Videoblog: ¿Por qué esta crisis es más grave que el caso Rosenberg?

Acá el análisis de cuatro minutos en video.

Y el resumen del análisis, por escrito, de lo que representa la crisis porque ahora sabemos que hay una red de defraudación en aduanas que tiene un vínculo con la Vicepresidencia.

1. El principal objetivo del PP era la defraudación aduanera. Lo demuestra la investigación del MP y la CICIG que llega hasta el secretario privado de la Vicepresidencia y dos jefes de la SAT nombrados por el Presidente, y el análisis de la obsesión de Pérez Molina y Baldetti con las aduanas desde 2003 –hace doce años–.

2. Hay un gran peso de la política electoral sobre Otto Pérez y Roxana Baldetti, que representa el corazón del Partido Patriota. Están tan solos en política que en la conferencia de prensa del domingo para reaccionar a la salida de su precandidato Alejandro Sinibaldi, no estuvo el subsecretario general del partido, el ministro Mauricio López Bonilla. Renunció uno de sus diputados-financistas, el ganadero Antonio Ralda. Y es tal la soledad de Baldetti, que para reemplazar en su puesto de secretario privado a Juan Carlos Monzón, ahora prófugo, tuvo que nombrar a quien era asistente personal del mismo Monzón.

En otros tiempos, de alegría, posaban para sus medios amigos. La vicepresidente Baldetti, el presidente Pérez Molina y el entonces delfín, Alejandro Sinibaldi.

3. La poderosa patronal, el Cacif, no sólo renunció a la Comisión nacional contra el contrabando, de la que era parte, sino que pidió la renovación del mandato de CICIG y que esta investigación llegue hasta las últimas consecuencias. Y los medios tradicionales, que han sido enemi-amigos con el Gobierno, le han dado la espalda.

4. EE.UU presiona fuerte al gobierno para que el presidente Pérez reaccione y dé muestras que él no apoya el involucramiento de Baldetti en esta red de defraudación aduanera, denuncia el colega Juan Luis Font. Y los presiona con una investigación de narcotráfico en la que capturaron a una amiga de la vicepresidente Baldetti, Marjorie Chacón, que podría incriminarla.

(Un detalle. Si vemos la historia de Pérez Molina y sus decisiones como presidente, me parece que estaba tan consciente como Baldetti del funcionamiento de esta mafia, y la apoyaba con decisión.)

5. Hay una quinta presión, la ciudadana. Para este sábado 25 de abril está convocada una manifestación a las tres de la tarde en el parque central.

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Esto nos recuerda al caso Rosenberg, que fue la última vez de manifestaciones multitudinarias de clase media para exigir la renuncia de un presidente. Pero es más grave. Esa vez fue una muy dura acusación de asesinato desde una tumba, pero no había evidencias y el entonces presidente estaba seguro que era inocente. La CICIG pudo hacer una investigación para demostrar científicamente que Rodrigo Rosenberg planificó su propio asesinato.

Ahora sí hay evidencias. Una investigación de la CICIG y el MP las está demostrando en un tribunal con escuchas telefónicas, videos y dinero en efectivo siendo contado en la oficina de un experto en seguridad (y en mafias): Luis Mendizábal –casualmente el mismo que asesoró a Rosenberg en la grabación del video y anunció de su existencia en el funeral con el propósito de botar al gobierno de Álvaro Colom–.

Y las evidencias llegan hasta la oficina de la Vicepresidencia y las escuchas hablan de “La 2”, “La R”, “el mero mero”. Acá hay poca cabida a la presunción de inocencia por parte de Pérez y Baldetti, quien incluso ayudó a escapar a un prófugo y no pudo decir la verdad sobre qué día regresó al país.

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Esto nos lleva a tres puntos:

1. Aunque algunos celebramos que haya llegado a su final un proyecto tan fraudulento y nefasto para el país como el Partido Patriota, es peligroso que podamos quedarnos sin jefe de Estado a siete meses del cambio de gobierno, a una semana del inicio de la campaña electoral. Recordemos el caso de Honduras en 2009, cuando le dieron un golpe a Manuel Zelaya y vino el acabose definitivo de la viabilidad de nuestros vecinos (narco, violencia, represión, etcétera).

2. La sociedad debería pensar bien qué va a demandar. ¿La renuncia de Baldetti? ¿La renuncia de ambos? ¿Evidencias específicas para demostrar que no están involucrados?

Pérez Molina era hasta hace una semana opositor a que se renovara el mandato de la CICIG porque ha investigado las relaciones entre criminales y sus más cercanos colaboradores (el reo jefe de las mafias de traslado de reos y el ministro de Gobernación) o acciones ilegales del jefe de bancada del PP intentando influenciar jueces para proteger a Baldetti.

Ayer pidió a la instancia que analiza si debe seguir que le entregue hoy a las 11 un informe (que todo indica que ahora será positivo) y podrá anunciar que cambió de opinión y que la CICIG debe continuar hasta 2017.

3. Esto no puede quedar impune. El organismo judicial (y la jueza Sierra de Stalling, a quien le empieza a temblar el pulso) no puede seguir dando medidas sustitutivas (fianzas risibles) a estructuras medias de la red, como hizo ayer. Las evidencias son muy grandes. Y la justicia en Guatemala se juega su credibilidad ante la ciudadanía y ante el mundo.

Recordemos que el mandato de la CICIG no excluye a jueces que sean parte de estructuras paralelas.

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Esto es parte del análisis que encontrarán en Nómada.

Esta mañana les contamos, en una investigación de varios meses junto a El Universal de México, qué pasa con el narcotráfico en el puerto en donde funcionaba esta red de defraudación aduanera.

Y les contamos cómo están las fuerzas dentro del Cacif en la antesala a esta crisis política. El Cacif, en estos momentos de vacío de poder –como en 1993– es clave para las decisiones políticas.

En ese momento, en el vacío de poder de 1993, fue la última vez que tomaron caminos distintos Baldetti y Pérez Molina. Baldetti apoyó el golpe de Estado que estaba intentando dar su tío y presidente Jorge Serrano Elías, y Pérez Molina se opuso y lo frenó desde el ejército. ¿Se volverán a separar sus caminos?