Justicia para Alberto Cucul Choc, justicia para la naturaleza

Los guardarecursos sufren amenazas y temen por sus vidas, cumplir su función los ha llevado a perder a un compañero. ¿Qué garantías tienen? ¿Cómo se les protege?

Entre el confinamiento, la sobresaturación de información por la pandemia, y la indignación por ver abandonado el sistema de salud y a los que combaten en primera línea, para muchos ha pasado desapercibido y nos ha quedado poco espacio para la indignación sobre la situación que pasan nuestros otros héroes, los guardarecursos, que también combaten en primera línea, pero en este caso, para resguardar nuestros recursos naturales.

Leer la noticia del asesinato de un compañero, Alberto Cucul o “Beto”, viene a poner en evidencia y a remover una vez más la fragilidad de la vida, la de los guardarecursos por cumplir su función y en las áreas protegidas de Guatemala.

Existimos una generación de biólogos cuya segunda casa y familia está en Lachuá y en otras áreas protegidas emblemáticas. Allí pasamos mucho tiempo y nos terminamos de formar, los guardarecursos desinteresadamente y con ilusión nos acompañaban en todo momento contándonos historias, enseñándonos del campo y hasta de biología, compartiendo comida, y entre todos aprendiendo a ser biólogos, taxónomos, conservacionistas y, cuando se podía, también nos enseñaban algo en su idioma materno.

Esa confianza y amistad, llevó a un guardarecursos a llamarme por teléfono y con voz angustiada me reitera lo que desde hace tiempo sucede: amenazas, sus vidas corren peligro. Me cuenta que se han puesto ya varias denuncias, pero que no tienen manera de saber cómo van los procesos, nadie les informa. Se sienten abandonados, por sus superiores y por el sistema de justicia, tienen miedo por ellos y por sus familias. Necesitan apoyo, no saben qué hacer. Piensan que, si presionan a sus superiores para exigir sus derechos, pueden perder sus empleos. No tienen garantías. Sienten como que sus vidas no les importan a las instancias para las que laboran. Este hecho trágico recién sucedido, no ha cambiado nada, acaban de sufrir nuevas amenazas y no han podido ir a poner y ratificar las denuncias, pues no logran comunicarse directamente con la abogada.

Esta realidad se repite en todas las áreas protegidas del país, para todos los guardarecursos. Por esto y por la memoria de don Beto, escribo, para exigir justicia, para exigir a las autoridades del CONAP, INAB, administradores de las áreas protegidas, y al Ministerio Público, que garanticen la seguridad y las vidas de estas personas, que den seguimiento a las denuncias, escuchen a sus trabajadores y les informen sobre sus casos. Ellos necesitan saber de los procesos y poder estar tranquilos y seguros de que su Institución los valora, respalda y los protege.

Por mi parte comparto esta historia, como mensajera, para que su voz se haga llegar y para que ojalá logremos encontrar eco en estas peticiones, en esta búsqueda de justicia y ayuda.

#WorldRangerDay #StandWithRangers #NaturesProtectors #EstoyConLosGuardaparquesDelMundo