Gabriela Bolten describe a Guatemala con rap. Sus temas no pasan desapercibidos porque hablan del aquelarre y de las misas negras que hoy sostienen gobernantes. Como contrapunto, también expresa el deseo de empezar ya el cómputo de mil años de honradez, igualdad y justicia. Se entiende entonces el porqué de su queja, su hastío, su rabia y su insatisfacción profunda. A sus 22 años, día a día ella gana espacio en la escena del hip hop de Guatemala. Pese incluso a detractores, que suelen ser los puristas que no aceptan ninguna fusión y desconfían del rapero que cante. Y no descartaría que incluso por ser mujer. Aún con ello, sin lugar a dudas, Gabriela Bolten es la joven sensación del rap femenino nacional, que ahora hace su debut discográfico con el EP Luchha, que presentó este sábado 1 de septiembre, en Casa Celeste (zona 1).
Bolten apunta en la contracarátula interior del disco: “Este proyecto surgió tras la necesidad de plasmar a través del rap, la convicción para transformar la realidad con herramientas artísticas de los más lastimados y lastimadas por malos gobiernos al servicio de capitales transnacionales, machistas y discriminatorios; convicción inevitable pues el arte es una herramienta cultural que permite luchar por nuestros derechos o, al menos, funciona para crear pensamientos revolucionarios en la conciencia colectiva”. En efecto, todo el disco sigue esa convicción.
Como antecedente hay que decir que el punto de quiebre en su vida artística (ya antes cantaba) ocurrió con las manifestaciones multitudinarias de la ciudadanía ocurridas durante el 2015 por la corrupción e iniquidades de los gobernantes. Se dio cuenta que ya no podía seguir contemplando las nubes, el agua, las estrellas y el viento, y que necesitaba expresar y participar como ciudadana y como mujer con su mensaje. Escribió entonces algo parecido a bofetadas como La rabia, Tira lanzas y fue más fuerte después en Por las niñas (dedicadas a las 56 niñas muertas el año pasado en el Hogar Seguro Virgen de la Asunción).
Desde el año pasado fraguó esta placa. Y así nace Luchha que inicia con una proclama pública y donde llama a la paz, a la unidad, al amor, a la diversión. Ahora está más serena y madura. “Este es un llamado para que la lucha se haga con hh, con hip hop”, dice. Ahora bien, los beats comienzan con Gabrielita, “aprende a tener callada la boquita me dijeron las monjitas/ Lo que no saben es que mi rebeldía es inherente/ y eso nadie me lo quita”. Esta es una tonada sobre la inconformidad al sistema y a la denuncia social, que arropa en forma delicada con armonías sofisticadas, ornamentada con una voz soul.
Le sigue El llanto es protesta, reflexiona en las lágrimas que al final curan el alma y hacen fuerte al que las manifiesta, “es la forma más sublime de sacar todo lo que me deprime” dice. También: “Quiero llorar, reír y hacer revolución”. Esta es una letra compasiva y alentadora acompañada de un beat más marcado y ornamentado de nuevo con voz soul. Canción de amor, con acercamiento elegante en los acordes y donde canta y rapea por partes iguales. “Yo te quiero como sea/ sin rencores/ con quimeras/ sin una co-dependencia/ esto es amor de una rapera”. Lo curioso de la canción es que muestra esa parte dulce y vulnerable de todo corazón humano.
Cuando se pone atención a Lucha latina, Bolten vuelve a la carga con su mensaje de reflexión pero esta vez apoyada por una rítmica latina y caribeña con beats sincopados hechos por el productor de 19 años, Luisengar (España). Además que hace un llamado latinoamericano para pedir que se pare la explotación campesina, de los recursos naturales, hace que caigamos en cuenta que pasamos de la nada a la más absoluta miseria. Cita fragmentos del discurso del Che Guevara de 1962, que en el tema termina diciendo: “(Hay que tener) Un espíritu de sacrificio no solamente para las jornadas heroicas, sino para todo momento. Sacrificarse para ayudar al compañero en sus pequeñas tareas, para que cumpla su trabajo y haga sus deberes en el estudio”.
El disco continúa con Pimpinela, track donde Bolten donde usa la metáfora de la planta de bordes dentados, espigas apretadas y tallos rojizos para hablar de la migración y de la extracción. Y cierra la producción con Los valores del hip hop, que inicia con un coro y piano que le dan pie al boom bap. Esta es quizá la piezas más sencilla del disco en cuanto a mensaje e instrumentación se refiere, que al final apela a que, “los valores están en tu corazón”, a la amistad, a la búsqueda de felicidad y revolución.
A lo largo del disco uno descubre que Gabriela Bolten posee una voz suave, melódica, con estilo y que arriesga en los tonos altos, y cuando rapea tiene el flow justo. En cada beat es franca y espontánea con carácter. A ratos, por cierto, lo hace a gran velocidad.
En este proyecto Bolten contó con el apoyo de varios deejays y productores como Omne (El Salvador), Juliano Huertas (Francia), Luisengar (España, chico de 19 años), MK1 (Brasil), y luego también de MC como Maru, Suina, Plenno y Big Mama.
Lo que encontramos acá es un disco directo, con señales vitales pero sin estridencias y sin extremas complicaciones. Por ratos se apoya en melodías y trucos más pop, aunque para tranquilidad de los puristas siempre esta apalancado por esos beats eclécticos de diseño que tan bien le sientan al material. Este disco debut es gratificante y una recomendable sorpresa de una chica que oxigena la escena que seguro camina pronto a una considerable solidez.
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