Nicaragua, sus malditas circunstancias
Alfonso Guido / 25 julio, 2019
Para definir una época —parafraseo a Ortega y Gasset en alguna parte de El tema de nuestro tiempo— no basta con saber lo que se ha hecho en ella, sino también lo que no. Y para definir esta ola de revoluciones socialistas latinoamericanas del siglo XX —desde la Cubana en 1959 hasta la Bolivariana en 1998— basta con hacerlo desde lo que no son, desde lo que no pasó, lo que nunca fueron y lo que no serán jamás: movimientos que responden cabalmente a los ideales que alguna vez profesaron sus insurgentes, llámenles héroes, llámenles revoltosos o llámenles camaradas: dicen que son la misma mierda.