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Sin prensa independiente no puede haber democracia

“Una prensa libre puede ser buena o mala, pero sin libertad, la prensa nunca será otra cosa que mala”. Albert Camus (1913–1960, escritor francés.

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– Quién tiene la información, tiene el poder

– La información es poder

– La información debe estar en poder del pueblo.

Estas frases, que no se pueden atribuir a ningún pensador específico, han sido acuñadas a lo largo del tiempo como verídicas, básicamente porque con hechos se puede demostrar que la información es un bien, no solo preciado, sino indispensable para lograr una vida plena, con libertad y respeto de los derechos individuales y colectivos.

Si el poder político abusa, es corrupto, autoritario y represivo, pero no hay libre flujo de información, la sociedad no tiene capacidad para oponerse o simplemente defender sus derechos.  Entonces, la libertad del pueblo se ve seriamente restringida.

Desde tiempos inmemoriales, la información se convirtió en algo necesario y hasta indispensable.  El primer ejemplo puede ser el que se daba en las ágoras –plazas– de la antigua Grecia, a donde los ciudadanos acudían en busca de información que se distribuía por medio de la palabra. En el siglo 59 a.C. los romanos hacían circular la llamada Acta diurna, que consignaba los eventos del día. Las personas siempre han necesitado informarse de lo que sucede a su alrededor y les puede afectar.

“La prensa es la artillería de la libertad”.
Hans-Dietrich Genscher (1927) Político alemán.

A partir de ese momento, la forma de transmitir las noticias evolucionó de manera constante, principalmente a raíz de la llegada de la imprenta (1440); luego vinieron las hojas o periódicos informativos, hasta el surgimiento del primer diario impreso (1702), el Daily Courant, dirigido por una mujer, Elizabeth Mallet.  A partir de entonces crece la demanda de información, así como la oferta, hasta llegar a la explosión informática que vivimos en el siglo XXI, particularmente con internet y los medios de prensa electrónicos, sin límites en su audiencia.

El poder de la información es tal, que se le reconoce como uno de los pilares de la democracia.  En marzo de 1994, académicos, escritores, líderes políticos, periodistas y abogados destacados del hemisferio americano, se reunieron en Chapultepec, México, para debatir sobre la importancia de la prensa independiente.  Esos pensadores destacaron que democracia y libertad son un binomio indisoluble, y concluyeron que sin libertad de expresión y de prensa, el ejercicio democrático no puede existir ni reproducirse.

Por supuesto, cuando se refieren a la prensa, están hablando de aquella que se ejerce con independencia, tanto de los intereses políticos como económicos, pero también a la que lo hace sin ataduras con cualquier otro grupo de presión o de poder. A mayor independencia de la prensa, mayor y mejor el flujo de información que se comparte con los lectores, usuarios, televidentes o radioescuchas.

La libertad de expresión es un derecho fundamental del ser humano y es el paraguas bajo el que se ejercen los derechos a informar y ser informados, así como la libertad de prensa, esta última indispensable también en la defensa de las demás libertades y derechos que, supuestamente, deben respetarse en las democracias modernas.

“Si tuviera que decidir si debemos tener un gobierno sin periódicos o periódicos sin gobierno, no dudaría en preferir lo segundo”.
Thomas Jefferson (1743-1826) Presidente estadounidense.

El control de la información ha obsesionado a los amantes del poder, a los gobernantes dictatoriales.  La historia está llena de ejemplos, pero basta con recordar que tanto lo hicieron gobiernos extremista-militares de Latinoamérica en el siglo pasado, como más recientemente y en la actualidad los gobiernos autoritarios de izquierda.  Unos y otros, con métodos diferentes, pero igualmente represivos, han tratado de callar a la prensa independiente para impedir que los pueblos, a los que debieran servir, puedan conocer la realidad que existe en sus países.

Por eso se asesina periodistas, por eso se atenta o acosa a medios de prensa, por eso hay concentración de medios y se compran aquellos que no llevan en su mente y corazón, el auténtico compromiso con la audiencia, sino que anteponen a este, su interés económico.  Se podrían escribir páginas y páginas para documentar los métodos utilizados en nuestros países hoy en día para silenciar al buen periodismo.

Hay otros sectores que también temen de la prensa independiente. Veamos algunos: los grupos políticos que han sido cooptados por la corrupción, el crimen organizado, los funcionarios deshonestos y manipuladores, los de pensamiento retrógrado y grupos empresariales que no quieren aceptar los necesarios cambios sociales.

Una de las funciones que llegó a cumplir la prensa desde el surgimiento de los medios masivos, fue el de democratizar la información.  Es decir, que la prensa arrebata –o consigue– la información, para ponerla a disposición del pueblo, trasladando así el poder a quien le corresponde.

Sirva esta reflexión para que los guatemaltecos valoremos la prensa independiente en toda su dimensión.  Cada día hay menos prensa sin ataduras en el mundo, y Guatemala no es la excepción, simple y sencillamente porque la ambición es grande en las élites política, económicas y sociales, que prefieren que la información llegue modulada a la población. El resultado es el control informativo.

Nómada vivió únicamente seis años, pero son seis años de un ejercicio periodístico como debe ser: INDEPENDIENTE, a mucha honra.  Como nacimos, así nos marchamos, con la frente en alto y nuestra dignidad periodística intacta.

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