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El débil sistema de salud -y el débil país- que se enfrenta al coronavirus

El coronavirus colapsó el sistema de salud de Italia y España. Ese panorama no es alentador para Guatemala, un país que desde antes de la crisis lo tiene colapsado. Las armas con las que cuenta para hacerle frente no son para nada óptimas y las condiciones de la gente que debe proteger hacen más compleja la lucha.

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La unidad de emergencia del Hospital San Juan de Dios, una de las más concurridas.

De no intensificarse las medidas de distanciamiento social en el país, para la segunda semana de abril podrían contabilizarse 8 mil 853 personas contagiadas. Así lo proyecta la Escuela de Ciencias Físicas y Matemáticas de la Universidad de San Carlos. Para enfrentar cualquier escenario, el gobierno ha puesto en marcha el funcionamiento del Hospital de Villa Nueva, un hospital temporal en el Parque de la Industria y próximamente otro provisional en Quetzaltenango. Esos centros necesitan de médicos, enfermeros y otro personal de apoyo. Y en ese punto todo se torna más complejo. 

España e Italia, que actualmente atraviesan el momento más álgido por la pandemia, cuentan con 10 médicos por cada 2 mil 500 habitantes, mientras que en Guatemala hay apenas uno para la misma cantidad de personas. Los médicos guatemaltecos además tienen tres veces menos personal de apoyo que en otros países con condiciones económicas similares como Belice, Bolivia, Guyana, Jamaica, El Salvador y Surinam. Esto según el Banco Mundial y el estudio Attaining Selected Sustainable Development Goals in Guatemala: Spending, Provision, and Financing Needs del Fondo Monetario Internacional. 

Ese es apenas uno de los males del sistema de salud del país. Guatemala cuenta con una infraestructura -centros de salud y hospitales- capaz de atender a la población que tenía en los mediados de los setenta, unas 6.5 millones de personas, no a las casi 15 millones que la conforman ahora, de acuerdo con el estudio La Eficiencia del Gasto Público en Educación y Salud en Guatemala, 2003 - 2013 realizado en 2016 por el Banco Interamericano de Desarrollo. Ese informe determinó que el país tiene un rezago de 40 años y concluyó que “los puestos de salud existentes son insuficientes”.

Guatemala y sus distintas realidades 

Ser indígena, pobre o vivir en el área rural de Guatemala implica tener menos acceso a los servicios de salud. 

Un ejemplo de esto es que en Sololá, el gobierno trimestralmente invierte en salud solamente Q24 por cada persona, seis veces menos que en el departamento de Guatemala y casi diez veces menos que en Izabal. “-Con esto- se evidencia por qué la población guatemalteca siente el abandono del Estado en materia de salud. Al observar que Sololá y Totonicapán figuran entre la población con más altas tasas de desnutrición se señala la inequitativa distribución de los recursos con que se cuenta“, concluye un análisis del Ministerio de Salud  elaborado en 2017. Ambos departamentos son poblados en su mayoría por quichés, tzutujiles y kaqchikeles.

En Huehuetenango, otro departamento con población mayoritariamente indígena, hay únicamente 2 médicos por cada 10 mil habitantes. Se trata además de una de las zonas con las tasas más altas de mortalidad materna. Una situación similar se da en Chimaltenango, donde hay apenas un médico por cada 10 mil habitantes.

 


La
Encuesta Nacional de Salud Materno Infantil arroja otra cifra alarmante: de cada mil niñas y niños indígenas, fallecen 42 antes de llegar a los cinco años, mientras que de cada mil niñas y niños no indígenas, mueren 35. En otras palabras, en Guatemala los indígenas tienen menos probabilidades de llegar a los cinco años que los no indígenas. 

¿Qué pasará entonces si el coronavirus llega a los departamentos más pobres y las áreas rurales de Guatemala? Ni siquiera lavarse las manos constantemente, una de las recomendaciones para disminuir la propagación del Coronavirus, es tan sencillo en este país donde casi la mitad de la población no cuenta con agua dentro de sus viviendas. Según el Censo de 2018, únicamente 59 de cada 100 guatemaltecos tiene este privilegio, el resto depende de tuberías fuera de su vivienda, pozos, chorros públicos, camiones cisterna, nacimientos de agua,  ríos, lagos o manantiales.

El 44% de los guatemaltecos además reside en casas que tienen un solo dormitorio y  únicamente el 45% de las viviendas cuenta con un inodoro conectado a la red de drenajes. Aunado a eso, el 11% por ciento de los guatemaltecos comparten el baño con otras familias. Esas cifras hacen casi imposible que las personas diagnosticadas con coronavirus, y que no necesiten de hospitalización, puedan mantenerse aisladas de su familia, en una habitación y en un baño distinto al que el resto usa, tal como ocurre con las personas contagiadas de otros países.

El sistema de salud del país, comparado con el de otras naciones, es frágil. La salud de los guatemaltecos depende del dinero de sus bolsillos, de sus salarios, de sus ingresos como profesionales independientes, del dinero que consiguen de sus comercios informales  o de las remesas que reciben de sus familiares. 

El Estado únicamente financia el 36 % del sistema de salud y las familias guatemaltecas costean el 54%,  una cifra lejana al 20% que recomiendan los expertos internacionales. Con esos números, Guatemala se ha convertido en el segundo país en Latinoamérica, después de Venezuela, en el que las familias gastan más en salud que sus propios gobiernos. Eso sin mencionar que para el 80.6% de los hogares guatemaltecos, los servicios públicos de salud son su única opción ante algún padecimiento grave, pues no cuentan con los recursos económicos para pagar servicios privados. Y quienes pueden hacerlo se arriesgan a incurrir en gastos catastróficos para su familia, es decir gastos que representan el uso del 30% de su presupuesto en alimentación, vivienda, educación y otros gastos esenciales. Esto según el Banco Interamericano de Desarrollo, Global Health Expenditure Database (GHED), un análisis del Ministerio de Salud y un informe nacional del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

“En las condiciones actuales, el Estado guatemalteco más que promover las capacidades de las personas, las limita, convirtiéndose en generador de «mal-estar», más que de «bien-estar». (...) La evaluación general de las condiciones de la red de servicios públicos en salud y educación muestra que los últimos gobiernos han fracasado rotundamente en expandir las libertades de las personas, limitando así sus oportunidades para alcanzar un mayor nivel de bienestar“, concluye el Programa de las Naciones Unidas para el desarrollo en uno de sus informes

El coronavirus avanza y quizá un sistema fortalecido de salud pública podría contenerlo de manera más adecuada, un sistema de salud pública que no deje fuera a los pobres y a los indígenas. Y no un sistema de salud pública al que le quitan Q214 millones de su presupuesto como ocurrió con el de este año.

José David López V.
/

En sus veintes. Intento continuo de periodista. Su nido fue Plaza Pública y luego de romper el cascarón migró hacia a elPeriódico, donde cubrió por casi dos años el sistema judicial.


Stéfan Dyck
/

Licenciado en relaciones internacionales y derecho internacional. Tuve la oportunidad de estar en Guatemala trabajando para un bufete, en el que hice investigaciones sobre derechos humanos y desarrollo social. Busco aprender de la gente y llevar sus luces en mi camino para compartirlas.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Angelo /

    03/04/2020 3:05 AM

    A las personas en los comentarios sugiriendo que artículos como este no son necesarios en este momento, que nada más son "quejas" que no sirven de nada, o peor aún, que nada más es meter "cizaña” lamento comentarles que son ustedes, consciente o inconscientemente, quienes en realidad le hacen daño a nuestro país. Le hacen daño al no estar dispuestos a reconocer y enfrentar nuestras deficiencias económicas y sociales las cuales obligan a casi la mitad de nuestra población a vivir en condiciones vulnerables y precarias sin acceso asegurado por el Estado a recursos tan básicos como agua potable, electricidad, y sistemas de drenaje (si, están obligadas porque a pesar de la creencia sesgada que los pobres son pobres porque quieren ser pobres no hay una sola persona en el mundo que viva bajo esa filosofía). Aunque parezca difícil o inconveniente dedicarle tiempo y energía al estudio riguroso de nuestras condiciones actuales y como llegamos a ellas (basado en estadísticas y no en opiniones) mientras la crisis actual continúa desarrollándose es justamente en momentos como este cuando es importante tener la capacidad, y la disposición, de poder hacer una evaluación critica de lo que la crisis nos muestra donde estamos como país y sociedad.

    Tenemos sin duda mucho trabajo por delante y, dolorosamente, demasiada gente en Guatemala tendrá que luchar contra este virus desde condiciones muy vulnerables y sin mayores apoyos de las autoridades supuestas a proteger a sus ciudadanos, pero aun en este contexto la perdida más grande seria sin duda no estar dispuestos y/o ser capaces de aprender de las lecciones que esta crisis nos deje. Artículos como este son los primeros pasos en ese proceso de aprendizaje y reflexión, y me gustaría invitar a todos sus lectores a verlos de esta manera, y no como “quejas que de nada sirven”.

    Muchas gracias a los autores por el buen trabajo.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    James Bond /

    01/04/2020 8:19 PM

    No creo que las críticas sean tanto para este gobierno, más bien para los anteriores que nada hicieron por mejorar nada.
    Impresionantes y vergonzosos los números de las estadísticas sociales. No quiero ni pensar qué podría pasar si se expande este virus maldito en una comunidad rural. Las personas lo ven como algo lejano, pero la amenaza está a la vuelta de la esquina, al final depende de todos, porque todos somos responsables, así que no desobedezcan las normas preventivas impuestas, aunque hay gente que ya está padeciendo hambre y le es difícil quedarse en casa.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Eliu Manases Monzón López /

    30/03/2020 4:31 PM

    Este medio informativo No me ayuda ni en tiempos de paz, menos en tiempos de crisis. Lo volví a leer creyendo que había cambiado, pero no.
    Las realidades creo que las exagera y sus indígenas los conocen desde sus escritorios. No creo que haya pasado una sola semana de cinco días conviviendo con ellos. Ellos son más resilentes de lo que te imaginas.

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!

    Manuel /

    30/03/2020 3:20 PM

    Pienso que en estos momentos tan difíciles que estamos pasando en Guatemala y en el mundo, no ganamos nada quejandonos del gobierno y esperar a que lo resuelva todo, creo es momento de también nosotros como personas responsables tratar de hacer lo necesario para evitar que esta pandemia se propague más en nuestro país y dejar de guiarnos por estadísticas que no ayudan en nada y lo único que hacen es criticar y alarmar más a las personas, no estoy en contra ni a favor tampoco del gobierno pero creo que también depende mucho de nosotros como personas el que está enfermedad no llegue a una crisis como la que esta viviendo Italia o España

    ¡Ay no!

    2

    ¡Nítido!

    Juan Pérez /

    30/03/2020 1:34 PM

    La misma gente prefiere un complejo polideportivo a un hospital , tener un celular de última generación que ir al dentista , gastar su dinero en interminables recargas de teléfono en lugar de comprar un eco filtro, y si se los regalan como ya se hizo en varias ocasiones ellos mismos los venden, varias veces vi en la carretera a xela a la gente vendiendo estufas y filtros regalados por el gobierno, para que ? Para poder comprar un celular nuevo ? No todo es culpa del gobierno

    ¡Ay no!

    2

    ¡Nítido!

      Jennifer /

      31/03/2020 8:22 AM

      Toda esta información no es nada nuevo, ya lo sabemos y ha sido así por años; de nada nos sirve que saquen artículos mete-cizaña con más de lo mismo y que encima no aportan.
      La cuestión ahorita es: 1. ver qué es lo positivo que el gobierno está haciendo con lo que tiene, y 2. ¿Qué estamos haciendo nosotros como ciudadanos para ayudar a aliviar las necesidades de los más vulnerables?
      ¡Mejor busquen soluciones!

      ¡Ay no!

      1

      ¡Nítido!

    Luis Hernandez /

    30/03/2020 12:33 PM

    Falto decir del sobreprecio de los medicamentos en el país que es de lo más caro del mundo, y también que habrán tan sólo unos cuatro respiradores por cada millón de habitantes, es decir hay cero capacidad para atender casos severos de Coronavirus!! :(

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!

    Barbara Bustamante /

    30/03/2020 11:50 AM

    Excelente artículo. Nos espera una catástrofe.

    ¡Ay no!

    2

    ¡Nítido!



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