Cómo las denuncias de violaciones impulsaron el primer #8M feminista en Panajachel

El día comenzó oficialmente el viernes 8 de marzo a las 9 de la mañana. Aunque los preparativos estaban planificados totalmente desde el lunes y a las 8 de la mañana ya estaban arreglando todo, la agenda empezó a las 9. Un evento era en el gimnasio municipal, el otro era en la cancha de fútbol sintética. Ambos dentro de los 22 kilómetros de Panajachel.

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En Pana se calcula que las cifras ya rondan por los 19 mil habitantes —incomprobable por la falta de un censo actualizado— y que la población femenina supera a la masculina, con el 51%. Y por eso el #8M recibió el tratamiento que merecía con dos eventos para conmemorar y recordar a las mujeres que tienen las mismas capacidades y derechos que los hombres.

El evento más grande fue organizado por la esposa del alcalde, María Mercedes de León de Urízar. Y el más pequeño, pero también primero en su historia, fue organizado por un grupo de mujeres feministas y vecinas de Panajachel. El primero lo preparó y financió la Municipalidad y el segundo fue en una parte financiado por las organizadoras y en otra parte con patrocinios de servicios. Por ejemplo, el Porta Hotel del Lago no les dio dinero, pero les dejó usar el salón y ofreció un coffee break para una conferencia de prensa.

En el primer evento, la voz principal con el micrófono y anfitrión del espectáculo era un hombre. Él les decía a las mujeres que quisieran participar en los concursos qué hacer y cómo hacerlo. Los premios eran artículos para el hogar como estufas, licuadoras, etcétera. Este duró casi toda la mañana, para el mediodía el gimnasio municipal ya estaba casi vacío.

En el gimnasio municipal la esposa del alcalde organizó un evento para las mujeres donde regalaron objetos de cocina.

El segundo evento, fue un festival con actividades organizadas para todo el día. Inició con un foro que contó con la participación de mujeres de comunidades de alrededor del Lago de Atitlán y de otros departamentos del país. Luego con actividades en la calle Santander, el área más turística de Panajachel, y consiguieron que la municipalidad cerrara el paso vehicular en más de la mitad de ese espacio durante toda la tarde.

En las actividades se incluyó un taller de defensa personal para mujeres, un área de manualidades para, quien quisiera, elaborara su propio cartel con cartulina, pintura y marcadores; espacio de venta de artículos feministas y para mujeres, un altar con la foto, el nombre y el apellido de cada una de las 41 niñas que murieron en el incendio del hogar seguro Virgen de la Asunción hace dos años; y, un escenario para interpretaciones variadas.

Un poco de contexto: Ésta es la respuesta del MP a las violaciones en Pana (y es esperanzadora)

La Calle Santander reunió a la comunidad  para escuchar los mensajes feministas.

Cómo se organizaron

El grupo de vecinas feministas que preparó la mayor parte de las actividades y ayudó a organizar el festival no tiene nombre. Y ellas no quieren que sus identidades sean publicadas. Al menos no todavía. La razón es porque esta asociación nació de la amistad que había entre algunas de ellas y de la preocupación que la violencia contra la mujer generó en ellas.

Aunque algunas se conocían de antes, las unió enterarse de la violación de Julia Rayberg en septiembre del año pasado. Un caso que puso en alerta al Ministerio Público sobre un grupo de amigos que supuestamente facilita la violación de mujeres en el municipio. Uno de ellos es el abusador de Julia, Byron Córtez, quién aún camina con impunidad por las calles de Pana, junto a sus amigos.

Leé la investigación: Las violaciones sexuales en serie siguen impunes en Panajachel

—Primero fuimos alertadas en 2018 por de un caso de violación a una chica que salió a correr de noche en Tzununá que nos dejó preocupadas. ¿Acaso no quisiéramos poder correr a la hora que queramos y podamos? Ahí comenzamos a organizarnos, pero nos reunimos luego de conocer el caso de Julia, que fue aquí en Panajachel—, comparte una de las mujeres del grupo.

Este pensamiento lo complementa otra de sus compañeras.

—Nos reunimos con Julia para compartir con ella protocolos de seguridad. El lago no es un lugar seguro para las mujeres, pero hay bastante sororidad.

Algunas de las asistentes utilizaron playeras con la leyenda #YoSíTeCreoPana.

Es la primera vez que en el municipio, de mayoría indígena, se realiza una acción el 8 de marzo con enfoque feminista.

A raíz del caso de Julia y la cantidad de odio que se generó por parte del abusador y su grupo de amigos nació la etiqueta #YoSíTeCreoPana que ha sido un ancla para el grupo. Es una variable del movimiento #TeCreo que se basa en no cuestionar los motivos de una víctima de violación ni demeritar sus historias, sino en apoyarla a buscar justicia.

Algunas de las acciones que han tomado como grupo para dar a conocer su mensaje y acompañar a más mujeres han sido la publicación de una fanzine, que es una revista no profesional con temática cultural, en un formato alternativo para compartir un mensaje.

—Nosotras hacemos cosas desde la creatividad, no desde el odio. Ellos tienen las balas, nosotras las palabras. Ellos tienen la violencia y nosotras el arte—, dice una de las vecinas organizadas.

Ellas dicen que no se consideran un colectivo porque no tienen una estructura ni un plan de acción —todavía— y les gustaría contar con mayor participación de compañeras indígenas en el grupo. Lo único que tienen claro es que es necesaria la reacción feminista para enfrentar los problemas de violencia de género que afectan a las mujeres que viven en Panajachel y los alrededores del Lago de Atitlán.

En las actividades se hizo conciencia sobre la importancia de los derechos para las mujeres desde la niñez.

El primer festival feminista

Este evento es algo nunca antes visto en Panajachel, por lo que su existencia ha generado todo tipo comentarios a favor y en contra. Sin embargo, eso a las organizadoras las tiene sin cuidado, lo único que realmente les preocupaba era que la Municipalidad cumpliera con su parte que era cerrar la avenida principal —la Calle Santander— y agentes de PMT para custodiar la movilización por algunas de las calles de Pana.

—Así fue como logramos el patrocinio en el hotel y con algunas otras marcas; en la municipalidad aceptaron darnos el apoyo e incluso nos dijeron que la esposa del alcalde de Pana quería dar unas palabras, pero no sabemos si lo va a hacer—, explicaron las organizadoras del festival.

María Mercedes de León de Urízar llegó a la calle Santander y dijo unas palabras al inicio de la actividad sobre la tarima.*

Una de las características que tiene Pana es que gran parte de su población es extranjera —de otro país o de otro departamento de Guatemala— por lo que el festival resultó un éxito entre esta población más acostumbrada a las acciones con enfoque de género. Sin embargo, por tener las instalaciones —como el altar, el escenario y algunos toldos— en el centro del pueblo muchas personas se acercaron a conocer un poco más del movimiento feminista y lo que representa.

Hubo un altar con imágenes y los nombres de las niñas fallecidas en el hogar seguro Virgen de la Asunción.

En todas las actividades se logró conversar con diferentes personas y sus propias posturas. En el taller de autodefensa se encontraban las jóvenes adultas que buscaban conocimientos para enfrentar el acoso y la violencia en la calle. El altar llamaba a la reflexión de las y los adultos que leyeron todos los nombres de las niñas a medida que recorrían el altar. En el toldo con más material educativo había una lotería con enfoque de género que logró llamar la atención de un grupo de adolescentes hombres que quería jugar y conocer más de la iniciativa. Y el espacio de los carteles, las pinturas y los marcadores fue el favorito de los niños y las niñas.

La manifestación estaba programada para las 3:30 pm, pero se atrasó y arrancó a las 4 de la tarde. Unas 50 personas, entre niñas, niños, mujeres y hombres, se reunió en la entrada de la calle Santander y caminaron por la calle Principal de Pana. Luego cruzaron en la primera cuadra para pasar frente al mercado municipal, y después caminaron sobre la Avenida de Los Árboles para regresar al punto de partida. El objetivo era protestar frente a los lugares donde las mujeres estaban trabajando y no podían acercarse a la Calle Santander.

Entre las diferentes consignas pronunciadas por el grupo de manifestantes se gritaban mensajes como “Yo te creo”, “No es no” y “Mi cuerpo es mío”. Además de frases en contra del machismo, el patriarcado y la violencia contra la mujer.

Parte de las actividades fue un foro donde se discutió sobre los derechos y la situación de las mujeres en el municipio.

A eso de las 5 de la tarde, el grupo ya estaba de vuelta y listo para ver las demostraciones artísticas preparadas en la tarima. Primero presentó la agrupación “Defiende” con una obra de varios personajes que buscaba representar una situación de violencia de género en contra de una mujer. Luego hubo un espacio para presentaciones del público en el que diferentes personas tomaron el micrófono para compartir poemas y algunas palabras con el resto de asistentes.

Y el acto seguido fue una presentación de un grupo de amigas que hicieron una especie de teatro-foro que tenía como fin hacer micro obras con diferentes casos de violencia contra la mujer y al final de cada una tener un espacio de conversación con la audiencia. Esta actividad finalizó con un abrazo grupal entre las intérpretes, los espectadores y todo el que quisiera unirse. El escenario luego se convirtió en el espacio de la música donde diferentes artistas interpretaron sus canciones para los espectadores.

Por último, el primer festival feminista del 8 de Marzo en Panajachel se cerró con el encendido de una segunda ronda de velas en el altar de las 56 niñas víctimas de la tragedia en el hogar seguro. Y con la convicción de que el próximo año será igual de exitoso, con más mujeres y más aliados de las mujeres.

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Fe de errata:

*Este párrafo fue agregado el 10 de marzo como corrección a un dato equivocado. Originalmente decía que María Mercedes de León de Urízar no había llegado a la Calle Santander, pero sí lo hizo.