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Más amor. Menos odio y abuso de poder

Hay países que han dejado atrás la intolerancia y permiten, mediante una legislación que protege a todos sin distinción, abrir espacio para vivir el amor. Otros gobiernos, abusan de su poder y dificultan la convivencia armónica de la comunidad en su conjunto.

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Esta es una opinión

Imagen: Pexels

Compuesta por la raíz etimológica latina homo, que significa igual, y el término sexo que referencia al género masculino o femenino; la palabra homosexual denomina a las personas que práctica relaciones íntimas con individuos que se auto-identifican con el mismo género.

Esta afirmación, perteneciente a tiempos actuales; implica pues un cambio en la interpretación antropológica establecida a mencionado comportamiento. Dicho de otra manera, en sus inicios la ciencia definió este comportamiento como la actitud sexual expresada meramente a personas que biológicamente pertenecían al mismo sexo.

En la contemporaneidad, la creciente importancia dada a la manera en que una persona auto-identifica su género, ha transformado la manera de entender y definir lo que implica ser homosexual. Ahora, las personas que intiman con aquellos que se identifican bajo el mismo género, sin importar su biología; entran bajo la misma etiqueta categórica que aquellos que intiman con las personas del mismo sexo orgánico.

Entendida pues como atracción erótica y afectiva hacia personas del mismo género, la homosexualidad implica en el individuo la existencia de un sentido de pertenencia a una comunidad con preferencias compartidas.

Los tabúes implantados en muchas de nuestras sociedades, impiden el desarrollo de una comprensión profunda del concepto y connotación que hoy en día implica el auto-denominarse gay o lesbiana.

Lo que antes era la simple consumación carnal entre personas del mismo género, hoy envuelve aspectos abstractos que trascienden el nivel físico y biológico de la persona.

Leer más: Así amamos los trans, a pesar de la hostilidad.

Los aspectos psicológicos hoy en día han obtenido mayor peso y connotación, evidenciando esto una mayor comprensión y aceptación en cuanto a los sentimientos que subyacen este tipo de relaciones. La identidad que se forma al pertenecer a esta categoría influye en el auto concepto y autoestima del individuo, repercutiendo así en su nivel de auto realización como miembro de una colectividad.

Esta apertura en la comprensión, tanto en el plano académico como social, del concepto de la homosexualidad ha permitido que a nivel gubernamental mas personas puedan manifestar sus inclinaciones sexuales abiertamente. Sin duda alguna la globalización y el desarrollo tecnológico, junto a la aparición de las denominadas redes sociales y la potencialización del Internet, han permitido que esta comprensión se difunda más rápidamente a lo ancho del globo.

Como resultado, hoy en día nuestras sociedades experimentan mayores niveles de tolerancia y de libertad, dando mayores y más gratos espacios para el desenvolvimiento de la diversidad individual que nos caracteriza como humanos.

Dentro de los índices y señalamientos de esta apertura de pensamiento, resalta el hecho que en la actualidad más Gobiernos y naciones han abierto su sistema jurídico, legalizando el matrimonio entre personas del mismo sexo y posibilitando a estas parejas la adopción de niños.

En lugares como Suecia, Alemania, Costa Rica y Estados Unidos el matrimonio entre homosexuales es ya un concepto jurídico aceptado e institucionalizado, que permite la convivencia pública y la manifestación libre e igualitaria del amor en todos los individuos, sin distinción.

Por su parte en naciones como Argentina, España, México y Sudáfrica, la adopción homoparental ha pasado a formar parte del derecho civil, ampliando así aún más los derechos que todas las personas poseemos. Como resultado la igualdad de derechos y libertad de expresión, han dejado de ser meros conceptos filosóficos y han pasado a formar parte de una realidad de la que gozan más personas.

Cabe mencionar que, si bien hoy en día en muchos países desarrollados las personas que se identifican bajo el adjetivo de homosexual pueden expresarse en un ambiente libre de prejuicios y estigmas sociales, existen países en dónde la ignorancia e intolerancia dificultan la realización plena de mencionados individuos.

Hace aproximadamente diez años, alrededor de 92 países condenaban penalmente las manifestaciones del comportamiento homosexual. Hoy aún en 72 países del mundo las relaciones homosexuales son consideradas delito y penadas por ley. Dentro de este grupo destaca: la República Árabe de Egipto, país que ha encarcelado a 500 personas involucradas de cierta manera en el movimiento LGTB en el último año.

Arabia Saudí con una policía religiosa que ha arrestado y condenado a 260 personas en el último año y Marruecos en dónde decenas de procesos judiciales han castigado a personas por consumar relaciones íntimas con aquellos de su mismo sexo e incluso castigan el tener dentro del celular fotografías eróticas gays.

Estos indicadores alarmantes presentan un panorama gris y opresor, que impide el desenvolvimiento libre de los individuos dentro de las sociedades actuales, evidenciando así un retroceso en el evolucionar de la apertura de pensamiento de nuestros tiempos.

Este contraste entre la legislación de unos países y otros, representa una batalla ideológica y política que relentiza de cierta manera la realización psicológica plena de todos los individuos que componen la sociedad. Las consecuencias de esto repercuten no sólo en el desarrollo psicológico e identitario del individuo, sino que también afectan la manera en que las sociedades actuales se desenvuelven.

Leer más: La biología del sexo: qué dice la ciencia sobre las mujeres y los hombres.

La violencia estructural y política, que en muchas partes aun impide el desarrollo completo de individuos con inclinaciones sexuales diferentes; dificulta que esa pluralidad propia de la raza humana, pueda surgir espontáneamente. Genera en miembros de nuestras sociedades, sentimientos de frustración, sujeción y resarcimiento. Este abuso de poder trasciende a más esferas. Y con ello, dificulta la convivencia armónica y pacífica de la comunidad en su conjunto.

Finalmente, cabe mencionar la situación en que se encuentra la comunidad homosexual guatemalteca. En nuestro país aún imperan desafíos legales y sociales que generan discriminación a la comunidad LGTB.

Si bien desde la Reforma Liberal de 1871, la práctica de relaciones homosexuales es permitida por la ley guatemalteca, hay actitudes machistas, homofóbicas e ignorantes, arraigadas en la cultura chapina. Eso impide que nuestra sociedad desarrolle una legislación semejante a la de países más desarrollados.

Aunque nuestro país no presenta los indicadores de las naciones en donde la práctica de relaciones homosexuales es penada por ley, aún existen desafíos para que la expresión libre del amor entre personas del mismo género y sexo pueda surgir.

Si el amor no trasciende estas barreras de desinformación y dogmatismo, muy difícilmente podemos decir que la libertad existe para todos aquellos que son considerados ciudadanos de nuestra república.

Anika Lorenzana
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Internacionalista y autodidacta de tiempo completo. Mujer de 22 años y mejor amiga de un gato negro. Desde niña una escritora aficionada y coleccionista de libros. Romántica empedernida y amante de la música, una buena taza de café y del petricor; el olor de la lluvia al caer.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Víctor López /

    21/02/2019 7:08 PM

    El homosexualismo es una aberración , allí no existe amor más que sólo deseo sexual . Si en el heterosexualismo existen bajas pasiones... En el homosexualismo hay perversión de lo más negro de lo negro...

    ¡Ay no!

    4

    ¡Nítido!



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