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Quetzal Beats: hip hop, diásporas e identidades centroamericanas

Hace seis meses, mientras se preparaba para subir en la pequeña y precaria tarima del festival Quetzal Beats en una esquinita de la salida del metro del icónico Mac Arthur Park, en Los Angeles, la rapera Rebeca Lane, con una sonrisa sincera, comentó a un compa: “back to the roots”.

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Esta es una opinión

El Hip Hop ha sido una herramienta clave para la construcción de identidades.

Foto: Quetzalbeats

La referencia tenía que ver directamente con la estructura que disponíamos para el concierto – realizado el pasado diciembre en aquella famosa ciudad gringa, cuna histórica del hip hop y corazón de la migración centroamericana en las últimas décadas.

Indirectamente el espontaneo comentario de la más conocida rapera de la región, también apelaba a la esencia de lo que involucró el Quetzal Beats, todo movido a trabajo colectivo-colaborativo y financiado únicamente través de donaciones. A pesar de haber sido uno de los eventos callejeros mejor articulados, específicamente centroamericano, de ese género artístico en California

El Quetzal Beats no fue, y no es, solamente un evento, sino una iniciativa y un proceso. Es una articulación sociopolítica y cultural centroamericanista que a través de la escena hip hop está promoviendo iniciativas para centralizar y distinguir tanto la pluralidad de las identidades en nuestra región como la importancia estratégica de una conciencia común.

Es el espacio donde nuestras realidades vivenciadas en cuanto diáspora vibran, saltan y hablan juntas en rabias, lamentos, inspiraciones, humor y alegría. Es donde nuestros marcos políticos nos son solamente reclamados, sino construidos por la necesidad de intercambiar experiencias.

Es un espacio no sólo para imaginar futuros liberados, sino para hacerlos viables a través de nuestras formas cotidianas de resistencias comunitarias. Y si la ciudad de Los Ángeles ya es teóricamente parte de las ‘fronteras ampliadas’ centroamericanas por su vínculo migratorio histórico con nuestros territorios nacionales, seguramente eso se verifica también en la efervescencia práctica de la escena hip hop en todo Estado de California hoy en día.

Las alianzas interraciales hechas a través de la cultura hip hop han sido específicas con las comunidades de refugiados Hmong y Laotion en Fresno, conocidas por defender los estilos de breakdance en el Valle y la jardinería comunitaria urbana; también las comunidades indígenas de Oaxaca y del sur de México que están revolucionando el hip hop a través de la preservación de las lenguas indígenas, y la diáspora afro, incluido Afro-Latinx, que catapultó la escena underground del hip hop de Fresno con eventos de hip hop, de base y comunitarios de hip hop en patios y parques.

Todo este proceso pcomenzó en 2017, cuando Paula y Aleksander se conocieron en Nicaragua. Ahí descubrieron que ambos eran miembros de la segunda generación de la diáspora centroamericana y empezaron a trabajar conjuntamente para la elaboración de este proyecto.

Construimos nuestra identidad en diáspora, más allá de las lógicas de los Estados nación.

El crew

Nosotros pensamos el hip hop centroamericano como una estrategia de problematización y creación de nuestras identidades, para denunciar violencias, y fomentar la acción sociopolítica. Las coincidencias en los caminos de vida personal y política de cada uno de los miembros del Quetzal Beats en cuanto artistas, académicos, organizadores y nómades han enriquecido el equipo con la participación de:

Paula Ayala es artista visual, académica, y educadora hip hop en California. Una de las muchas hijas de la diáspora salvadoreña en los 1980 que nació y creció en la multitud y complejidad de haber sido racializada como ‘otro’.

Ana Karina Pan, o Dj A'Luv, es una organizadora comunitaria, trabajadora social, feminista y promotora de hip hop que actualmente trabaja en proyectos de apoyo para que mujeres presas y ex – presas en presidios y centros de detención en los Estados Unidos regresen a sus familias y comunidades.

Aleksander Aguilar Antunes también es uno de los hijos de la diáspora de los 1980, sin embargo su familia salvadoreña encontró acogida en el Sur, en Brasil, en lugar del tradicional destino norte-americano.

Federico Peixoto, también conocido como Dj Gafeto, es productor y director de videos, eventos y videos hip hop en Costa Rica, su país natal, y en toda América Central.

La amistad y las experiencias de Paula y Ana en la cultura del hip hop en la ciudad de Fresno (California) y en México y América Central las han expuesto a expresiones y variaciones emergentes de la escena.

Con este crew, la iniciativa Quetzal Beats ha sido programada y ejecutada a partir de dos grandes acciones:

a) una serie de talleres en gira por diferentes ciudades de California para presentar en campi, comunidades y espacios de arte conversaciones audiovisuales sobre hip hop, política y feminismos en América Central;

(b) un festival de música y acto político, comunitario, abierto y gratuito, en el más importante espacio público de la historia de la migración centroamericana en Los Ángeles, el Mac Arthur Park.

Los talleres los realizamos de 13 al 27 de noviembre del año pasado. Han sido fechas de coincidencia casi precisa con los tiempos de marcha de hermanos y hermanas en caravanas migrantes hacia la frontera estadounidense. Con el hip hop nos subimos en el carrito de Pau desde Los Ángeles hasta San Francisco, con paradas en cada lugar que acogió nuestra presentación: Sol Collective Art-and-Ativism; Fresno City College; Pomona City College; and Sacramento City College.

Cada taller era una performance: sesiones de dj, freestyle rap, proyección de videoclips de artistas de hip hop de la región, debates teóricos y políticos centroamericanos. Con recursos limitadísimos, hemos contado con la poderosa articulación de la red de compañeras de Pau en cada una de las ciudades en que estuvimos para hospedarnos en sus salas y sillones (¡Muchas gracias particularmente a Luz y a Nicole!) y con la propia familia de Pau y de Anita, durante los días en la ciudad de Fresno.

A esa gira le nombramos Quetzal Beats tour, y hemos contado también con la especialísima participación del rapper Comandante Lenca. Tuvimos la presentación del tráiler y debate con el director del documental “Tlacuilos”, que presenta la historia del graffiti (uno de los principales elementos de la cultura hip hop) en Centroamérica. Federico Peixoto, o Dj Gafeto, ha realizado ese trabajo a lo largo de 20 años de recolección y edición de material en toda la región, y su primer largo-metraje tiene el muy aguardado estreno para este año de 2019.

Y entonces el 1 de diciembre, nuestro punto alto: realizamos nuestro festival hip hop y acto centroamericano en el área central de Los Ángeles. Con más de seis horas de duración, además de nuestra participación como integrantes del Quetzal Beats crew, logramos reunir en clave comunitaria (¡a quienes también agradecemos muchísimo!) a una cantidad de artistas renombrados del hip hop centroamericano e invitados especiales del talante de Ephniko, Ruby Red, Mixteko, Moha Uno, Mala Yerba, Myka 9, y Rebeca Lane. Artistas centroamericanos, caribeños, indígenas, mujeres. Nosotros realizamos todo el evento a puro pecho y manos: desde cargar la gasolina para el pequeño generador de energía que alquilamos, y las placas de madera con las que hicimos de tarima (las cuales tuvimos que llevarlas amarradas en el techo del carrito de Pau), hasta coordinar el micrófono donde, además de rap en beats y cyphers tuvimos intervenciones sobre las situaciones de los pueblos indígenas y testimonios de la experiencia de refugiados y de violencias y desaparecimientos políticos en Centroamérica, con Nana Margot, Kenia Murillo y Melisa Cardoza.

Nuestra ‘raíz’ no es una identidad esencial, no es un comienzo, sino un fin.

EL TWEET/BEAT DEL QUETZAL

La cola de Quetzalcóatl” está entre las alegorías que se puede encontrar en referencia a los territorios que hoy conocemos como América Central. Si la América del Norte puede ser representada por el águila, y la América del Sur por el cóndor, el bello y pequeño quetzal es el pájaro representante regional que tiene fundamento en las cosmovisiones de una variedad de pueblos de nuestros territorios. La divinidad ‘Quetzalcóatl’ de las culturas mesoamericanas hace referencia a la ‘serpiente emplumada’ (de quetzal, nombre común del pájaro pharomachrus mocinno, y cóatl, serpiente) que representa las energías telúricas que ascienden, es decir, la vida, abundancia, alimento físico y espiritual.

En el idioma inglés, el sonido que emite un pájaro es un ‘tweet’, pero en el medio hip hop nuestro quetzal hace ‘beats’. Esta es la rima y el simbolismo que elegimos para contribuir con el hacer visible las situación política, social y cultural de nuestros pueblos centroamericanos.

Nosotros creemos que el hip hop vale la pena porque salva vidas. Porque las pandillas en Centroamérica son un complejo y peligroso fenómeno sociopolítico. En el movimiento hip hop, en lugar de un estilo de vida marcado por el crimen que les quita la vida tempranamente, jóvenes encuentran música, poesía, grafiti y danza. En Centroamérica el hip hop puede ser el elemento que desencadenará una industria para la cultura –en contraste con la idea de una ‘industria cultural’– que es necesaria en la región.

Los artistas y grupos de hip hop en América Central poseen una identidad común que logra desafiar las diferencias étnicas y nacionales, al mantener en sus letras y actitudes posiciones de protesta y denuncia, la política que realizan no es la que se presenta en el marco de instituciones gubernamentales, sino la que genera desde la comunidad.

Nuestra ‘raíz’ no es una identidad esencial, no es un comienzo, sino un fin, y con el Quetzal Beats estamos contribuyendo no hacia a un regreso a ella, sino devolviéndonos a su construcción. Quetzal Beats sigue. Acompáñenos a través de nuestra página en Facebook y en Instagram como @xxquetzalbeatsxx

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Este texto fue escrito por:

PAULA SOFIA AYALA es artista visual, académica, y educadora hip hop en California. Una de las muchas hijas de la diáspora salvadoreña en los 1980 que nació y creció en la multitud y complejidad de haber sido racializada como ‘otro’, particularmente por el aislamiento cultural del espacio predominantemente blanco y mexicano de la ciudad de Fresno, región central de California.

ALEKSANDER AGUILAR ANTUNES también es uno de los hijos de la diáspora de los 1980, sin embargo su familia salvadoreña encontró acogida en el Sur, en Brasil, en lugar del tradicional destino norte-americano. Hoy es periodista, escritor, académico y organizador político-cultural, con amplia experiencia en articulación con movimientos sociales y comunitarios e investigación social, que ha estado en coordinación y curaduría de una variedad de proyectos de arte y de media, particularmente relacionados a temas centroamericanos, con destaque para la red-plataforma ‘O Istmo’.

Este texto fue producido/seleccionado por el equipo de la red-plataforma centroamericanista ‘O Istmo’, donde ha sido publicado originalmente, y editado conjuntamente con el equipo de Nómada para reproducción en su página web como parte del proyecto de intercambio colaborativo entre O istmo y Nómada.


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