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Así se sobrevive (sin agua) al riesgo del coronavirus

La medida más efectiva contra el coronavirus es simple: lavarse las manos con frecuencia. Pero no es tan simple para quienes abren el grifo —si tienen la fortuna de contar con uno— y no encuentran ni una gota agua. Y si tienen agua, es escasa o está contaminada. Así que en medio de una emergencia sanitaria, la respuesta no está en las tuberías.

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Vecinas de la colonia Santa Faz acarrean agua para sus casas.

Foto: Carlos Sebastián

El ‘Hogar de Ancianas Jesucristo es mi Refugio’ alberga a diez mujeres de la tercera edad, de entre 50 y 100 años, quienes llegaron ahí tras ser abandonadas por sus familias.

El hogar, al igual que otras 1,200 casas ubicadas en Cipresales, una colonia de la zona 6 de la Ciudad de Guatemala, no tiene acceso al servicio agua.

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Este es un problema que acarrean desde tiempo atrás y que compromete la salud de las mujeres mayores, pero en tiempos del coronavirus pone en riesgo sus vidas.

Según la Organización Mundial de la Salud, los adultos mayores son la población con más riesgo ante la crisis sanitaria por la pandemia, que llegó a Guatemala a mediados de marzo de 2020.

Pero las ancianas no son las únicas con este problema; la falta o escasez de agua se extiende en el país.

En Guatemala 6 de cada 10 hogares guatemaltecos cuentan con servicio de agua por medio de tubería dentro de la vivienda, según el último censo, según el último censo nacional.

Y el 40% restante se abastece de agua por medio de una conexión fuera del hogar: pozos, chorros públicos, camiones, toneles, ríos, lagos o manantiales.

Ancianas, las más vulnerables

La cuenta mensual por el servicio de agua en el Hogar Jesucristo es mi Refugio es de Q1,200 —US$154—, que se deben pagar a la Empresa Municipal de Agua (Empagua).

Pero al abrir el grifo solo encuentran “un pequeño hilo de agua”, por lo que deben reservar el agua en toneles o picheles para tener disponibilidad para cuando deja de llegar por un día, o incluso, por un día y medio.

 

El hogar apenas tiene agua para cubrir algunas necesidades.

El hogar apenas tiene agua para cubrir algunas necesidades.

La directora del asilo, Patricia Ramírez, cuenta que cuando el servicio se interrumpe, la administración debe invertir por lo menos Q400 —US$51— en los servicios de los camiones cisterna.

El problema se agrava en la época de verano, asegura Ramírez, cuando es más frecuente la escasez  de agua.

Con dificultad lograron sobrevivir estos últimos 8 meses con muy poca agua, pero el escenario ha cambiado: el coronavirus afecta más a las personas de la tercera edad y el hogar tiene 10 ancianas que dependen del agua limpia.

En el marco de la emergencia por el coronavirus, Ramírez cuenta que las personas que van a trabajar al asilo tienen que ser muy cuidadosas cuando llegan de la calle.

[Leé: Estas son las 5 mentiras y contradicciones de Giammattei (y su equipo) sobre el coronavirus en Guatemala, por Francelia Solano]

Por ejemplo, la enfermera al llegar debe guardar la ropa que usó durante el transporte en una bolsa y cambiarse. Además debe de desinfectarse y lavarse muy bien las manos y rostro.

La directora admite que el centro vive momentos críticos. Además de la escasez de agua, hay aumentos en el precio de la comida por las limitaciones en el transporte.

Ramírez cuenta que en la comida de la semana ha gastado hasta tres veces más y no saben cómo llegarán a final del mes.

Poca agua (y contaminada)

Desde hace más de ocho meses, la colonia Cipresales, en la zona 6 de Guatemala, no ha tenido agua, cuenta Judith Valle, integrante del comité de vecinos de esa colonia.

La comunidad busca maneras de adaptarse y compran agua para llenar toneles o cualquier recipiente a la mano cuando cae un poco algunas veces a la semana.

Toneles, pilas, botes y baños; cualquier recipiente se convierte en un aliado para paliar la crisis del agua. Los vecinos dicen que son conscientes de que ese puede ser un foco de mosquitos del dengue, pero no tienen alternativa.

 

Millones de personas en Guatemala no tienen agua corriente en sus casas.

Millones de personas en Guatemala no tienen agua corriente en sus casas.

Cuando hay agua es escasa y está contaminada. Reportan que la mayoría de veces el agua queda con tierra que se acumula debajo de los botes o la pila. Esto ocurre en los mejores casos.

En otros casos, el agua es totalmente verde y ligosa. Nada efectiva para combatir el coronavirus. Y un riesgo para contraer enfermedades digestivas.

Con la poca calidad del agua y bajo flujo que proviene de las tuberías resultaría lógico que el costo del pago del agua se reduzca, ya que en estas colonias de zona 6 se paga por consumo y no por servicio.

Pero los vecinos denuncian que todos los meses pagan la misma cuota por el servicio, aunque pasen días sin agua.

La respuesta: comprar agua

En medio de la crisis sanitaria por el coronavirus, los vecinos de de la Ciudad de Guatemala se organizaron para identificar cómo pueden enfrentar la escasez de agua.

Juan Carlos Pivaral, de la consejo comunitario de desarrollo de la zona 21, explica que han hecho capacitaciones para prevenir el contagio del coronavirus. Además los vecinos que sí tienen el servicio comparten el agua con las personas que no la tienen, para garantizar la sanidad.

 

En la Ciudad de Guatemala, y en las afueras, vecinas tienen que comprar agua y reservarla en contenedores.

En la Ciudad de Guatemala, y en las afueras, vecinas tienen que comprar agua y reservarla en contenedores.

Pivaral cuenta que la Municipalidad de Guatemala cortó el servicio de agua a al menos 50 vecinos de la colonia Justo Rufino Barrios, dejandolos totalmente desprotegidos ante el Covid-19.

Quedarse en casa es imposible cuando todos los días se tiene que salir a buscar agua.

Por ejemplo, una lectora de Nómada cuenta que debe levantarse a las 6 de la mañana a recolectar agua y a pesar del esfuerzo que eso implica suele ser insuficiente para bañarse. Por eso, debe ir a bañarse a la casa de una amiga todos los días.

[Leé el Liveblog con la última información sobre la emergencia del coronavirus en Guatemala]

Judith Valle, quien conforma el comité de Cipresales y mantiene contacto con las demás colonias de zona 6, explica que los vecinos han tenido que encontrar alternativas para protegerse del coronavirus.

Por ejemplo dice que algunos compran toallitas húmedas baratas y ponen un poco de alcohol puro para limpiarse las manos. Saben que no es lo ideal, pero esa es la única salida que encontraron en la emergencia.

Otros vecinos compran agua de cisternas, sin embargo han denunciado un aumento en el precio. Antes, llenar un tonel tenía un precio de Q12, pero con la llegada del coronavirus el precio aumentó hasta Q18 o Q20.

A principios de marzo, en la colonia Ciudad Nueva, en la zona 2, los vecinos también tienen problemas con la falta de agua y se organizaron para denunciar la falta de servicio:

— A pesar de que esta colonia fue fundada hace más de 60 años sobre un lugar conocido como "ojo de agua" hoy en día el vital líquido llega una o dos veces a la semana, dijo un vecino.

Afuera de la Ciudad la situación es parecida. Diego Castillo vive en el condominio Los Almendros, en Residenciales San José. Se trata de una serie de complejos habitacionales en San José Pinula. Ahí, no hay agua y cuando hay, está contaminada.

— Los primeros 2 días de marzo el agua estaba limitada, no llegaba a duchas. Ayer y hoy no ha caído. Ayer hubo solo por 5 minutos y salió muy contaminada, dice Castillo.

Estar encerrados en la casa, sin agua, puede ser una verdadera odisea, explica Castillo, quien no encuentra respuestas de los administradores de la colonia.

 

El agua en el residencial de Diego Castillo está contaminada.

El agua en el residencial de Diego Castillo está contaminada.

Grupo Corporativo Altamira, la empresa responsable del condominio Los Almendros, no respondió a las consultas de Nómada, aunque prometieron un comunicado.

En Santa Catalina Pinula los vecinos se quejan por la falta de agua. Los más afortunados consiguen comprar agua en envases de gaseosas de 3 litros, cubetas y tambitos plásticos por Q30, en el sector Norte I, zona 10 de la aldea El Carmen.

La Municipalidad de Santa Catarina Pinula distribuyó agua el miércoles 18 de marzo, pero no era potable.

Sin respuestas de la municipalidad

Nómada intentó comunicarse con Carlos Flores de Empagua, quien es el encargado de comunicación en esa institución. En el primer acercamiento aseguró daría la entrevista, sin embargo durante tres días ignoró las llamadas y mensajes del medio.

Mientras Empagua ignora las llamadas de Nómada y decide mirar hacia un lado con las demandas de las colonias que se han quedado sin agua, las personas con más riesgo de contagio se hacen más vulnerables ante una enfermedad que seguirá en expansión.

*Si desea hacer una donación al Hogar de Ancianas Jesucristo es mi Refugio, ya sea de víveres o dinero para comprar agua, puede comunicarse directamente al 52150970.


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