En un vecindario violento como Centroamérica y México, que un país haya reducido durante 9 años consecutivos sus homicidios debería ser noticia. No lo es en Guatemala. Porque nadie lo reivindica y porque nadie tiene una respuesta contundente que explique por qué al menos 4,030 vidas fueron salvadas.
Durante nueve meses, dos periodistas y dos fotógrafos buscaron respuestas. Las buscaron en el análisis de 18,166 entradas de una base de datos sobre todos los homicidios que ocurrieron en el área metropolitana de la Ciudad de Guatemala. En una treintena de entrevistas con fuentes policiales, fiscales, judiciales, educativos y académicas de Guatemala. En reportajes en siete de los barrios en los que hubo cambios más drásticos en descensos o en aumentos de homicidios.
Las respuestas no son unívocas. Van desde las macondianas hasta las científicas. Desde el barrio en el que las autoridades y los vecinos agradecen el milagro a unas cámaras de vigilancia que nunca llegaron a funcionar. O los barrios en los que hubo intervenciones sociales, como escuelas abiertas para adolescentes en horarios nocturnos y de fines de semana o aplicación de métodos científicos en las investigaciones policiales y penales, que llegaron a evitar ‘500 asesinatos’ por medio de escuchas telefónicas a bandas de sicarios.
Este especial se divide en cuatro áreas. Las historias de los barrios, los datos de las diferencias de reducción de los homicidios en los 13 municipios más urbanos de la capital, la metodología, las hipótesis en un editorial y un video con un equipo responsable de una parte de las vidas que se salvaron. De las 4,030 personas que hoy siguen vivas en el área metropolitana de la Ciudad de Guatemala.
Elsa Cabria/Textos
Ximena Villagrán/Datos
Ana Silvia Gonzáles
Sebastian O.
Gabriela Ríos
Hana Ko
Martín Rodriguez Pellecer
Lucía Menéndez