¿Qué tiene que ver mi basura con el COVID-19?

Los otros invisibles: la cara de los que recogen nuestra basura y el riesgo ante la pandemia.

Hace dos lunes, en una de sus visitas semanales, oí a Don Jesús, el señor que recoge la basura en mi calle, decirle a una de las vecinas: “pues allí vamos, primero Dios salimos de esto”. Las palabras resonaron tanto en mi cabeza que me llevó a crear una petición pensando precisamente en el riesgo que corren y representan las personas que recolectan basura.

¿Cómo protegerlos? En la petición, entre otras cosas, se solicita que las empresas encargadas de prestar el servicio doten de equipo de bioseguridad a estas personas, y que las municipalidades que concesionan el servicio controlen que se cumplen los estándares mínimos de seguridad ocupacional.

Sé que puede sonar utópico, porque ni el sistema de salud tiene equipo que los proteja para atender la emergencia, mucho menos lo tienen los que prácticamente forman parte del grupo de los invisibles a la sociedad y que tienen esta tarea tan terrible de llevarse lo que desechamos.

La petición la pueden encontrar acá.

Hechos

El Covid-19 es un virus altamente contagioso, y según las predicciones matemáticas realizadas a nivel mundial, es más que probable que ya haya varios cientos, si no miles de personas contagiadas en el país. Ahora piensen en qué pasa con la basura de esas personas infectadas que está contaminada con el virus. Esas bolsas son abiertas en los camiones exponiendo a los recolectores a convertirse en potenciales portadores del virus, y al ir de casa en casa, se vuelven un riesgo para todos. Estas personas al final de su jornada van a sus hogares y tienen contacto con sus familias. Son personas que normalmente habitan en los barrios precarios cerca del botadero de la zona 3. Barrios y casas con carencias de agua potable e infraestructura sanitaria básica, tan clave para reducir los contagios.

Los camiones dejando la basura en el relleno de la zona 3 capitalina.

Manejo adecuado de residuos sólidos

Más allá de qué pasaría si nadie llega a llevarse nuestra basura, ¿qué pasa con los residuos bioinfecciosos que se están generando? ¿están recibiendo algún manejo especial en los vertederos? La respuesta es lamentablemente obvia en Guatemala.

En esta publicación del Programa de Naciones Unidas para el Medioambiente se habla acerca de lo imperativo que es que los gobiernos den un manejo y tratamiento adecuado a los residuos sólidos, incluyendo aquellos considerados peligrosos (médicos, hospitalarios y de hogares), como un servicio público urgente y esencial para poder minimizar impactos secundarios en la salud humana y el ambiente.

Tengo claro que en Guatemala estamos muy atrasados a todo nivel, más en temas de salud pública y ambiente, y que la prioridad del Gobierno parece estar más centrada en la economía que en las vidas de miles de personas tradicionalmente vulnerables, pero es inaplazable también generar un plan para tratar el tema de los residuos sólidos, al menos los “pandémicos” mientras tanto.

¿Qué podemos hacer nosotros desde nuestras casas?

Si ya definimos que el problema empieza en nuestros hogares, pues entonces la respuesta está en el mismo sitio y podemos hacer mucho para evitar poner a otras personas en riesgo. Esta es una guía rápida de cómo cuidar a estos trabajadores que prestan un servicio público para hacer su trabajo menos riesgoso y que no se conviertan en un foco de contagio para sus familias y los hogares vecinos.

A) Separe la basura en 3 grupos, rotúlela y desinféctela (puede rociarla con una solución con cloro).

1- BIOBASURA: toda aquella basura que contenga desechos fisiológicos (heces, orina, pañuelos con mocos, pañales…) y aquellos residuos bio infecciosos (guantes, jeringas, mascarillas...).

2- Los reciclables: Vidrio, aluminio, botellas, papel, cartón y algunos plásticos. Puede identificar los plásticos reciclables porque tienen impreso el número 1, 2 o 5 en un triángulo. El resto no acostumbran a reciclarlo. Si desecha estos materiales limpios y separados, los recolectores reciben un mayor pago al venderlos.

3- Los desechos no reciclables: todo lo demás que genera, como los empaques de comida, cartón sucio, etc. Si no tiene compostera, toda la basura orgánica va en esta bolsa también.

B) Entregue de la basura al recolector garantizando la distancia de seguridad, procurando que sea en la calle o lo más cerca de la puerta, y evitando que los perros tengan acceso a ella.

C) Al finalizar el proceso, rocíe el timbre y cualquier otra superficie que pueda haberse ensuciado, con la solución de cloro.

D) Si está en sus posibilidades, regale equipo de protección a los recolectores. Sabemos que eso debería ser obligación de las empresas o las municipalidades, pero recuerde que quien sufre la mayor exposición son ellos. Algunas ideas son: guantes, mascarillas y atomizadores con solución de cloro.

E) Si vive en un edificio o condominio, puede informar a sus vecinos o a la administración para adoptar las mismas medidas y quizás hacer una coperacha para comprar equipo para los recolectores.

Si tienen más ideas, son bienvenidas. Pueden etiquetarlas con el #LimpioMiBasura #CuidoAlRecolector