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Para tomar decisiones inteligentes se requiere de la ciencia

Guatemala invierte muy poco en ciencia –el 0.029 por ciento PIB– y esto se refleja en en decisiones políticas, como la "agüita mágica", que han causan gran daño al país.

Blogs Opinión P369
Esta es una opinión

Es el segundo año consecutivo que se realiza a nivel mundial la Marcha por la Ciencia. Guatemala participó por primera vez.

Foto: Enrique Pazos

En Guatemala realizamos la Marcha por la Ciencia el pasado 14 de abril. Estuvo nutrida con la participación de representantes de varias entidades como: la Academia de Ciencias Médicas, Físicas y Naturales de Guatemala, la Asociación de Matemáticos de Guatemala, Biólogos por la Naturaleza de Guatemala, la Asociación Guatemalteca de Física, CerveCiencia, la Universidad del Valle de Guatemala y la Universidad de San Carlos de Guatemala.

Cuando se habla de ciencia y de apoyo a la misma siempre surgen las mismas objeciones: que hay temas con más prioridad como la salud y la educación, que los recursos son escasos, que a nuestro país no le corresponde, etcétera. Esstos son algunos argumentos que he escuchado. La verdad es que por esa forma de pensar es que se hacen necesarios eventos como la Marcha por la Ciencia.

La inversión de un país en ciencia y tecnología no es simplemente para ponernos la medallita del orgullo nacional diciendo que un científico guatemalteco inventó esto o descubrió aquello; sino que es la creación de oportunidades y fuentes de trabajo basados en la gestión, producción y comunicación del conocimiento. La economía basada en la venta de materia prima barata y compra de tecnología cara es una herencia colonial, que después de casi 200 años de independencia, mantiene al país en la pobreza y el subdesarrollo. Basta ver el giro que han tenido los países orientales, quienes ponen cantidades millonarias en la investigación científica y desarrollo tecnológico.

El conocimiento científico también entra en las esferas de la vida cotidiana, donde la carencia del mismo ha tenido consecuencias nefastas en mayor o menor escala. Menciono tres casos que me vienen a la mente:

1. Hubo una persona que creía que podía obtener energía infinita del movimiento de la rotación de la Tierra y así solucionar la crisis energética global. Se pudo haber llegado al punto que esta idea pseudo científica hubiera tenido apoyo económico para llevarse a cabo y habría sido un desperdicio total de recursos. La falta de entendimiento de principios básicos de física le dio alas y voz a una idea totalmente errada.

2.En nuestra sociedad se discuten los temas de educación sexual, aborto y matrimonio de menores con argumentos basados en los dogmas de un libro que data de la edad de bronce. Algo tan importante se debe discutir con un diálogo basado en los conocimientos modernos de la biología, la medicina y la psicología.

3.Hubo una exvicepresidente que quiso hacer un negocio millonario al querer limpiar el lago de Amatitlán con una “agüita mágica” que al ser vertida en las aguas contaminada iba a regresarle la pureza y limpieza al cuerpo de agua. Afortunadamente, varias entidades académicas se pronunciaron en contra de lo que habría sido una estafa pseudo científica.

Supongo que deben haber muchos otros casos en donde la ignorancia de quienes toman las decisiones le han hecho un gran daño a todo el país y cuyas consecuencias las vivimos en la actualidad.

Como país y sociedad del siglo XXI, no podemos darnos el lujo de ignorar que todos los beneficios materiales de los que gozamos se fundamentan en la actividad científica, una actividad humana que no solo se trata del conocimiento como actividad intelectual, sino que es también materia prima para hacer negocios y generar riqueza.

Como mencionaba, llevamos casi 200 años de vida nacional independiente y el paradigma de nuestra actividad económica sigue sin cambio fundamental. De no hacer correcciones en nuestro rumbo, que no nos extrañe que en 50 años, nuestros hijos y nietos sigan hablando de los mismos problemas que hoy nos aquejan o talvez todavía peores: habrá más gente, menos agua, menos comida, menos oportunidades, más contaminación.

Se oye muy pesimista, pero es la realidad. Hacia eso vamos si no actuamos hoy.

Enrique Pazos
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Enrique Pazos. Físico, protector de la verdad y viajero del tiempo. Profesor de física y matemática en la Universidad de San Carlos. Montañista de a ratos, curioso de tiempo completo. @enriquepazos


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    uuazez /

    24/04/2018 6:02 PM

    El presidente cavó un hoyo en donde él mismo se está hundiendo. Ese comediante no es digno de ni siquiera saludar a Iván Velásqquez El pobe es títere de lo más nefasto de la política corrupta y de Arzú, implicado en el asesinato de M. Gerardi.. Todos sus "amigos" son corruptos y matones..

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Rafael Diaz /

    24/04/2018 1:25 PM

    Esto de la energia rotacional no fue inventada por unos ingenieros civiles de la USAC hermanos de un ex-alcalde de origen oriental, para mas señas chino?
    Sobre el numeral 2 mejor ni hablar: solo se exponen los argumentos del Dr. Pazos en cualquier parte de este pais y quien lo haga se arriesga a que lo quemen en una hoguera.
    Y en relacion al numeral 3: se supone que Israel, de donde era la empresa que generaba esa la solucion, y cuyo embajador cabildeo por este proyecto; es un pais con grandes avances cientificos y tenologicos?

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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