulsar sus iniciativas. Obviamente, este favor no va a ser de gratis.

Alejos, mientras tanto, se afanaba en negociar desde su “lecho de enfermo” con magistrados, políticos, exrectores y diputados, la integración de la nueva Corte Suprema de Justicia. Es quizás la única manera que concibe para salir de la cárcel, en la que tiene ya tantos ingresos y procesos abiertos como cualquier pandillero reincidente.

Pero esto, sin duda, no lo hace solo. Su red se extiende a congresistas que integran la actual Junta Directiva del Congreso y a bancadas como VAMOS, TODOS, FCN Nación, VIVA, UCN y una buena parte de diputados de la UNE. No sería de extrañar, entonces, que surgieran pronto nexos entre él y gente del nuevo Ejecutivo.

[Leé: Los audios secretos de la UNE: Golpes, traiciones y confesiones, por Javier Estrada Tobar]

Todo sería más fácil para las mafias, si no existiera una persona como Juan Francisco Sandoval al frente de la Fiscalía Especial contra la Impunidad. Este valiente fiscal, aun cuando se ha quedado prácticamente solo, está enfrentando a grupos poderosos y peligrosos, sin el apoyo incluso de la propia Jefa del Ministerio Público.

Después de los últimos acontecimientos y revelaciones en torno a la manera fraudulenta en la que se quiere integrar la nueva Corte Suprema de Justicia, la vida del fiscal Sandoval está particularmente en riesgo. Al correr peligro su integridad física, también lo hace la última pisca de esperanza que nos va quedando para hacer de Guatemala un mejor país.

Cualquier atentado en su contra confirmaría la ya bastante obvia complicidad del recién estrenado gobierno de Giammattei con esta gente oscura, esa misma que el valiente fiscal está poniendo en evidencia. Ya el presidente menospreció los intentos de asesinato contra Sandoval y sus colegas, por lo cual no se perciben garantías reales a su favor, ante el trabajo de investigación que está realizando.

Tras lo revelado, el CACIF urgió a sus operadores en el Congreso a concluir cuanto antes el proceso de selección de magistrados. Evidentemente, le interesa que el fraude se consume en las próximas horas y nombren a sus ungidos, de manera que se le garantice la continuidad del saqueo del Estado.

Sin embargo, lo descubierto por la FECI en el hospital en donde se refugiaba y sesionaba Alejos, la clara vinculación que existe entre éste y Sandra Torres, más otros asuntos que irán saliendo a luz pública a partir de este nuevo caso, dejarán evidencias, por demás contundentes, de la podredumbre del sistema.

En poder del Ministerio Público existen fotos, videos y testimonios que demuestran los vínculos de distintos actores políticos con narcotraficantes, personalidades que guardan actualmente prisión en el Mariscal Zavala y otros individuos perseguidos por casos de corrupción.

En tanto todo sale a luz, la gravedad de este nuevo escándalo debería ser motivo suficiente para revisar todo lo actuado por las comisiones de postulación e iniciar nuevamente el proceso, aplicando mecanismos más eficientes de fiscalización y transparencia.

Una sola persona está logrando todo esto. El fiscal Sandoval es una polilla solitaria, comiéndole las patas al enorme trinchante en donde los políticos y empresarios esconden sus secretos más siniestros.

Está haciendo temblar a los más poderosos, que tienen a su favor una sociedad inmune a los escándalos. Y por eso lo respaldamos, y nos preocupamos por su vida, porque en estos momentos él representa, para la lucha contra la impunidad, nuestra única esperanza.