En 1987, se firmaron los Acuerdos de Esquipulas II, que prometieron la “paz duradera” en Centroamérica. Los presidentes de entonces dedicaron los acuerdos a las personas jóvenes, cuyos anhelos habían sido frustrados a lo largo de los años.
Tres décadas más tarde, cabe preguntarse qué expectativas y demandas se plantean los jóvenes, especialmente aquellos que tienen menos oportunidades. El proyecto Centroamérica Desgarrada se plantea documentar esas voces que, como ayer, demandan oportunidades.
Para ello se propuso un estudio exploratorio-cuantitativo con jóvenes residentes en comunidades o colonias populares urbanas de las capitales de Centroamérica. El Limón en Ciudad Guatemala, Nueva Capital en Tegucigalpa, Popotlán en San Salvador, Jorge Dimitrov en Managua y La Carpio en Costa Rica.
La investigación incluyó cuatro temas principales: la representación del entorno local y nacional, las demandas y deseos en torno al futuro, los medios que imaginan para alcanzar o no dichas demandas y factores sociodemográficos. Entre junio y noviembre 2017, se realizaron 300 encuestas por comunidad (1500 en total) a partir de un diseño muestral por cuotas (sexo, educación/empleo, edad) a partir de los datos sociodemográficos de las comunidades.
La percepción de la injusticia, el debilitamiento de la legitimidad de la democracia, la muy débil presencia del Estado y el sector privado en las comunidades y la expectativa de emigrar, se cuentan entre los hallazgos principales.
Para jóvenes residentes en colonias empobrecidas, no es fácil conseguir empleo. A veces porque no tienen el dinero suficiente para ir a dejar solicitudes de trabajo. Otras veces porque no tienen contactos que les presenten. Y muchas veces porque vivir en zonas marginales es motivo para descartar una solicitud. Son jóvenes “abusivos”, como se suele decir en Guatemala.
Creatividad para resistir
Durante el trabajo de encuesta en la colonia El Limón, conocí a Rogelio, un joven garífuna, originario de Livinsgton. A diferencia de sus compañeros del equipo encuestador, siempre llegaba a trabajar con una mochila grande y evidentemente incómoda.
Trabajar de encuestador implica caminar todo el día. No le tenía la confianza suficiente para indagar por qué cargaba con ese peso. Además, uno de los muchachos que también formaba parte del equipo encuestador, a menudo le hacía chistes racistas.
Rogelio respondía con un enorme ingenio e ironía. Me sorprendía lo bien que se expresaba; me dejaba la sensación de que era un activista en contra del racismo, pero también un poeta de la calle.
Poco tiempo después, Rogelio me compartió que rapeaba y que se gana la vida cantando en los camiones y autobuses urbanos en Ciudad de Guatemala. En la mochila cargaba una pequeña grabadora y un parlante que ocupaba para hacerse escuchar en medio del ruido de la ciudad.
Escucharlo nos recuerda que resistencias sin creatividad no se conectan con la vida cotidiana. Rogelio politiza la cultura y culturaliza la política con más ingenio y talento que muchos discursos enmohecidos y acartonados que no logran sintonizar con las demandas de las nuevas generaciones.
Una de sus creaciones responde el estigma que lo nombra “abusivo”:
“ (…) Abusiva es esa gente que mete balas en el pecho…
Abusivas esas personas que desearon destrozar mis sueños…
Abusivo fue ese agente que a mí que quiso botar los otros dientes…
Abusivo el Presidente de Guatemala que escucha que frecuentemente gente se está muriendo
por balas y se pregunta “¿Ahora qué hago? mjm...¿será que este sillón se verá bien en mi sala?"
Abusivo aquel cabrón que se llamaba Ríos Montt que hasta el día de hoy se sigue negando su genocidio…”
Eli Merlo /
El estupidodo del Jimmy viajando a costillas del pueblo y para que? si no soluciona nada lo unico que hace es gastarse el dinero que nosotros los trabajadores pagamos con nuestros impuestos. Por ellos los presidentes y goviernos corruptos ladrones y avaros los paises estan en la miseria y no tienen otra salida que migrar a otros paises.
Si todos los que trabajan para el govierno incluyendo empresarios en lugar de amazar fortunas trabajaran para los pueblos como se les eligio otra seria la historia. Tres decadas han pasado y nada a cambiado el pobre sigue mas pobre y los politicos saqueando mas al pais. Con los impuestos de la SAT bien pudieran sacar a Guatemala adelante pero puede mas la abaricia y los pocos valores inculcados ,que un pueblo sin educasion,sin trabajo sin servicios medicos y sin lo basico para sobrevivir techo y comida. Levantemonos y a vasta a la corrupcion ! Levantemo