Todos somos nadie en algún lado
Maris Passarelli / 8 agosto, 2017
Al salir del país, pasé de Gerente de Mercadeo a limpiar baños, llevar cafés y cuidar caballos (entre otras cosas). De tener carro propio a escoger caminar, en vez de gastar en transporte público. De tener ciertos privilegios por haber nacido en la familia que nací, a no ser nadie más que una latina buscando ‘aprovecharse’ de las visas Australianas. En resumen, pasé de niñita privilegiada a ser nadie; por no decir parte de la ‘peste de emigrantes’, como lo era para algunos.