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Salir del clóset: una declaración política

Expresar una orientación o identidad diferente a la heterosexual cisgénero, se establece como un obstáculo para participar activamente de la sociedad, especialmente en la sociedad conservadora guatemalteca.

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Esta es una opinión

Foto: Pexels

Recientemente conocí a una treintañera bisexual, con una orientación romántica predominantemente hacia las mujeres. Es una mujer exitosa, inteligente, trabajadora, atractiva, con sueños y metas claras para su vida. Pero vive con un gran miedo paralizante: presentar a su novia en la casa de sus papás.

Durante años, ha vivido bajo el yugo de creencias que no solo refuerzan la anulación de sus emociones, sentimientos e identidad, sino que la envuelven en una enfermedad ficticia que tiene una cura drástica: negarse a sí misma y sufrir mientras duren sus días.

Ella ha experimentado más de una vez el rechazo de sus padres, hermanas y de algunas amistades cercanas –de un círculo bastante conservador–, al intentar expresarse como una mujer bisexual. Por lo que el miedo persiste: “debo ser lo que la sociedad espera de mí”.

Para ella resulta ser una declaración política asumir su sexualidad. Este es el caso para miles de personas guatemaltecas más debatiéndose entre el bien y el mal social de ser una persona LGBTIQ.

Salir del clóset y vivir íntegramente nuestra identidad y orientación no debería ponernos en un espacio de riesgo y vulnerabilidad, de rechazo. Pero en los últimos meses, nos han bombardeado con campañas que apelan al conservadurismo de los guatemaltecos.

Desde una firma “por la familia”, que buscaba el compromiso de los partidos políticos para mantener el decoro de lo tradicional: un padre, una madre y los hijos. Nadie trans, por cierto, ya que no cabe en su imaginario todavía. Hasta un foro evangélico en que se recalcó la postura de los candidatos punteros sobre los principales obstáculos del desarrollo del país: la desnutrición infantil y la falta de acceso a la educación. No, es sarcasmo, en realidad se enfocó en posturas reduccionistas acerca del aborto y el matrimonio igualitario.

También hemos presenciado campañas negras que fortalecen la idea generalizada de que pertenecer a la población LGBTIQ es sinónimo de ineptitud social y política. Específicamente, vimos un video de un programa de televisión que, en un esfuerzo de cumplir con compromisos con clientes políticos y poderosos, se valió de hacer pública la intimidad -real o ficticia- de un candidato -y de muchas otras personas- para “desprestigiarle”.

Y no es que uno u otro candidato sea mejor o peor, eso cada quien lo decidirá personalmente. El problema radica en que si una persona que aspira a un puesto estatal y tiene algún indicio de no ser heterosexual es automáticamente blanco de burla, asco y rechazo. Sobretodo, existe una noción de empoderamiento social sobre su intimidad para hacerla pública sin el consentimiento de esa persona, como si fuera un chisme burdo e irrelevante.

Con este hostigamiento a una persona presumiblemente LGBTIQ en la esfera pública, replicada por algunos medios de comunicación y en redes sociales sin regulación de criterio, ¿cómo podemos pretender que el resto de la población LGBTIQ que se mantiene “en el clóset” encuentre un lugar seguro para vivir su sexualidad plenamente? ¿cómo podemos exigirle coherencia entre lo que siente y piensa en privado con lo que hace públicamente ante su familia y amigos?

Por eso es que hoy, salir de ese lugar de secretividad es una declaración política, porque de alguna manera le incumbe a toda la sociedad.Y también por eso es que celebramos un paso más para quienes ya han vivido en carne propia esas tribulaciones sociales de prejuicio y las están superando exitosamente.

En las Elecciones Generales 2019, Aldo Dávila, un hombre abiertamente gay fue electo como diputado al Congreso de la República. Y aunque en Guatemala ya contábamos con Sandra Morán, una representante abiertamente lesbiana en ese mismo poder estatal, la sexualidad de Aldo era ampliamente conocida antes de lograr una curul.

Su elección, según los conservadores, fue “a pesar de” ser homosexual. Pero para nosotros, su elección es un resquicio de esperanza de que podrían desaparecer estos intentos por catalogarnos como enemigos y enemigas de lo bueno, y considerarnos como pares en todos los ámbitos sociales en que se desempeña cualquier persona.

Mercedes Azurdia
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Mercedes Azurdia es periodista con interés en economía, tecnología y ciencias exactas. En su tiempo libre trabaja como tutora escolar, social media manager y desarrolla páginas web.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Juan Carlos /

    27/06/2019 2:18 PM

    Algo qué estas reflexiones favorecen es el pensar que históricamente la etiqueta única "binaria" digamos por usar una expresión (o cualquier neologismo que aplique) no pudo describir al ser humano, pero la multiplicidad de etiquetas para describir o para autodescribirse al final serían la misma ilusión (caer de la sarten de lo heteronormativo al fuego de la diversidad). Si no había unidad sino fragmentación con la definición convencional, con dos, tres, cuatro o mil etiquetas también habrá fragmentación. Ninguna etiqueta podría entonces capturar la esencia de lo que tal o cual persona es (¿La heteronormatividad y la diversidad no serían ilusorios?). Antes había solo un molde que no permitía la libertad, ahora hay muchos moldes que le dirían a la persona quien es, con el tiempo la multiplicidad de etiquetas volveran a ser la definición convencional, la norma social y entonces otra vez a comenzar a buscarnos ¿Cómo nos liberamos de la convención de definir a alguien por etiquetas usando siempre etiquetas? ¿No es una paradoja?

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    jose contreras /

    27/06/2019 2:17 PM

    Cada vez le agregan más letras. LGBTIQ, es pregunta en serio, qué es la Q?
    Cuando sintamos LGBITQRSTUVWXYZ

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!

    Juan Carlos /

    27/06/2019 1:02 PM

    Evidentemente aún es una situación no aceptada socialmente. Sin embargo el país (o la región en general) va teniendo un proceso de inculturación muy rápido. Estamos como EEUU o Europa principalmente estaba hace unos 30 o 40 años en estos temas. No falta mucho para que sea socialmente aceptado, es cuestión de tiempo, hay muchísima publicidad e inversión haciendo presión. Habrá que ver cómo será todo cuando suceda de forma mayoritaria el cambio de paradigma mental. Saludos.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Luis Paraiso /

    26/06/2019 9:15 PM

    Articulo tendensioso.
    La represión de la homosexualidad: al principio, en gran medida fue tolerada, se convierte en un pecado condenado por la Iglesia desde el siglo XI hasta el siglo XII y comienza a ser castigado por los laicos a partir del siglo XIII. Siglos XIV.
    Me parece que es por esta razón que muchos homosexuales buscan casarse por la iglesia.
    "La familia, basada en la unión de dos individuos de diferentes sexos que fundan un hogar donde van procrear y criar hijos, aparece como un fenómeno virtualmente universal", dice Claude Levi-Strauss en “Un regad éloignié 1983.” Para el antropólogo, el matrimonio crea una especie de solidaridad entre los clanes potencialmente enemigos y, por lo tanto, ayuda a pacificar la sociedad.
    Fue en La Edad media que el matrimonio cristiano toma su base como un un compromiso mutuo de los cónyuges. Sin embargo, fue siglos después que se formaliza y se incluye oficialmente en la lista de sacramentos esto fue en el siglo XIII. Tres siglos después, durante el Concilio de Trento (1542), que toma su actual forma canónica.
    “Salir Del closet” es UNA DECLARACION POLITICA que se califica falsamente como una expresión de IZQUIERDA y que es en realidad una declaración ULTRALIBERAL.
    Raramente esta declaración política toma velocidad en todos los medios de difusión como prensa, libros, artículos, cine, televisión, música, ¿Extraño no? Todo esto para promover una ideología. (¿A quién pertenecen estos medios?)
    En el ultra-liberalismo todo tiene un precio, se compran los niños ya sea por “adopción” inseminación artificial, se vende el esperma, se alquilan o se compran los vientres maternos como se compran los órganos del cuerpo. Lo criminal de esto es que son los pobres del mundo de tercera que venden su cuerpo.
    Toda persona debe de ser respetada en su integridad cualquiera que sea su expresión afectiva, esto concierne la vida intima.

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!

    Víctor López /

    26/06/2019 1:37 PM

    El homosexualismo es peligroso ; ya se agarraron en público , giammatei y neto bran neto quiere disfrazarse de policía , el otro le dijo que no... Entre gays también se conocen y se pelean...

    ¡Ay no!

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    ¡Nítido!

    Carlos /

    26/06/2019 1:20 PM

    El problema radica en la imposición social. Yo como cristiano pienso que el homosexualismo es un pecado. Es lo que creo y estoy convencido de eso. Sin embargo también creo que es importante respetar el libre albedrío y la libertad de elección que una persona tiene en su vida y decisiones. A mi no me importa si el que está en el gobierno es mujer, hombre, homosexual, negro, blanco, indígena, etc, etc. Siempre y cuando no quiera imponerme a mi, algo en lo que no creo y obligarme a aceptar y promover la forma subjetiva en que sus sentimientos le hacen actuar en su vida sentimental u obligarme a pagar con mis impuestos subsidios a esas personas (como en Argentina que quieren que el Estado subsidie cirugías de cambio de sexo). Eso es su problema, su vida, sus decisiones. No creo que nosotros los cristianos debamos imponer nuestras creencias a otros, porque el creer en Dios es una decisión que cada quien es libre de tomar sin que nadie lo obligue a hacerlo. El problema que veo es que el movimiento LGTBQI es meramente un movimiento político, con una ideología clara (normalmente de izquierda), que quiere ser impuesta a todas las personas, no representa ni a los mismos homosexuales que tanto dicen representar. Pretende vulterar la libertad que cada quien tiene de pensar libremente e imponer un paradigma pre-fabricado para adoctrinamiento de las personas desde los niños. De hecho conozco homosexuales que abiertamente se oponen a dicho movimiento, porque consideran que no los representa y solo promueve el libertinaje y buscan privilegios para ellos. ¿Cuándo algo privado, como la sexualidad de alguien se volvió tema en el que el gobierno deba meter sus sucias narices? Eso es cuestión de educación en el hogar, cada padre debe decidir como libremente educar a sus hijos, no el Estado imponer una educación de este tipo. Es un tema muy amplio y quizá vengan a maltratarme por lo que digo, pero es mi punto de vista como cristiano y libertario que soy.

    ¡Ay no!

    6

    ¡Nítido!



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