Mi primer artículo científico sobre simulaciones climáticas

Había esperado mucho tiempo este momento. El momento de escribir una entrada en el blog acerca del primer artículo científico que escribiera aquí en Guatemala, después de haber dejado EEUU e integrarme a la USAC. Aquí les cuento de qué trata.

Primero un poco de contexto de nuestro ambiente científico. En 2011, regresé a Guatemala después de haber pasado ocho años en EEUU entre maestría, doctorado y postdoctorado. Pasé de dedicarle tiempo completo a la investigación a dedicarme tiempo completo a la docencia, pues ese era el trabajo para el que fui contratado en la USAC. Fue el primer choque: ya no pude continuar haciendo investigación.

A mediados de 2015 iniciamos con la Escuela de Ciencias Físicas y Matemáticas, en dónde tuve de nuevo la oportunidad de regresar a la investigación, solo que esta vez mis intereses cambiaron. Pasé de hacer simulaciones de colisiones de agujeros negros y ondas gravitacionales, a una rama que pareciera totalmente diferente: modelos climáticos. En el fondo no son tan diferentes, pues los métodos matemáticos y computacionales que se utilizan en ambos casos son prácticamente los mismos.

Me metí de lleno a estudiar una nueva rama, muy atractiva y con muchas aplicaciones. La ciencia del clima tiene mucho de física y los modelos computacionales tienen mucho de matemática. Me gustó la idea de poder utilizar conceptos abstractos en un área de aplicación práctica e inmediata; con beneficios directos, como el poder cuantificar los efectos del cambio climático en nuestro país.

Así fue como surgió este primer artículo científico, en esta nueva área, después de varios años fuera de la investigación: Simulación del flujo de viento sobre el territorio de Guatemala utilizando un modelo climático regional. Fue publicado en la Revista de la Dirección General de Investigación de la USAC, “Ciencia, Tecnología y Salud”. (Disponible aquí)

El artículo trata de cómo sopla el viento sobre el territorio nacional. El modelo climático simula las corrientes de viento y se establecen algunas tendencias promedio. El resultado que más me gusta es el que se muestra en esta gráfica:

Aquí vemos la región de los volcanes: Fuego, Acatenango, Agua y Pacaya. Se observa que en promedio, el viento sopla con más velocidad entre los volcanes de Agua y Pacaya, que es la región del Cañón de Palín. Esto es interesante, pues es justamente allí donde se observa una planta de energía eólica cuando uno transita por la carretera hacia la costa sur.

Otro resultado bonito es la existencia de las corrientes de viento por las laderas de las montañas, que se dan de forma ascendente por la mañana, cuando el sol calienta las masas de aire; y en forma descendente por la noche, cuando el aire se enfría. Esta son las llamadas corrientes anabáticas y katabáticas, respectivamente.

Aunque me llena de alegría haber publicado este artículo, también debemos ser honestos y saber en dónde estamos parados. Este es un artículo muy básico y no pretendo mostrarlo como un trabajo de alto impacto. Es un primer escalón en el camino que he empezado a recorrer. La meta es mejorar y profundizar en este campo que es nuevo para mí y que constituye mi actual área de investigación.

Las aplicaciones de la ciencia del clima son importantes para Guatemala, pues es uno de los países más vulnerables al cambio climático. Con estas herramientas podemos analizar cuantitativamente cuáles serán esos efectos y qué lugares podrían ser más afectados.

Para terminar, recordemos que la ciencia no es cosa de una sola persona. La ciencia del clima es una de las áreas de investigación en la Escuela de Ciencias Físicas y Matemáticas de la USAC. Es un área en donde nuestros estudiantes pueden hacer prácticas, tesis y en un corto plazo, también podrán hacer estudios de postgrado.