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La ley sirve a las personas y busca el bien común

Cualquier jurista leído entenderá que la ley a veces debe de romperse para reformarse, sin importar la norma hipotética fundamental de Kelsen.  

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Esta es una opinión

Hondureños siguen su ruta para llegar a EE.UU., caminando por México

Foto: Carlos Sebastián

Efraín Alatriste dibuja en su obra “El Matricida” uno de los problemas más polémicos del Derecho. La batalla entre el cumplimiento de la ley por su teleología, bajo esquema de critica ética y libertad social; contra la postura amparada por la obra de Kelsen, que promueve el cumplimiento de la ley por su positivismo jurídico. O sea, que la ley debe cumplirse porque está escrita, sin que su finalidad sea eje rector de la conducta dispuesta por la norma. Se trata de entender si la ley debe cumplirse aunque no siga los estándares éticos de una sociedad “civilizada” con tal de preservar el orden social.

Mientras escribo, la caravana de migrantes transita por Chiapas. Se desata ahora un emotivo debate en torno a esta situación en México. Me parece entonces prudente que abordemos el tema desde el punto de vista teleológico del Derecho Internacional Público.

Cuando Tena Ramírez habla de soberanía nacional, es firme en que esta reside en las personas que crean la nación como ficción jurídica. Entiéndase que en aras de la reforma constitucional en materia de Derechos Humanos del 2011, el derecho no solamente trabaja investido de la soberanía del pueblo, si no que está obligado por el principio básico pro homine a interpretarse siempre de la forma más benéfica para el humano. La soberanía no solo trabaja POR las personas, también esta obligada a trabajar PARA ellas.

Resulta lógico entonces exponer que aquella ley que atenta contra la persona no es ley eficaz y debe incumplirse ¿cierto?

En la historia reciente, encontramos que la ley ineficaz ha sido penalizada por normas que no eran vigentes en el momento.

En los Juicios de Nüremberg, se sancionó a dirigentes del ejército nazi por responsabilidad al atentar contra normas de Ius Cogens. Estos juicios violaban en esencia el principio básico de la irretroactividad de la ley. Se juzgó de forma retroactiva y en perjuicio de la persona.

¿Qué tan ético resulta sancionar a alguien que hacía justo lo que el marco normativo vigente le obligaba?

Adela Cortina expone en su obra “Ética de mínimos” la propuesta de homologar a la comunidad internacional en un esquema de valores básicos. De esta forma, se podrían generar sistemas jurídicos que penalicen las mismas conductas nocivas, invariablemente y a través del tiempo. Esta es una idea brillante fuertemente amenazada por el relativismo jurídico. Si logramos coincidencia en ciertos pilares de conducta, podremos entender el Derecho como instrumento y no como un fin.

Sin embargo, sería parcial al no abordar el peligro inminente de una visión jurídica que toma al derecho como un medio para conseguir un fin, sin temerle al Leviatán (Hobbes) que castiga cuando se incumple la norma. Un Estado que no respeta su Ley Escrita esta lejos de ser un Estado de Derecho.

¿Cuál es entonces la salida a este dilema?

Que tan cerca están nuestros esquemas legales de la realidad moral de la sociedad, determina la eficacia de nuestro sistema jurídico. Nuestras normas deben, necesariamente, correr detrás de la realidad social. Se debe legislar para el futuro, tomando en cuenta el presente y apoyándose en el pasado. Conseguir la paridad entre estos dos conceptos generaría las condiciones para un Estado de Derecho eficaz.

Ahora que miles de migrantes transitan nuestras calles en busca de una mejor vida, recordemos que son tan humanos como el que nos mira desde el espejo. Tan dignos como el que apunta sus dedos a la injusticia. La próxima vez que se nos ocurra apoyarnos en “la ley” para defender nuestro punto de vista xenófobo y ultra-nacionalista, pensémoslo dos veces. La ley está a merced de las personas y busca el bien común. Más allá de las fronteras, más allá de ~nuestras~ fronteras.

Dani Sánchez
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Estudio Derecho en la Universidad Jesuita de Guadalajara, me dicen DaniSanBern y así me encuentras en twitter. Tengo 20 años y un gusto especial por el derecho constitucional, la teoría del delito, los contratos como materia y la justicia.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Hugo /

    25/10/2018 8:33 AM

    El comentario es tan malo y confuso que ni siquiera ha levantado comentarios.
    Sin embargo al estudiante de derecho de Guadalajara ( por cierto ciudad con cierta fama) debe recordarsele que las leyes sirven para mantener un orden para TODOS y sobre todo deben cumplirse. Si no nos gustan, o las consideramos injustas trabajamos para cambiarlas.
    Por ultimo quienes cumplen y piden que se cumplan las leyes NO tienen nada de xenofobos, esa es una acusación que usan los chairos cuando no tienen argumentos.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    PAPAZOPAPAZ /

    24/10/2018 4:04 PM

    La ley de emigración sirve a las personas y busca el bien común de los residentes de un país.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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