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11 Pasos

Guía para un mejor desempeño sexual

Cualquiera sabe que no es lo mismo tener sexo a los 18 años que tenerlo a los 40. No obstante, más allá de problemas tan estigmatizados como la eyaculación precoz (!), la disfunción eréctil (!!) y la impotencia (!!!), lo cierto es que el trastorno sexual más extendido entre la población masculina es, en realidad, la ignorancia. Aquí algunas interesantes revelaciones.

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Esta es una opinión

La película de 2001 de Antonio Banderas y Angelina Jolie.

Foto: Lourdes Grobet/MGM/ZUMA Press

Es un hecho que el desempeño sexual varía conforme el hombre va dejando de ser joven y atraviesa por la edad adulta hasta llegar a la vejez. Lo que comúnmente se conoce, en términos cuantitativos, como “pérdida” de la virilidad (mayor flacidez y desvarío, menor rendimiento y resistencia), en el terreno de lo cualitativo de hecho constituye todo un universo de posibilidades para sacar a relucir matices que suelen ser muy apreciados por la pareja –a pesar de no considerarse importantes según la cultura tradicional machista.

Empezando por el llamado preámbulo o foreplay; es decir, el necesario calentamiento propiciador de lubricación y nexo emocional: etapa clave para todo encuentro erótico, no importando si se trata de parejas solteras, casadas o mixtas, ni si la naturaleza del vínculo se debe al amor o simplemente a la lujuria.

Quién fuera adolescente…

¿En qué grado nuestro vigor sexual da la talla suficiente para saciar los deseos? ¿Qué podemos esperar los hombres en ese sentido conforme entramos en años? De acuerdo con el doctor Bernie Zilbergeld, autor del libro La nueva sexualidad masculina, durante los últimos años de la adolescencia el pene alcanza su nivel máximo de desempeño; a partir de ahí, el auge del mismo decae gradualmente con el transcurso de las décadas. Ahora bien, la pregunta clave es: ¿qué tan gradualmente?

Basado en más de cuatro mil entrevistas, el doctor Clyde Martin (quien colaboró con Alfred Kinsey en su Sexual Behavior in the human male) concluyó que el hombre, en contraste con sus alardes de macho vanidoso, usualmente alcanza un solo orgasmo para luego, llegado a este punto, interrumpir la penetración. Las excepciones se presentan sobre todo entre el grupo de varones casados menores de veinte años: un 15% de los sujetos estudiados en ese segmento experimentó dos o más eyaculaciones a lo largo de una misma faena.

Después de entrevistar a otros 800 pacientes, Martin encontró también que a la edad de 30 el promedio de orgasmos es de 121 en un año (10 de ellos por la vía de la masturbación), para decaer en apenas 22 anuales a la edad de 70 (8 masturbaciones). Algunos colegas suyos dudan de la aplicabilidad universal de estas cifras; en todo caso, si algo ha quedado claro tras años de estudios es que, para sorpresa de muchos, el órgano sexual más poderoso es el cerebro, seguido de la piel; y que ambos, por fortuna, permanecen más o menos estables y saludables más allá de alcanzada la madurez.

En otras palabras: al margen del desempeño del pene, el hombre mantiene intacta su capacidad para el placer sexual a lo largo de los años. La clave para esposas, novias, amantes y terapeutas es ayudar a los hombres a entender que la importancia radica en otros aspectos más allá del número de explosivas erecciones: jugueteos previos, estímulos táctiles utilizando dedos y lengua son –y deben ser– tomados muy en cuenta incluso para regocijo de la mujer, que de esta manera eleva sus probabilidades de experimentar orgasmos múltiples.

Después de los 30 años

A la llegada la década de los treinta, la mayoría de hombres advierte la necesidad de requerir más de veinte minutos para volver a eyacular. Según los especialistas, ello es del todo normal, tanto como el hecho de que a esa edad las erecciones se van volviendo más sensibles a ser interrumpidas por motivos de distracción (el timbre del teléfono, el paso de un avión, el llanto del niño, etcétera).

Conforme van llegando a los cuarenta, y durante la siguiente década, tampoco debe ser motivo de sorpresa para los varones el que sus penes requieran estimulación y masaje para quedar plenamente erectos. Muchos casos atribuidos a problemas de impotencia se deben, en realidad, al desconocimiento de los pacientes, tanto como al oportunismo y la avidez de los doctores “especializados”.

Otro dato interesante es que, entre los 45 y los 55 años, el lapso que transcurre entre la “inevitabilidad eyaculatoria” (el punto sin retorno) y la emisión de semen empieza a abreviarse cada vez más hasta que llega una edad en la que ambos aspectos, otrora diferentes y aislados, pasan a ser un solo reflejo orgásmico.

A medida que el hombre envejece, entre los 50 y los 60 años, disminuyen también sus niveles hormonales y su sistema vascular se vuelve menos eficiente. Ello ocasiona que las eyaculaciones sean menos poderosas de lo que alguna vez fueron. Asimismo, decae tanto su necesidad como su capacidad de experimentar orgasmos durante el sexo (a diferencia de la mujer, que a esta edad, debido a las variaciones hormonales propias de la menopausia, experimenta un incremento en su libido).

Todos los aspectos anteriormente descritos, absolutamente normales durante la madurez masculina, no serían motivo de aflicción si tan sólo el hombre no hiciera de ellos un problema. Para evitar complejos y alarmas, lo que conviene es modificar la rutina sexual, y pasar de una orientación basada en el desempeño a otra basada en la mutua experimentación del placer.

Después de todo, la idea que se tiene sobre “buen sexo” varía también con la edad, aunque no siempre de manera coherente con los cambios fisiológicos experimentados. Precisamente, los expertos coinciden en subrayar que los problemas que el hombre padece durante la madurez tienen que ver con sus deseos sexuales, más que con una disfunción a menudo inexistente.

 

* Con información traducida de los libros How a man ages y What she wants: a man’s guide to women, de Curtis Pesmen, y de su artículo The last orgasm.

Andrés Zepeda
/

Abogado de causas perdidas, cronista de acontecimientos irrelevantes, terrorista cultural, músico frustrado, comunicador en ciernes, polemista, videasta y ciudadano ejemplar, entre otras cosas peores.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Anonimo /

    06/02/2016 10:21 PM

    Un punto que no se toma en cuenta es quien tiene mas relaciones y mantiene su libido por mas tiempo es aquel que tiene contacto con mas personas sin ningún compromiso, lo que creo es que estar muchos años compartiendo con la misma persona es perjudicial para la salud mental, emocional y al final eso produce falta de libido, al final es un tema no tratado porque esta en contra de todo las enseñanzas con las que nos han criado y nuestra sociedad dicta como comportarse.

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!

      Anonimo /

      06/02/2016 10:30 PM

      Además aunque en nuestra sociedad y religión no es aceptado y de ahí el tema de si es correcta la forma de actuar, o la de esconderse para no ser atrapado, pero esa lucha interna por hacer lo correcto hace que se cohíba la propia sexualidad del hombre y se de paso a ciertos problemas que mas que físicos para pareciera ser mentales.

      ¡Ay no!

      ¡Nítido!

    Cristián Guerra /

    22/06/2015 11:16 PM

    Buena info!

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    ANONIMO /

    22/06/2015 4:00 PM

    Pero quedaste como pajero.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    carrillorodas@icloud.com
    Diego Carrillo /
    22/06/2015 8:47 AM

    Va un día a veces me salto, para no quedar como mentiroso.....

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    carrillorodas@icloud.com
    Diego Carrillo /
    22/06/2015 8:45 AM

    121 al año 10 por vía de la masturbacion, Jajaja........yo me masturbo todos los días y no pienso dejar. Y tengo relaciones con mi novia cuando se da el momento. Los findes son el mejor momento,mas tiempo.

    Si a los 16 hubiera tenido i-pad y todo el porno que hay en la web me internan por sobredosis.

    Saludos!

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    SilviaS /

    22/06/2015 5:14 AM

    Mire pues, gracias por la info. Afortunada coincidencia mi insomnio. Abrazo

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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