En América Latina y el Caribe más del 97% de las mujeres y personas gestantes en edad reproductiva viven en países con leyes de aborto restrictivas. Honduras, Nicaragua, El Salvador, República Dominicana, Haití y Suriname son los únicos seis países de nuestro continente que prohíben de forma absoluta el aborto. En El Salvador, las presas por abortar o por complicaciones obstétricas enfrentan penas de más de 30 años de cárcel. Sólo en Cuba, Uruguay, Ciudad de México, Guyana, Guyana francesa y Puerto Rico el derecho a decidir sobre el propio cuerpo está garantizado.
El panorama es diverso y plantea legislaciones que proponen causales y distintos tipos de limitantes, variados niveles de criminalización y persecución. Sin embargo, hay algo en lo que América Latina y el Caribe coincide: la fecha en la que las feministas de la región exigen juntas aborto legal y seguro. Esa jornada de lucha es el 28 de septiembre, Día de Acción Global por el Aborto Legal.
Los feminismos se caracterizan por ser intergeneracionales e internacionalistas. Las activistas latinoamericanas, chicanas, negras, indígenas, sindicalistas, mestizas, campesinas, mujeres urbanas y rurales, migrantes, lesbianas, migrantes, trabajadoras y un largo etcétera no esperaron sentadas a que los parlamentos o los gobiernos legislaran sobre despenalización y legalización de la interrupción voluntaria del embarazo. Desde hace muchos años traman estrategias colectivas para visibilizar la demanda y conquistar derechos.
Producen, de manera cotidiana, política feminista. Pero esa política feminista tiene una columna vertebral, un espacio autogestionado que se sostiene cada dos años: el Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, EFLAC, que permite pensar las denuncias, demandas y deseos en clave regional. El primero fue en Bogotá en 1981. En tiempos que no había ni WhatsApp, ni Telegram, ni Skype doscientas mujeres se encontraron en la capital colombiana. El último fue en Montevideo y reunió a dos mil personas. El Salvador será la sede del próximo en 2020.
El EFLAC fue fundamental para la historia del 28 de septiembre. El origen del #28S surge en 1990, en el marco del Taller sobre Aborto realizado en el Vº EFLAC, en la ciudad de San Bernardo, provincia de Buenos Aires. De ahí salió la denominada y mítica “Declaración de San Bernardo”.
En el Taller sobre Aborto, organizado por la Comisión por el Derecho al Aborto (CDA) de la Argentina, Católicas por el Derecho a Decidir (CDD) de Uruguay junto con feministas de Bolivia, Brasil, Colombia, Chile, El Salvador, Guatemala, México, Nicaragua, Paraguay y Perú, entre otros tantos países. Juntas decidieron por unanimidad que el 28 de septiembre pase a ser el “Día por el Derecho al Aborto en América Latina y el Caribe”. El #28S fue elegido porque en aquel día de 1871 se promulgó en Brasil la Ley de Libertad de Vientres que declaró libres a lxs hijxs nacidxs de mujeres esclavas.
La declaración de San Bernardo alentaba a crear comisiones por el Derecho al Aborto en cada país y/o apoyar a las ya existentes y formar la Coordinadora Latinoamericana y del Caribe para la movilización por el Derecho al Aborto 28S, que hoy contiene a 21 países. En Argentina, para ese entonces, la Comisión por el Derecho al Aborto que había creado Dora Coledesky, entre otras, funcionaba desde hacía dos años.
Todavía se sostiene la Campaña 28S, una articulación para empujar el derecho a decidir en la región. En 2017 llevaron adelante la campaña #UnGritoGlobalPorElAbortoLegal y este año la consiga es #HablemosDeAborto.
La marcha del año pasado en Argentina marcó un hito para la discusión del proyecto de ley de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito. Desde entonces las movilizaciones en reclamo de este derechos fueron cada vez más multitudinarias hasta convertirse en una marea verde que esperó durante dos vigilias históricas que el Congreso revierta un estado de situación congelado el 1921. El aborto no se convirtió en ley en Argentina este año, pero además de haber logrado la despenalización social del tema, el pañuelo verde volvió a echar fuego a una llama que no se apaga más: desde Tijuana hasta la Patagonia exigimos aborto legal.
Alaide González /
Me gusta su artículo.
Necesitamos abrir espacios de análisis objetivo y discusión sobre el aborto. Pero como hacer participara a los conservadores y extremistas?
cesar /
Nunca e visto policias arrestando a una mujer que se hizo un aborto, y cuando hablaremos de los doctores que seran forzados a acatar una orden de aborto contra su voluntad o de lo contrario perderian sus licencias, este articulo me parece victimista y propagandista de una serie de mujeres que ignoran su entorno y usan los sentimientos como herramienta para obtener sus caprichos.