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(Entrevista) La pandemia, el IGSS, los médicos y los otros fuegos que intenta apagar el Vicepresidente

Al vicepresidente Willy Castillo se le ha visto poco frente a las cámaras. Sin embargo, como él mismo reconoce, en los últimos días decidió hacer un pequeño giro en su agenda. Visitó el IGSS después que el presidente Giammattei, anunciara una demanda penal contra su junta directiva; y el mismo día en que el Ministerio de Salud calificó de falsas las demandas de los médicos, Castillo pidió disculpas a los salubristas por las carencias.

Entender la política Guillermo Castillo P147

El Vicemandatario aumentó sus apariciones en la última semana. Foto: Carlos Sebastián.

En comparación con los exabruptos del mandatario en cadena nacional, Castillo pareciera representar la otra cara del gobierno aunque, aclara, no están para pelear protagonismo. Aceptó, con 10 minutos de anticipación, dar esta entrevista. Conversamos sobre su papel en esta crisis, su visión del gobierno, las razones del retrasos de los programas y las medidas a tomar en el futuro.

¿Estaban conscientes de todas las carencias del Estado o la pandemia les ha mostrado un panorama peor que el que esperaban?

Sabíamos que íbamos a encontrar instituciones con carencias y creo que veníamos bien para enfrentarlas. Incluso traíamos un crecimiento económico del 10% e incluso del 15% comparado con el año anterior. Sin embargo, la pandemia cambió todos los planes. Todas las crisis se hicieron más evidentes y todas las carencia se notaron más. Sobre todo en el sistema de salud. Pero claro, no estamos para dar justificaciones

Se le ha visto poco en estos primeros meses de gobierno. Incluso, puede que menos que otros funcionarios. ¿Cuál ha sido su papel en medio de la crisis por la pandemia?

Recuerde que el vicepresidente, por norma constitucional, tiene a su cargo la coordinación de otras acciones. Veo el gabinete económico, el de desarrollo social, las mesas de competitividad, de vivienda, de riesgo país y de migración entre muchas más. Todas siguen trabajando y las sigo coordinando porque tenemos que mejorar el apoyo social. Esta semana, por ejemplo, me reuní con los viceministros de Salud y Agricultura para desarrollar una estrategia con la que podamos empezar a repartir alimentos nutritivos en los municipios que más problemas están enfrentando.

También he tenido mucha más presencia en medios porque hay gente que me está pidiendo información, que pide que aclare qué está pasando con los médicos o por qué aún no llegan los programas de ayuda. Por eso mismo estoy aquí.

Una de esas apariciones fue su visita al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS). ¿Fue una visita para disminuir las tensiones entre el Ejecutivo y el Instituto?

Con todas sus carencias y con todo lo que hay que mejorar tanto en el IGSS como en el sistema de salud, tenemos que concentrarnos en ampliar la cobertura, mejorar equipamiento, incrementar personal y abastecer de medicamentos. Hay esfuerzos y voluntad para que se pueda mejorar. Tengo una gran fe en el IGSS. Yo he sido usuario del IGSS y mi hija nació en el de la zona 6. Lo que buscamos es aumentar la coordinación entre el seguro social y el ministerio. Tenemos reuniones, mejoraremos la comunicación, y sobre esa línea podremos mejorar resultados para enfrentar la pandemia.

Ahora mismo el Ministerio de Salud entró en confrontación con los médicos asegurando que muchas de sus demandas no eran ciertas. ¿Comparte esa postura?

No es un buen momento para confrontaciones internas entre autoridades y personal médico. El personal de salud es nuestra primera línea de atención a los pacientes y, en consecuencia, se hace lo necesario para dotar todo el equipamiento y el pago de salarios. El ministro Hugo Monroy está en capacidad para atender la situación pero hemos tenido movimientos de personal. Dos viceministros se fueron en medio de la crisis. Ahora tenemos una nueva persona a cargo y les hemos pedido que se redoblen esfuerzos para que el personal médico sienta que se les está apoyando. Les pedimos disculpas a los médicos si alguna de las necesidades que se han comprobado no se les ha podido atender o si continúa el retraso en entrega de material o de pagos. No es mala fe. Todo obedece a procesos.

Se tiene la impresión de que, por presiones, en cualquier momento podrían a abrir la vida comercial del país. ¿Es esto una realidad?

Esta pandemia implicó resguardar fronteras, cerrar los vuelos, establecer confinamiento y prohibir la apertura de negocios. Muchos sectores se vieron afectados por nuestras medidas pero tuvimos que hacerlo. Cuándo vamos a abrir es parte de lo que estamos analizando. Nos es una decisión apresurada, como se cree, sobre todo porque el primer problema que hay que solucionar es enorme, y es el transporte público. No debería volver a operar al 100% de la capacidad que tenían acostumbrada.

Una posible solución es que establezcamos horarios escalonados de inicio de labores. Que el sector privado arranque de 7 de la mañana a 3 de la tarde y que el sector público inicie de 9 de la mañana a 5 de la tarde. Con eso le damos respiro a la aglomeración pero no es una decisión ni fácil de tomar ni fácil de implementar. Lleva tiempo.

Además estamos trabajando a marchas forzadas para sistematizar estos paquetes de ayuda. Se aprobó el presupuesto, es cierto, pero luego hemos trabajado en hacer acuerdos con los bancos, en reglamentos para justificar los Q13 mil millones que serán ejecutados. Todo eso lleva tiempo y estamos intentando hacerlo lo más rápido posible. Sabemos que es complicado pero pedimos que nos tengan un poquito de paciencia.

 

Guillermo Castillo, durante un acto oficial de gobierno.

 

En este momento de crisis tienen presión en muchos frentes: diputados, empresarios, alcaldes. ¿Cómo están intentando llegar a consensos?

Todos nos preguntan cómo vamos y nos toca explicar que es un año atípico. Las autoridades municipales nos hacen requerimientos pero tenemos limitaciones. Estamos trabajando con un presupuesto de 2018 e intemos que lo entiendan.

Ahora bien, los diputados están citando a nuestros funcionarios todas las semanas y les preguntan la misma cosa. Respetamos la función fiscalizadora del Congreso pero nos complica que el tiempo se invierta en atender reuniones. Ahora nos exigen que paguemos, que compremos, que ejecutemos pero si no cumplimos con los requerimientos, en seis meses nos van a estar citando porque se cometieron errores y tenemos reparos de la Contraloría.

¿Y no le parece que el problema con el IGSS, con el personal de salud y con las citaciones del Congreso pueda deberse a un mal manejo de la comunicación gubernamental?

Yo creo que la comunicación es fundamental y muchos medios nos lo dicen. Nos dicen que demos explicaciones, que aclaremos temas y no tenemos ningún problema con los medios. Queremos abrir la comunicación. En eso es en lo que estoy en este momento, intentando explicar los temas que causan preocupación. Entiendo que si no se informa de manera adecuada se agrava la incertidumbre, la duda y la molestia.

¿Cómo es su relación con el presidente Giammattei?

Tenemos una comunicación normal. Hay temas que manejo solo yo porque así lo establece mi agenda y así está establecido en ley. El presidente, por supuesto, tiene muchos más. Yo no lo acompaño a las visitas de supervisión de hospitales o del aeropuerto. Primero, porque no podemos ir en el mismo vehículo y luego porque no vamos a gastar en otro transporte solo para que nos vean juntos. Yo me dedico a mis funciones y él tiene las suyas. Además tampoco estamos para competir por protagonismo. Habrán temas en que podemos estar o no de acuerdo pero lo importante es coordinar y salir adelante.

¿La institucionalidad que hay es suficiente para enfrentar una pandemia? ¿Son necesarios el Centro de Operaciones de Emergencia o el Centro de Gobierno?

Creo que la institucionalidad no es mala, ni lo son las instituciones son el problema. En todo caso son las personas que están a cargo de esas instituciones. Eso es lo que hace que parezca que las instituciones no funcionan. Los gabinetes están funcionando y estos centros están ayudando en la toma de decisiones. De lo que se trata es de tener y optimizar los espacios que sean necesarios para trabajar.

¿Como maestro de profesión, cree que sea viable reabrir los centros educativos este año, cuando superemos la pandemia?

Nosotros no vemos en las dos semanas siguientes un posible retorno a clases. He estado platicando con centros educativos privados que no han parado su ciclo y que creen que podrían finalizar de esa forma el año. En el caso de las escuelas públicas, también estamos haciendo lo posible para que continúe el proceso educativo pero son decisiones que tendremos que ir tomando más adelante y siempre sabiendo que las condiciones de la educación a distancia no son iguales para todos.

¿Le preocupa que cuando superemos la pandemia aumente la conflictividad social en el país?

Tengo que admitir que los guatemaltecos han respondido y han sabido llevar esta crisis de una forma bastante ordenada. Se han evitado los actos delincuenciales y eso nos conforta. Nuestro mensaje a la población es que esto no será para siempre. Ya vendrá un momento en que ese engranaje que traíamos hasta el mes de marzo, se pueda volver a poner en marcha. Si tenemos que volver al Congreso para pedir maś apoyo pues habrá que hacerlo. Por ahora esperamos que estos 13 mil millones de quetzales que se están poniendo a disposición en programas puedan ayudar a mejorar la situación y evitar conflictos.


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