Según la psicóloga clínica, Geraldina Barrena Colindres, “la violencia sexual en niños tiene una dinámica más fuerte, porque a esa edad no han desarrollado su racisionio” además porque la mayoría de abusos viene de parte de familiares o amigos cercanos como los vecinos. Esto hace que el silencio sea más difícil de romper.
Explica que en muchos casos de abusos a menores, los niños son observados de cerca por los abusadores.
Barrena apunta que la “revelación del abuso, en su mayoría, se da hasta que son sometidos a fuertes presiones o abusos grandes”. Explica que es un proceso complejo y no todos tienen la misma reacción. En algunas personas el proceso puede ser más largo o más corto.
Sin embargo, todos dejan secuelas de por vida, muchas en el ámbito emocional, social, de salud o “la peor secuela, la maternidad forzada”, asegura. En la parte emocional puede haber pesadillas, falta de sueño, depresión, bajo rendimiento escolar entre otras. Sin embargo, si no es tratado, en edad adulta puede sufrir incluso trastornos de personalidad o bipolaridad.
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