El Ministerio de Salud deja en la calle a 16 personas sin techo que dieron positivo al COVID-19

La asociación Puerta de Esperanza, que no depende de instituciones públicas sino que surgió como una iniciativa de sociedad civil, había estado albergando alrededor de 80 personas en condición de calle, con problemas de drogadicción, desempleadas, con enfermedades crónicas y sin un hogar al cual recurrir durante la noche y el toque de queda.

En principio corrieron el riesgo de tener que reducir la población del albergue para mantener las restricciones de distanciamiento social entre cada cama. Sin embargo, a través de donaciones, obtuvieron más de 20 literas para no cerrarle las puertas a aquellos que acuden cada día esperando que haya un espacio para pasar la noche.

A pesar de haber implementado protocolos de higiene y desinfección, cuatro de los 20 organizadores a quienes les realizaron hisopado fueron diagnosticados de COVID-19 la semana pasada.

Después de eso, uno de los albergados, que además es paciente de la Unidad Nacional de Atención al Enfermo Renal (UNAERC), presentó fiebre y molestias, Fue entonces cuando lo trasladaron al Hospital Roosevelt para ser atendido. Su diagnóstico también fue positivo.

Yomara Pineda, encargada del lugar, mantuvo contacto con él por vía telefónica pero desde el fin de semana recién pasado, luego de ser diagnosticado, dejó de responder llamadas y mensajes. Su teléfono parece estar apagado.

Después que se confirmara ese primer caso, 22 de los 80 albergados se sometieron a pruebas de hisopados el lunes 19 de mayo y hasta hace unas horas, el Ministerio de Salud confirmó a Pineda que el 80 por ciento de las personas evaluadas resultaron positivos asintomáticos de COVID-19. Sin embargo, no les proporcionaron nombres ni alternativas para que ellos puedan guardar cuarentena.

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Durante este tiempo, el albergue no ha podido seguir operando con normalidad y las personas han tenido que pasar las noches en la calle, incluso aquellas que son sospechosas de COVID-19, por haber tenido contacto con el primer paciente positivo.

Aunque el Ministerio de Salud facilitó las pruebas para diagnosticarlos, dejó a los 16 nuevos casos positivos en la calle. “Lo único que me dijeron es que ellos no tienen a dónde trasladarlos. Dicen que paguemos un hotel pero yo no puedo tomar esa responsabilidad, eso le corresponde al Ministerio de Salud”, relató la administradora, tras ser notificada de los resultados.

Algunas de las personas a las que realizaron hisopados no han vuelto a aparecer por la 29 calle A de la zona 8. El resto ha permanecido en la calle, con la esperanza de que el albergue les abra las puertas y retome sus actividades. La población que acude al lugar está conformada, en gran parte, por adultos mayores y enfermos crónicos que forman parte de la población más vulnerable a los efectos del COVID-19.

Así era la fila de personas en situación de calle que esperaba cada día una oportunidad para dormir en el albergue.

Olvidados por el Estado

Mientras los administradores de Puerta de Esperanza piden ayuda al Ministerio de Salud para garantizar el bienestar de las personas contagiadas, las cifras de casos positivos crecen cada día. Ayer por ejemplo, se reportaron 247. Y en total han sido 2 mil 240.

Según médicos de Emergencia del Hospital San Juan de Dios con 57 pacientes, 27 positivos de COVID-19, 14 sospechosos y 16 en fase de confirmar negativos, el hospital está colapsado y no puede recibir a más pacientes.

En la misma situación se encuentran el Hospital de Villa Nueva, Roosevelt, el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) e incluso los hoteles arrendados que han llegado al límite de su capacidad, dejando sin opciones de traslado a pacientes positivos con COVID-19.

Desde el inicio de la crisis de salud, la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) y la Organización de las Naciones Unidas (ONU) advirtieron sobre el riesgo en el que se encontraban las personas en situación de calle o indigencia. La recomendación fue implementar albergues y comedores para no dejar desamparadas a estas poblaciones. Sin embargo, el Ministerio de Desarrollo no puso en práctica las sugerencias. Los dos albergues a cargo de Puerta de Esperanza son los únicos de la zona.

La PDH ya está al tanto de la situación y abrió un expediente a partir de una denuncia presentada por los afectados. "En principio ninguna persona debería vivir en la calle pero la vida las ha llevado a eso y han surgido organizaciones solidarias que han tomado responsabilidades que corresponden al Estado, es el caso de Puerta de Esperanza que viene de años ayudando a mujeres y hombres en situación de calle", asegura Claudia Maselli, procuradora adjunta de PDH.

La PDH está a la espera el MSPAS responda y brinde explicaciones sobre este caso.

Mientras este grupo de personas duerme en las calles sabiendo que tienen un diagnóstico positivo, el Ministerio de Salud permanece en el usual silencio que lo ha caracterizado a lo largo de la crisis.