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“Un alma libre es un alma que suelta. Hay que aprender a soltar”

La cantautora costarricense, radicada en Guatemala, Maf é Tula lanza su cuarta producción discográfica en estudio: "Alza el vuelo". La libertad, el desapego, la lucha y la aventura desde su visión femenina, aquí están presentes.

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Esta es una opinión

Foto: Maf é Tula

Maf é Tula (María Fernanda Sáenz), es una cantautora que vive con un pie en Guatemala y el otro en su país de origen Costa Rica. Lleva más de diez años viajando con su música. Esta trotamundos lanza ahora su cuarta producción discográfica, "Alza el vuelo", acompañada de cuatro músicos costarricenses. Por cierto, en noviembre pasado terminó su gira de promoción por Europa.

La producción entrega nueve canciones escritas y compuestas por Maf é Tula. A lo largo de su carrera ha experimentado con el swing, jazz, cumbia, sonidos latinos incluso ritmos gitanos. Pero en este disco parece quedarse más con los ritmos y sonidos suramericanos, tribales. No deja de evocar por supuesto el blues, lo latino y el bolero. La temática de las canciones discurre por la vida, el corazón, la ilusión, el amor y la libertad. Además, hay que decirlo y se evidencia en sus letras, no parece ser una compositora urbana, sino más bien de inspiración bucólica.

El disco abre con "Paso por el fuego", de vocación ancestral y ritmo tribal, donde se escucha un juego de voces (participan un coro de cuatro voces femeninas). Va de tiempo lento a tiempo medio en términos acústicos. Una canción que habla de cuando el cuerpo y el espíritu piden más, se cree que hay un límite, cuestionan y no queda otra que “pasar por el fuego”. En una parte se escucha esa mezcla de declamación y canto, canto incluso tribal. Acá, ya deja en claro los caminos que pisará el álbum.

Otra canción incluida es "Alza el vuelo". Evoca la música andina y quizá hasta sus campos y montañas. Siempre en términos acústicos habla de la fuerza de un loco corazón que, “como un caballo desbocado, galopando a toda aprisa...(...)Se va, se va a donde quiere ir”. Una de las mejores canciones de la placa sea por la fuerza del ritmo e instrumentación como por la voz tan expresiva mostrada con delicadeza o con intensidad según se requiera.

"Tengo todo" en cambio, revela algo de blues. Esta canción hace referencia a lo que se tiene en la vida en forma gratuita. “Tengo miedo, tengo circunstancias, también ansias, tengo todo y hasta más, tengo todo y no tengo nada porque al final del viaje no me llevo nada” canta. Acá hay líneas donde voz y guitarra suenan al unísono para crear y ofrecer un timbre nuevo en la placa. El solo por cierto proviene de guitarra acústica, aunque hubiese sido oportuna la guitarra eléctrica.

"Su casa" es una canción tierna. Parece un tema de salsa romántica. Congas y ritmo ondulante. Se lo dedica al amor que ha vuelto a despertarse en el corazón, corazón que se ofrece como su casa (que es a la que se refiere el título). Le pide a él que se quede, que la va a pintar de los colores que desea, que quiere despertar cada mañana en su compañía. Y en este tono romántico también incluye, "Piel morena". “Piel morena, trazos suaves/ donde gozo mi humilde voz con seducirte/ (...)Acaricio tus cabellos de esos que me hacen cantar/ Abrazada a tu cintura, tocándote con dulzura/ De tu alma nacen notas para mí cantar. Piel morena contigo me desvelo hasta que salga el sol”. Este es un bello bolero. Canta muy inspirada, pero también muy relajada y suelta. Lo más simpático es que la canción, “es dedicada para el amor de mis amores: mi guitarra”.

De las dos últimas canciones "La hoja en el viento, es más rítmica", quiza shuffle y más urbana. Acá scatea ligeramente. Se le escucha una voz más arriesgada que juega con tonos. Es una canción que apela al deseo de actuar con libertad sin apegos. Y cierra el disco con "Alma libre", que canta de nuevo con rítmica más marcada, acústica y aire suramericano. “Un alma libre es un alma que suelta. Hay que aprender a soltar” canta. En realidad se refiere al desapego.

Uno puede concluir, después de escuchar todo el disco, que no es una grabación con altos estándares de calidad sonora y que los arreglos por ratos no ayudan a enriquecer las historias, pero en cambio uno descubre a una cantante que interpreta con expresividad y autenticidad. De su voz ondulante, viva y experimentada, sale un vibrato atractivo. Puede ser directa o raspada, pero siempre emotiva. Por otro lado las canciones se basan en vivencias y convicciones. De ahí las piensa y las construye con mimo e intimidad. Es hora entonces que Maf é Tula alce el vuelo que se merece, para que sus alas le lleven a terrenos más ricos, más amplios y más fértiles.

Jorge Sierra
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Lleva quince años dedicado al periodismo musical. Ante cada concierto, disco y encuentro con músicos lleva en mano su libreta de notas. Los programas radiales que dirige le han demandado ser un escucha de amplias miras.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Rafael Diaz /

    13/01/2019 10:07 PM

    Aunque no me compenetro mucho sobre este articulo en particular, mis felicitaciones para Jorge Sierra por sus programas en una radio en FM, y en general considero que es necesario tener este periodismo informativo y de opinion sobre temas especializados como: la musica. Hay mas.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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