Tan simpático Jimmy cuando se reúne con los migrantes

Un grupo de líderes migrantes de distintos Estados aprovecharon la visita del presidente por la capital norteamericana para hacer su convención anual. Aunque en este evento no participaron todas las organizaciones guatemaltecas radicadas en EE.UU., el grupo tenía demandas concretas para el mandatario, entre ellas: asesoría legal para los connacionales, atención a la problemática de los menores de edad detenidos en la frontera y cambios en la inoperante CONAMIGUA.

Marvin Otzoy, líder migrante que viajó desde Reno, Nevada, se quedó con las ganas de escuchar a Morales hablar del Plan Alianza para la Prosperidad del Triángulo Norte y proponer una mesa técnica en la que tuvieran participación los migrantes. También se quedó con ganas de ver el plan de gobierno para esta comunidad, tomando en cuenta la simpatía que tienen los connacionales con el presidente, luego de las promesas que hizo durante su campaña.

En las dos reuniones más abiertas que el mandatario y la comunidad migrante sostuvieron, más parecía la visita de un candidato presidencial que daba explicaciones con fábulas, con chistes y con enojos sobre lo que le ha tocado hacer en los primeros cien días de gobierno. Algunos temas de los que habló en la entrevista con el New York Times, como la salud y la educación, también volvió a tratarlos con la comunidad guatemalteca migrante. “Para una pregunta sin sentido, una respuesta sin sentido”, les dijo, y se quitó cualquier reclamo que le hicieran los paisanos sobre la “mano de obra barata”. Le aplaudían, le bendecían y hasta se compadecían de él ante tan complicado cargo. “¿Cómo le ayudamos?”, le dijo una señora, en respuesta a las quejas que el mandatario hacía respecto al trato que recibía del Congreso y a no tener presupuesto para dar respuesta a las necesidades del país.

Aun así, hubo demandas concretas de algunos migrantes. Entre ellas, su plan de gobierno ante la inseguridad, la no militarización de algunas comunidades indígenas, la liberación de los presos políticos (que se oponen a proyectos mineros), el respeto a las demandas de las poblaciones indígenas que se oponen a la instalación de mineras e hidroeléctricas, y el impulso de la iniciativa 4087, Ley de radios comunitarias. Sobre estos temas, Morales reconoció que buscará ampliar la vigencia de los patrullajes combinados entre policías y militares; que las hidroeléctricas son fuentes de energía limpia –que no contaminan– y que la operación de las mineras está considerada dentro de la ley, aunque aclaró que estaba a favor de que éstas deberían entregar más regalías al Estado y que el desarrollo económico debería llegar a la comunidad local.

Un par de personas también le pidió abogar por un TPS ante EE.UU., el permiso que tienen salvadoreños, hondureños y nicaragüenses. El gobernante respondió que ya lo ha pedido tres veces desde que tomó posesión, pero la respuesta se quedaba corta para una comunidad que se calcula en dos millones de guatemaltecos viviendo fuera de Guatemala y que mantienen la economía del país a través de las remesas familiares, las cuales el año pasado registraron en el Banco de Guatemala una cifra récord de 6 mil millones de quetzales.

Migrantes guatemaltecos plantean algunas de sus demandas al presidente Jimmy Morales (Foto: Conié Reynoso).

El comisionado que no es comisionado

De lo que sí se habló largamente fue del cargo de Marvin Mérida, el Comisionado Presidencial para los Migrantes, quien fue presentado por el presidente pero que su nombramiento oficial no aparece en la Secretaría General de la Presidencia. Algunos líderes migrantes fueron directos y señalaron la desconfianza y poca credibilidad que tiene Mérida en la comunidad migrante, pero Morales lo defendió y explicó que se conocen desde el año 2008 cuando éste lo contrato para una presentación en EE.UU. Pero a Mérida muchos lo recuerdan también porque fue quien organizó la votación simbólica en Estados Unidos “No votamos, pero sí contamos”, esa misma en que Jimmy Morales salió ganador.

De todas maneras, más que quién ocupe el cargo, lo que importa es saber qué funciones tendrá esta figura. Eso no lo dijo el presidente. Para Juan Carlos Pocasangre, líder migrante de Nueva York, el tema no es crear más puestos, porque ya existe el Consejo Nacional de Atención al Migrante (CONAMIGUA) –una institución creada desde el año 2007 sin tener resultados concretos (por cierto, la secretaria de esta instancia desde 2011 es Alejandra Gordillo, ex asesora de Roberto Alejos, del Partido Todos, cuando éste era diputado).

Alejandra Gordillo (Secretaria ejecutiva de CONAMIGUA), Marvin Mérida (Comisionado Presidencial para los Migrantes), Carlos Raúl Morales (Canciller), el presidente Morales, Paul Briere (Comisión del Migrante del Congreso), Ana María Diéguez (Viceministra) y Maritza Ruiz de Vielmann (nueva Embajadora ante Estados Unidos). Foto: Conié Reynoso.

Sobre CONAMIGUA fueron varias las quejas. Los migrantes le insistieron al gobernante que abogue por reformar la ley para que ésta sea más independiente y operante, pues a la fecha, ni los migrantes deportados son auxiliados a su regreso al país. Este Consejo debería cumplir la función de trabajar en programas interinstitucionales que ayuden a los migrantes y sus familias.

Morales también llevó dos regalos para la comunidad migrante: les anunció el inicio de operaciones del call center –que Banrural financiará durante un año con un millón de dólares– y el acceso a un seguro de repatriación en caso de fallecimiento, al que podrán optar quienes registren sus datos en el banco (y quienes usen sus servicios a futuro). El problema es que las dos cosas dependen de una empresa bancaria y el gobierno no tiene seguridad de darle continuidad por la falta de presupuesto. Sobre gastos de repatriación sólo existe un fondo del gobierno con el que se ayuda, según sea el caso, con mil dólares a una familia.

Mynor Aguirre, de la Mesa Guatemalteca del Área Metropolitana de Washington, esperaba que la visita del presidente culminara con una hoja de ruta para trabajar sobre las propuestas que ya le han hecho llegar al mandatario, entre ellas la creación del Centro de Atención al Migrante, un lugar de asesoría y aprendizaje sobre diversos temas para los connacionales, ya que muchos son de escasos recursos, sin estudios y sin conocer cómo funcionan las instituciones en Estados Unidos.

La única certeza que dio Morales es que seguirá visitando otros Estados. Aunque, sin un plan de trabajo, las visitas serán sólo para continuar el idilio de quienes le guardan simpatía desde lejos: por ser cómico, por tener carisma, por no haber sido político antes. Porque, eso sí, simpatía todavía tiene.