La extorsión es uno de los fenómenos criminales más potentes en Guatemala. Existen áreas, especialmente en las zonas rojas en la Ciudad de Guatemala y los municipios aledaños, donde casi cada comercio, cada tienda, hasta los puestos del mercado pagan el supuesto ‘impuesto’ o ‘la renta’ cada semana o cada quincena, bajo la amenaza de perder la vida si se oponen.
Ayer en un operativo en contra de las extorsiones, la fiscalía en colaboración con la Policía Nacional Civil realizó 36 allanamientos en siete departamentos de Guatemala a partir de investigaciones que involucraban a cinco personas individuales, cuatro empresas de transporte y un comerciante, quienes habían sido victimas de diferentes imitadores. El resultado fue la captura de 30 personas.
-Es importante recalcar que no solo los pandilleros u organizaciones criminales extorsionan, diversas personas se aprovechan del temor de las pandillas para conseguir dinero, dice Nelly Morataya, Fiscal Adjunta de la Fiscalía contra el Delito de Extorsión.
¿Quiénes son?
Los imitadores gozan de la sombra de las pandillas y el crimen organizado. Son personas individuales o pequeños grupos que fingen ser pandilleros para extorsionar a sus victimas. Por miedo, muy pocos de los transportistas, pequeños comerciantes y personas individuales que son victimas de extorsión se atreven a cuestionar si el victimario realmente es, o no, pandillero. Si tiene, o no, la capacidad para hacer realidad de sus amenazas.
El modo de operar de los imitadores se distingue de las pandillas en que no siempre enfrentan a sus víctimas cara a cara y no operan en algún lugar específico. Algunos usan las guías telefónicas y comienzan a llamar a todos los comercios de cierto tipo en alguna área o lugar. Por ejemplo todos los colegios o restaurantes en alguna zona indicada.
La fiscal Morataya explica que otros fingen pertenecer a grupos de sicarios. Engañan a su victima para convencerle que alguien ha pagado al imitador para matarlo. Ofrecen no llevarlo a cabo a cambio de un monto de dinero.
Otro ejemplo, igual de siniestro, es que el imitador se atribuye algún ataque armado o asesinato. El año pasado Nómada entrevistó a Claudia Palencia, la anterior subjefa de la fiscalía contra el delito de extorsión, quien hoy ocupa el puesto de Fiscal Regional de Nororiente. Palencia nos habló sobre este modo de operar de los imitadores.
-También puede darse que algunos familiares hayan sufrido algún ataque armado o una perdida violenta de un familiar. Y, sucede mucho en los departamentos, estos hechos salen en alguna noticia local, entonces estos imitadores toman este hecho como propio y llaman a la victima diciéndole, “mira, este ataque fue porque no pagó la extorsión, si no querés que haya otro familiar muerto, necesito que me deposites tanta cantidad”. De esa manera ejercen una violencia psicológica sobre la victima para poder obtener el pago de la extorsión.
Igual que los casos de extorsión que involucran pandilleros, existen imitadores que operan desde algún centro carcelario. Incluso, la fiscalía ha investigado casos donde los imitadores han sido familiares de las víctimas.
Algunos patrones culturales que se ven en las pandillas y organizaciones criminales se replican en la conducta de los imitadores. Por ejemplo la participación de la mujer.
En muchos casos cobran a través de cuentas bancarias que generalmente están a nombre de mujeres, aunque las victimas reportan que la persona que llamó para amenazar era hombre.
-Típicamente ellas no han participado por ejemplo en las llamadas o en la intimidación, solo prestan su cuenta porque tienen algún vinculo personal con el imitador, por ejemplo de convivientes. Igual ella es participe. Prestó su cuenta para conseguir este dinero. Es un acto sin el cual no se hubiera podido realizar el delito, explica Morataya.
Cada vez la cantidad de mujeres en capturas por extorsión es mayor. Ayer, 25 de las 30 personas detenidas eran mujeres.
En la Fiscalía contra el Delito de Extorsión se conoce el fenómeno de imitadores casi desde que la agencia abrió en 2015. Aunque la fiscalía los denominó “imitadores” para distinguirlos de otras agrupaciones criminales, trabajan con el mismo fin de conseguir dinero con miedo.
Sean pandilleros, otros grupos criminales o imitadores, son diferentes caras del mismo delito: la extorsión que conlleva una condena de entre 6 a 12 años.
La diferencia es que un pandillero también sería sindicado por asociación ilícita, que conlleva otra condena.
Ya que se trata de un mismo tipo de delito, la fiscalía no trabaja con estadísticas que podrían documentar la cantidad de casos que se atribuyen a imitadores y cuantos se atribuyen a otros grupos. Solo de casos de extorsión en general, que siguen en aumento.
En todo 2017 la Fiscalía recibió 3.420 denuncias de extorsión y logró 292 sentencias. Este año ha recibido 2.257 denuncias, un promedio de un caso más por día, y hasta la fecha lleva 277 sentencias condenatorias.
La fiscal Morataya comenta que es importante enfatizar que se refiere a un aumento de casos denunciados, y que no puede comprobar si existe un aumento de casos en general que no son denunciados. Las personas que son víctimas de extorsión pueden denunciar el delito en la línea 1574.
Moisés Ávila /
La verdad, los imitadores asustan a cualquiera. Dar parte a la policía es lo correcto, pero hay que tener los webos bien puestos para ir a poner la denuncia.
Ojalá puedan desarticular con todas estas personas, que hacen tanto daño.