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Allan Rodríguez: un pasado de transfuguismo, la socia de los Q100 millones y sus círculos de poder

Con más de 1 millón 900 mil votos, Alejandro Giammattei fue el gran ganador de las elecciones presidenciales del 2019, pero ese éxito para nada se reflejó en el Congreso. Aunque el diputado Allan Estuardo Rodríguez Reyes, de Vamos, ganó la presidencia del Organismo Legislativo para el partido de gobierno. Rodríguez no ejerce un poder real y, en cambio, son sus aliados quienes se encargan de manejar los hilos de la política.

Entender la política Allan Rodríguez Congreso de la República

Allan Rodríguez durante la sesión solemne por el aniversario de la independencia. Foto: Carlos Sebastián.

El mismo día en que Allan Rodríguez, del partido Vamos, asumió como diputado y fue electo presidente, en el Congreso empezaron a quedar claras las estrategias políticas sustentadas con alianzas y traiciones.

Vamos, con solo 17 diputados, se hizo con la presidencia gracias al apoyo de las bancadas UCN, FCN, Todos, Valor, Viva, Humanista y Prosperidad Ciudadana. Y además negoció con seis diputados de la UNE, de oposición, para que traicionaran a su grupo y votaran a favor de su planilla.

A partir de ese día quedaría en evidencia una fractura en la UNE, el partido más grande del país y con la mayor bancada del Congreso, de 52 diputados. Lo que no quedaba tan claro entonces es que aún con la presidencia del Congreso, Allan Rodríguez dependería por completo de sus aliados y tendría que pagar un precio por eso.

Carlos Barreda, el jefe de la bancada UNE, dice que el poder real en la alianza oficialista lo ejercen Felipe Alejos, Sofía Hernández, Javier Hernández y Luis Alfonso Rosales:

— Estos diputados, que más parecen operadores, le están dando seguimiento a una agenda que pretende a toda costa evitar la elección de magistrados sin tachas.

Allan Rodríguez estuvo ausente más de 50 días por causa del Covid19 y, según Barreda, en ese tiempo quedó en evidencia su poco peso político, pues la alianza oficialista operó con la misma o más eficiencia que siempre.

A pesar de ser un símbolo oficialista con poca incidencia, según la oposición, Allan Rodríguez tiene un recorrido en la política, vínculos empresariales y aspiraciones a futuro que se conocen poco.

Una estela de transfuguismo

El exdiputado Fernando García Gudiel es uno de los pocos políticos que recuerdan el recorrido de Allan Rodríguez en la política, pues hay pocos registros de su paso por las instituciones públicas y partidos políticos.

A diferencia de otros diputados que hacen público su curriculum vitae, el presidente del Congreso no muestra ese documento abiertamente. Sin embargo, documentos públicos y la memoria de algunos políticos es útil para reconstruir su historial.

García Gudiel ahora es representante del Congreso ante la Junta Monetaria y también es representante de la Junta Monetaria en la Junta Directiva del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social.

Ambos, García Gudiel y Allan Rodríguez se conocieron en las Juventudes del Partido de Avanzada Nacional (PAN) cuando era dirigido por Álvaro Arzú; ese fue uno de sus primeros acercamientos a la política, dice el exdiputado.

Allan Rodríguez solía publicar en sus redes sociales las fotografías de sus encuentros con políticos nacionales y extranjeros, pues aunque con cierta distancia, tenía acceso a espacios de poder.

— Después seguimos a Berger cuando se creó la Gran Alianza Nacional (Gana) y tras ganar las elecciones presidenciales, Allan Rodríguez fue a trabajar al Ministerio de Comunicaciones y yo al Consejo Nacional de la Juventud, recuerda el exdiputado en una entrevista.

Tras un tiempo fuera de la actividad política, en 2015 Allan Rodríguez se presentó como candidato a diputado por el distrito de Sololá con el partido Compromiso, Renovación y Orden (Creo), pero no ganó. Y luego se incorporó al Congreso como asesor de García Gudiel, entonces integrante del Partido Patriota.

Como asesor en el Congreso, Allan Rodríguez apoyó a García Gudiel en el análisis y redacción de iniciativas de ley, como la de castración química para violadores de menores de edad y la regulación de créditos. Según el exdiputado, ese acercamiento al Organismo Legislativo fue clave:

— Aunque no tiene mucha experiencia, sí tienen la capacidad para dirigir el Congreso. Si lo ha hecho bien o lo ha hecho mal, eso ya no lo debo decir yo.

Allan Rodríguez se integró a Vamos y participó en las elecciones encabezando el listado de candidatos de Sololá, donde consiguió 32 mil votos.

Antes de asumir el 14 de enero de 2020, también ganó un pulso adentro de su propio grupo, Vamos, donde había una pugna sobre quién sería el candidato a presidente del Congreso. Al final, Giammattei lo apoyó.

 

Rodríguez y Giammattei, durante los actos de conmemoración de la independencia. Foto: Carlos Sebastián.

La socia de los Q100 millones

Además de político, Allan Rodríguez es comerciante. Tiene dos empresas registradas con su firma y sus nombres comerciales son ‘Contein Consultoría Técnica Industrial’ y ‘BLOTE-K’.

Esas empresas consiguieron siete contratos por más de Q413 mil, entre 2010 y 2013, que incluyeron, entre otros negocios, la pintura de estructuras metálicas y aros para canchas de baloncesto del Ministerio de Educación; la instalación de juegos inflables para el Ministerio de Cultura; servicios de limpieza para la Secretaría de Bienestar Social y la prestación de servicios técnicos en el Ministerio de Salud.

Allan Rodríguez también es copropietario de ‘Concha y Toro Sport Bar’, una empresa que se dedica a la venta de bebidas y licores. Su socia es Alma Lucrecia González Lemus, quien a su vez es propietaria de ‘Construalma’, una empresa constructora con contratos multimillonarios en el Estado.

Entre el 2005 y el 25 de agosto de 2020, Construalma ganó contratos por más de Q100 millones con el Ministerio de Comunicaciones, alcaldías de Retalhuleu y Jalapa y otras instituciones públicas.

Los negocios más grandes se aprobaron entre 2019 y 2020, y son cinco obras por Q47 millones para la Unidad de Conservación Vial, la instancia del Ministerio de Comunicaciones que se encarga del mantenimiento de las carreteras.

A todas luces, Construalma es una empresa importante. Para el 2016, esa empresa reportó que tenía una capacidad para hacer suscribir contratos de hasta Q44 millones casa año.

Pero las grandes obras de construcción a su cargo y los onerosos contratos de Construalma contrastan con el lugar que supuestamente es su sede, una pequeña casa ubicada en la colonia Primero de Julio, en la zona 5 de Mixco

Lucrecia González no respondió a los mensajes en los que se solicitó una entrevista para conversar sobre sus negocios junto con Allan Rodríguez.

La rosca alrededor del presidente

Alrededor de Allan Rodríguez hay dos grandes grupos de poder político.

El más visible es la Junta Directiva del Congreso, conformada por diputados de las bancadas que forman parte de la alianza oficialista.

Y dentro de ese grupo, Felipe Alejos, diputado de Todos y primer secretario del Congreso, es uno de los más cercanos amigos del presidente del Congreso.

Alejos es uno de los señalados en el caso Traficantes de Influencias, una red dedicada al cobro de coimas a empresarios, a cambio de agilizar la devolución del crédito fiscal.

Uno de los principales intereses de la alianza oficialista que domina a la Junta Directiva es retrasar la elección de las cortes de justicia hasta abril de 2021.

Elegir a nuevos magistrados pondría en riesgo la protección y los privilegios que tienen diputados como Felipe Alejos, que en cuatro ocasiones ha sido protegido por la actual Corte Suprema de Justicia.

En cambio, retrasar la elección con una nueva Corte de Constitucionalidad supondría

Los magistrados, encabezados por Silvia Valdés, se resisten a retirar la inmunidad a Felipe Alejos, a pesar de que en su contra hay pruebas de corrupción.

El otro de los grupos de poder alrededor de Allan Rodríguez está conformado por la cúpula del partido Vamos: el presidente Alejandro Giammattei; el director del Centro de Gobierno, Miguel Martínez y los diputados Maynor Mejía, Sergio Arana, Guillermo Cifuentes, Duay Martínez y Shirley Rivera, su amiga cercana.

Javier Estrada Tobar
/

Periodista y estratega de comunicaciones con una carrera de más de 13 años, que incluye tanto el ejercicio del periodismo de investigación como el manejo de una sala de redacción.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Zoila Paz /

    19/09/2020 6:41 AM

    Al cacif le convendria mas tener grandes contratos en el Gobierno, como cementos novella en el Gobierno de Berger y no estar fomentando corrupción, si fueran como el sr. Castillo que dirige el IRTRA, en una forma muy efectiva y eficiente, no tendrian por que pagar tantos impuestos, pues con menos alcanzaria para mejorar: seguridad, salud, educacion, infraestructura; pareciera que las nuevas generaciones de riquillos no se dan cuenta de lo que estan haciendo: matando a la ganza.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Juan Rodriguez /

    17/09/2020 8:19 AM

    Se ve a luces. Las mafias organizadas y con empresas contratas por el Estado con errogaciones millonarias y nunca ejecutan las obras con buena calidad. Pero en crimen organizado que esta en el gobierno a todo nivel se cubren con la misma chamarra.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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