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El deterioro del ambiente y cómo la contaminación del aire y el agua podrían hacernos más vulnerables a COVID-19

Es lógico que los titulares sobre COVID-19 se enfoquen en temas de salud y economía, pero nuestro entorno sigue siendo fundamental en la propagación del virus. Si bien algunos aspectos del medio ambiente están cambiando para bien, la mala calidad ambiental representa un factor de riesgo para la población expuesta a la pandemia.

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Esta es una opinión

Una pareja circula por el Centro Histórico el primer día de la cuarentena obligatoria en Guatemala.

Fotos: Carlos Sebastián

La pandemia del COVID-19 ha puesto en tela de juicio la capacidad de muchos países de responder a una emergencia de salud sin precedentes. Con ya cerca de 2 millones de contagios y más de 100,000 muertes a nivel mundial, el fin de esta emergencia aún está lejos de ser. Como es lógico, la mayoría de noticias cubren los ámbitos de salud pública y economía, pero el tema ambiental no debe quedarse atrás. Al fin de cuentas, nuestro entorno dicta de manera directa o indirecta como este virus puede seguir ocasionando daños.

Quise escribir este texto a manera de compilar información importante relacionada a aspectos ambientales, esos temas de los que no se habla mucho. A medida que la sociedad responde a la pandemia, muchos cambios han sido favorables; sin embargo, también existen cambios no tan favorables que pueden seguir impactando nuestra salud y bienestar en general.

El aire, la contaminación en Guatemala y el riesgo ante el COVID-19

Tal vez el aspecto de mayor importancia es cómo los niveles de contaminación del aire han cambiado en los últimos meses. Observaciones recientes de la NASA han indicado que, en algunas de las ciudades con alta contaminación del aire, esta ha disminuido hasta en un 30%. Es algo bueno desde el punto de vista ambiental y también, de alguna forma, para darle un gran respiro a las grandes metrópolis. Esto ha sido el resultado directo de la reducción de actividad humana y el establecimiento de cuarentenas, al menos en los países en donde sí se ha respetado en mayor proporción.

Además, por primera vez en muchos años nos pudimos dar cuenta que como sociedad sí se puede contribuir a la buena calidad atmosférica. Es importante enmarcar que estos cambios significativos no indican que esta calidad de aire se mantendrá de manera indefinida. Sin embargo, tal vez la atmósfera no necesita que como sociedad lleguemos a estos extremos de encierro total, pero sí que al menos comprendamos que cambios mínimos a nuestras actividades puede ser muy favorables a largo plazo.

En específico para la Ciudad de Guatemala y basado en monitoreos de calidad del aire, los cambios aún no han sido muy drásticos. Por ejemplo, la concentración de PM 2.5, uno de los parámetros más importantes en calidad del aire ha fluctuado entre 50 y 200 μg/m3 en periodos de 24 horas, según mediciones de Ecoquimsa.

Para ponernos en contexto:

Niveles entre 0-50 son considerados buenos.
Entre 51-100 son moderados.
Entre 101-150 son peligrosos para grupos sensibles (personas con problemas respiratorios).
Entre 151-200 son peligrosos.
Por encima de 200 pueden ser considerados altamente peligrosos.

Esto quiere decir que, incluso con el establecimiento de cuarentenas, disminución de transporte público, etc. los niveles de calidad del aire aún alcanzan valores no ideales y que pueden traer consigo un riesgo en cuanto a contagio y síntomas de COVID-19.

 

 

En el contexto de salud pública, la contaminación atmosférica tiene efectos crónicos en el sistema respiratorio de personas expuestas, y recordemos que COVID-19 ejerce sus efectos en el sistema respiratorio también. Entonces, ¿qué podemos esperar de personas que sufren de problemas respiratorios, viven en áreas con mala calidad de aire, y lamentablemente han sido contagiados con el virus? Simple, la probabilidad de fatalidad es mayor.

Un reciente estudio por la Universidad de Harvard encontró que tan solo un minúsculo incremento en la concentración de partículas contaminantes en el aire, conlleva a un incremento de aproximadamente 15% en la tasa de mortalidad de personas infectadas. Estas observaciones colocan a los habitantes de mega-ciudades y sistemas urbanos con más riesgo de sufrir complicaciones en síntomas ocasionados por COVID-19.

Ahora más que nunca la calidad del aire juega un papel fundamental para la salud pública, y es casi seguro que áreas con mala calidad atmosférica y en donde ya existen casos de COVID-19, tendrán mayor riesgo de complicaciones y de más propagación del virus. En este caso, lo único que se puede hacer es seguir las indicaciones de confinamiento y reducir la actividad en las calles. Es decir, quedarse en casa en la medida de lo posible.

El virus y el problema del tratamiento deficiente de las aguas residuales

A este punto no se sabe a ciencia cierta qué impactos pueden emerger de la presencia del virus en aguas superficiales, subterráneas y de uso doméstico. La buena noticia es que el Centro de Prevención de Enfermedades de USA (CDC, por sus siglas en inglés) ha comunicado que el COVID-19 no se ha detectado en agua potable y que actividades básicas de desinfección serían suficientes para remover el potencial de infección.

De manera similar, aun no existe evidencia concreta sobre el potencial de contagio por contacto con el agua, pero es importante no ignorar estos aspectos ya que no sabemos cuánto tiempo puede estar el virus en cuerpos de agua y cuán probable sea una infección para personas que continúan utilizando estos recursos para uso doméstico o recreativo.

Hace unos días se empezó a registrar la presencia de partículas víricas en aguas residuales. De hecho, las plantas de tratamiento de aguas residuales han sido quienes han puesto más interés en la posibilidad de COVID-19 a propagarse en el ambiente. Esto depende mucho del tipo de tratamiento con el que estas plantas hacen su trabajo. Lamentablemente, en países en desarrollo, las plantas de tratamiento de aguas aún tienen un déficit muy pronunciado de eficiencia, aumentando así la probabilidad de que partículas víricas puedan mantenerse activas en efluentes residuales.

Mentiría si dijera que sabemos de forma exacta el comportamiento del virus en sistemas acuáticos. La realidad es que se sabe de poco o nada. Pero algo que sí se sabe con exactitud es que los virus, incluidos COVID-19, no se replican en el ambiente. Estos necesitan un huésped, del cual pueden tomar ventaja para replicarse. Según un estudio de la Universidad de Arizona, las partículas víricas podrían hacer la transición del ambiente acuático a un huésped (animal o persona), pero para esto necesitaría retener su efectividad y encontrar material para usarlo como superficie. ¿Es esto posible? Absolutamente.

 

Río Trincheras en Los Amates Izabal contaminado por el proyecto minero Montufar II de Solway, 8 de mayo de 2019. Foto: Nelton Rivera

Río Trincheras en Los Amates Izabal contaminado por el proyecto minero Montufar II de Solway, 8 de mayo de 2019. Foto: Nelton Rivera

COVID-19 toma ventaja de los desechos tales como materia fecal en aguas residuales. ¿Recuerdan que algunos medios reportaban diarrea como uno de los síntomas y, hasta cierto punto, una de las vías de transmisión del virus? Pues bueno, se ha visto que las partículas víricas pueden mantenerse activas en heces, y cuando personas infectadas le jalan al baño… prácticamente estamos hablando de que el virus ha entrado al ciclo del agua urbano y ahora solo depende de un tratamiento eficaz para que no llegue a cuerpos de agua utilizados por la población. Las palabras importantes en este caso son “tratamiento eficaz”.

Guatemala no está ni cerca de ser un modelo en tratamientos de agua residuales. Si bien un ex-ministro de ambiente decía que habían alrededor de 500 plantas de tratamiento en el país, es importante aclarar que lo importante no es la cantidad si no la calidad del tratamiento. Si la calidad de agua que resulta como efluente residual es mala, su introducción al ambiente acuático solo será para empeorarlo.

Si tomamos las observaciones hechas por la Universidad de Arizona y las aplicamos a los sistemas de tratamiento de aguas en Guatemala, la probabilidad de encontrar partículas de COVID-19 en diferentes fuentes de agua sería una realidad casi inevitable.

La transición del virus desde materia fecal hacia el agua y luego a la población es mucho menos probable que un contacto directo con personas y superficies infectadas, y a través de partículas en el aire, pero esto no quiere decir que no pueda pasar. Como mencionaba antes, los virus en el ambiente tienen dos opciones: o encuentran un huésped para replicarse o irán desapareciendo por procesos naturales.

La buena nueva es que, a menos que exista una cantidad significativa de partículas víricas en agua para uso de la población, el riesgo de contagio sería muy bajo.

El mundo como lo conocíamos no será más; muchas cosas han cambiado y seguirán cambiando. Después de meses de preocupación respecto a cómo la humanidad está enfrentando el virus, estamos empezamos a darnos cuenta que muchos aspectos de nuestra vida cotidiana tienen implicaciones a gran escala.

Por el momento y dadas las condiciones que estamos enfrentando, sólo es importante recordar que el virus está ahí afuera y que muchos aspectos del medio ambiente impactan el comportamiento del virus haciéndolo más potente en donde la calidad ambiental no es buena. A medida que más investigaciones, estudios e información se genere iremos entendiendo mejor a COVID-19. Nos queda seguir siendo precavidos. De cada uno de nosotros depende hacer un entorno seguro, un ambiente en donde el virus no pueda ejercer su potencial. Al final, como ya estamos viendo, unos pequeños cambios en nuestras actividades están siendo un gran respiro para el planeta.

Links:

Universidad de Harvard, COVID-19

Ecoquimsa 

Universidad de Arizona.

Marco E. Franco
/

Científico. Especializado en toxicología ambiental y molecular. Utilizando la ciencia para entender el daño que le hacemos al mundo. Afortunado por tener la curiosidad de un niño y motivado por las ganas de aprender. Fanático de pensamientos lógico-analíticos, y de experimentar en el laboratorio y la cocina.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Erick Lionel Avila /

    22/04/2020 8:59 PM

    Me parece muy importante poder conocer del tratamiento al tema ambiental y me interesaría poder tener tu correo electrónico para involucrarte en la solución de un problema en el sector de Mixco en el cual vivo, y que no e encontrado eco para poder mejorar. Si me pudieras escribir.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

      Marco Franco /

      24/04/2020 1:51 PM

      Erick, gracias por tu comentario. Podes encontrarme en Facebook como Marco E. Franco o en Twitter como @MEFranco91.

      ¡Ay no!

      ¡Nítido!

    Su Excelencia /

    18/04/2020 10:38 AM

    pvt@ mano! se ve que no tenes nada que hacer, Nomada debería cobrarte por el abusivo uso de espacio, y lo peor que solo muladas.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    CARLOS PEREZ GONZALEZ /

    18/04/2020 10:15 AM

    LA DESINFORMACION MATA, LA COMUNICACIÓN SALVA VIDAS… Asi título un artículo que escribió el Dr. MATIAS PONCE, el 15/04/2020 en NOMADA.

    Él dice: Llegó la hora de una comunicación empática y humana. Las cifras sobre la crisis son importantes, pero también un estricto cuidado de la construcción de los mensajes que se brindan ante una emergencia. Es tiempo de acompañar las emociones y el sentir ciudadano en un fino equilibrio entre la institucionalidad y un lenguaje comprendido por la mayoría.

    Una comunicación abierta no es la solución a la pandemia, pero sí una vía para que las duras situaciones pre-existentes en que muchos ciudadanos puedan estar, no se agraven aún más. La exigencia desde la academia, el periodismo y las organizaciones de sociedad civil trabajando en red, permite combatir las tentaciones autoritarias de monopolizar la información. La desinformación mata, la comunicación abierta, clara y transparente salva vidas.

    ESTA ES UNA NOTICIA QUE MUCHOS PERIODICOS HAN PUBLICADO… INCLUYENDO EL NEW YORK TIME.


    Pastor que desafió la distancia social muere después de contraer Covid-19…

    Estados Unidos… El pastor llenó su iglesia desafiando la cuarentena. "Soy un predicador, hablo con Dios". El pastor evangélico de Richmond, capital del estado de Virginia, en Estados Unidos, Gerald O. Glenn, se jactaba de su estatus casi divino y consideraba que su servicio "esencial" estaba más allá de la pandemia de coronavirus.
    Por ello, el pasado 22 de marzo, cuando llenó de feligreses su templo, a pesar de que la reglamentación estatal recomendaba que las reuniones no sobrepasaran las 10 personas, dijo que él iba a seguir predicando "a menos que esté en la cárcel o en el hospital".

    "Creo firmemente que Dios es más grande que este temido virus", dijo también el pastor en el mencionado servicio. Pues bien, como un macabro chiste del destino, el pasado domingo, la misma iglesia en la que él predicaba anunció que el religioso había muerto a causa del coronavirus.

    El pastor Glenn había reunido a su congregación de la Iglesia Evangélica New Deliverance de Richmond aquel 22 de marzo. Orgulloso de su convocatoria pese a los protocolos de aislamiento vigentes, les había pedido a sus fieles que se pusieran de pie para demostrar cuánta gente había acudido a escuchar su palabra.
    Allí pronunció sus palabras sobre la grandeza de Dios en comparación con el virus que produce el Covid-19, y también señaló que en su iglesia había "gente sana".

    Desafío y desenlace fatal
    Luego fue todavía más desafiante y aseguró que mantendría su iglesia abierta "a menos que esté en la cárcel o en el hospital", según consigna la señal norteamericana WTVR.

    Pocos días después de ese abierto desafío a las normas para prevenir la expansión del virus en el estado de Virginia, "con un corazón extremadamente triste y pesado", la iglesia evangelista señaló que el pastor había fallecido luego de una semana de haber sido diagnosticado con Covid-19.

    La esposa del pastor, Marcietia Glenn, también se encuentra enferma con la misma dolencia, y los miembros de la iglesia ofrecen oraciones por ella.

    Ahora, la joven está insistiendo para que todos se queden en sus casas. "Se vuelve muy real para uno", señaló luego de conocer el diagnóstico de sus padres. “Solo le ruego a la gente que comprenda la magnitud y la gravedad de esto, porque no se trata solo de nosotros, sino de todos los que nos rodean", concluyó la hija del fenecido pastor”.

    “Pastor de Miami rechaza las advertencias por el coronavirus”


    El pastor de una megaiglesia del sur de la Florida le advirtió a sus feligreses el domingo que los temores a exponerse al COVID-19 son “espíritus demoníacos”, y le pidió al público que acudiera al servicio religioso y no le prestara atención a las autoridades de salud que aconsejan evitar los espacios con muchedumbre.

    “¿Ustedes creen que Dios traería a su gente a su casa para que se contagien con el virus? Por supuesto que no”, dijo el pastor Guillermo Maldonado, que se hace llamar “apóstol” en el servicio del domingo por la mañana en el Ministerio Internacional del Rey Jesús en Kendall.

    “Casi siempre este servicio está repleto. Pero ahora los fieles están en una caverna por temor al virus, que ustedes quieren transmitir el virus”, dijo Maldonado a un salón que se encontraba medio vacío, con algunos feligreses dejando sillas entre ellos. “Si morimos, morimos por Cristo. Si vivimos, vivimos por Cristo, entonces, ¿qué tenemos que perder?”.

    En el servicio del domingo, otros pastores de la iglesia de Maldonado le dijeron a los seguidores que ahora era el momento más importante para hacer donaciones de dinero a la iglesia para la “protección en los días venideros”, en medio de pronósticos económicos que podrían estar llenos de dificultad.

    “Ahora no es el momento de quedarse con el dinero de las donaciones, sino de entregar el dinero, de lo contrario dentro de unos días o semanas, ustedes no tendrán nada”, dijo el pastor Frank Hechevarría. “Su economía no es la economía del mundo. Ustedes pertenecen a una economía más alta, y esa economía es la del Reino de Dios”. El pastor Guillermo Maldonado fue condecorado por el Congreso de Honduras, recientemente.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

      Ronaldo Carias /

      18/04/2020 10:36 AM

      Paga espacio vos burro, o al menos escribí buenas cosas.

      ¡Ay no!

      ¡Nítido!



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