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El mito (comprobado) que las mujeres maduras somos unas cougar

Hace no tanto aprendí que cougar (puma) es la expresión en inglés para las mujeres que buscan parejas mucho más jóvenes (carne fresca). Después de terminar mi relación sentimental a los 37 años, sabía que iba a ser difícil encontrar una pareja. E igual no estaba lista para una relación. Así que para no sentirme sola decidí hacer un perfil en una página para buscar pareja en internet. Mi sorpresa fue darme cuenta que todos los que me escribían tenían entre 20 a 27 años.

Cotidianidad cougar fantasía internet n246 Opinión P258 sexo
Esta es una opinión

Samantha, la cougar más famosa y deseada del mundo.

Foto: Sex and the City

Por curiosidad les escribí a algunos de ellos. Quería saber qué era lo que buscaban de mí. Los más atrevidos eran los más jóvenes. Me dijeron que su sueño siempre había sido estar con una mujer madura y experimentada como yo. Querían demostrarme sus habilidades en la cama y que eran capaces de complacerme. Eran insistentes y mientras más pronto sucediera, mejor para ellos.

La mayoría tenían cuerpos esbeltos, eran guapos y tiernos y la tentación se apoderó de mí. Decidí salir con uno de 26 años llamado Fabián. Fabián era una mezcla entre holandés y caribeño. Era un hombre de 1,85 metros que hacía mucho deporte y tenía los músculos marcados. Era moreno y estaba bronceado. Una belleza de hombre. Mi decisión de salir con él fue porque me dijo que no le gustaba salir con mujeres de su edad. Que le parecían poco inteligentes y además eran todas bien flacas y sin experiencia en la cama. Me contó que su exnovia tenía 35 años. Miel para los oídos.

Quedamos de juntarnos en un bar y cuando lo vi en persona era aún más guapo que en las fotos. Yo venía de otro bar, con algunas copas encima. Se mostraba seguro de sí mismo y varonil. Al avanzar la noche el ambiente del bar se puso más ameno y la gente empezó a bailar. Me gustaba el chico físicamente y la verdad es que charlamos pero no estaba prestando mucha atención porque estaba distraída.

Le propuse a Fabián que bailáramos y empezamos a hacerlo muy pegados. Él me tomaba de la cintura, yo le acariciaba el cuello. Se despertaban los deseos. Terminamos comiéndonos la boca. Me susurró al oído que quería pasar la noche conmigo y yo asentí. Poco tiempo después tomamos un taxi y fuimos a mi casa.

Encendí las lámparas de la sala. Nerviosa, le ofrecí una copa de vino y me fui a servirla sin esperar respuesta. Como la cocina es abierta podía ver que él estaba parado en medio de la sala, sonriendo mientras observaba mi torpeza al sacar la botella del refrigerador.

Le dije que se sentara, que se pusiera cómodo. Empezó a observar los cuadros de la sala, las fotos, la colección de botellas, los libros de la librera. Por estarlo viendo derramé un poco de vino. Al fin se sentó en el sofá de cuero colocando un brazo sobre el respaldo. Se veía tan seguro de sí mismo; yo me sentía una novata.

Me senté en el sofá, brindamos, dimos un sorbo cada uno y nos mirábamos fijamente a los ojos. Colocó la copa en la mesa de vidrio y se acercó para besarme. Sentí como mi cuerpo se estremecía. Pasó de besos delicados a apasionados. Cuando mordió mi labio inferior sentí el deseo de hacerlo mío ahí mismo. Empezó a pasar sus manos por mi cuerpo y yo solo me dejé llevar. Empezó a volar la ropa por toda la sala.

Al ver su cuerpo perfecto y joven pasé mis manos desde su cara hasta el pecho llegando hasta el ombligo. Agradecí a Dios por estar con un hombre tan bello y me sentí con más suerte. Creo que rejuvenecí 20 años. Lo abracé y le dije que me penetrara.

Pasamos toda la noche teniendo sexo (o haciendo el amor, como prefiero decirme). Hacía años que no tenía esa sensación de libertad, de darlo todo y dejarme llevar. A pesar de tener apenas 26 años se notaba que tenía experiencia en las artes del amor. Al día siguiente preparé el desayuno y desayunamos en la cama. Parecíamos dos enamorados, no podíamos dejarnos de besar. Nos gustábamos mucho.

Estábamos conversando de nuestras vidas y él me contó que apenas llevaba el segundo año de universidad y que trabajaba de repartidor de pizza para pagarse los estudios. Hice cuentas en mi cabeza y no me cuadraba que estaba apenas en segundo año si tenía 26 y le volví a preguntar. Hundió la cara en la almohada: “Tengo que confesar que no tengo 26 años. Tengo 22”.

Casi me caigo de la cama. Me sentía como una asaltacunas, toda una cougar que acababa de devorar a su víctima sin tregua. Pero me justifiqué diciendo que él también me había devorado.

Siguió visitando mi cama por las siguientes dos semanas. El sexo siempre era espectacular pero al hablar y contarme sus cosas eran un poco tonterías. Me fui de vacaciones y no quedamos en nada. Me escribió varios mensajes de cuánto me extrañaba. Cuando regresé de vacaciones me llamó el primer día. Le mentí y dije que estaba enferma. Presentí que sentía algo más que atracción física y me dio miedo. No podía tener una relación con alguien 15 años menor que yo. Cuando me dijo que se estaba enamorando ya no le contesté. En el mito, las cougars no nos enamoramos.

Silvia Titus
/

Guatemalteca. Creció disfrutando la escritura, el ron y el sexo. Feminista, revolucionaria y defensora de las mujeres. Vive en Amsterdam.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Roberto Lopez /

    06/03/2015 4:38 PM

    Para un hombre joven el proposito de salir con una mujer, que a uno le guste, siempre sera el llevarla a la cama. Mientras mas facil suceda eso, mucho que mejor. Puesto que hay muchas mujeres que necesitan la reafirmacion de que ellas aun 'lo tienen' hay jovencitos que haran hasta lo imposible para tratar de conquistarlas. Me parece que ese joven, a quien conociste, era uno de esos casos.

    Lo interesante es que este fenomeno de las cougars tomo mas auge cuando Demi Moore se caso con Ashton Kutcher. Muchas mujeres tomaron pauta de ella para buscar hombres mas jovenes. Sin embargo, como todos ya bien sabemos, Demi y Ashton se divorciaron. Demi tuvo una gran crisis emocional despues del divorcio. Seguramente porque penso que ella tenia a Ashton 'comiendo de sus manos' lo cual resulto siendo una fantasia.

    Definitivamente que los hombres alcanzamos nuestro apogeo sexual cuando estamos en nuestros 20s, luego de eso el descenso sexual empieza. Ya para los 40s, ya hemos perdido nuestro 'mojo'. Sin embargo las murejes a mediados de los treintas parecen despertar sexualmente. Y esto continua facilmente hasta los cuarentas. O sea que en el caso de las cougars y los cubs (cachorros) es como si se alcanzara una optimizacion entre los deseos sexuales de la mujer y del hombre.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Eva Moya /

    16/02/2015 2:35 AM

    Hola a todas, si eres una cougar y buscas buscas chicos mas jovenes te recomiendo la pagina "plazacougar" ya nos contaras como te fue:-)

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Alejandro Ceballos /

    30/01/2015 9:09 AM

    Debiera escribir su libro....muy buen articulo. Felicitaciones.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    La Roco /

    26/01/2015 6:46 AM

    Excelente Silvia!

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    M.Alom /

    24/01/2015 3:43 AM

    Este es un tema muy polemico. Las cougars si nos enamoramos , somos ninfas adiestradas del sexo, somos todo pasion y tenemos un punto muy egoista , rara vez nos detenemos a pensar que es lo que siente nuestra presa, simplemte somos como vampiras de la noche succionamos la juventud ( oh juventud divino tesoro que te vas para no volver ! ) la vitalidad de nuestras victimas ( por llamarles de algun modo ) . Pero muy dentro de nosotras pensamos : Y si me enamoro de el ? Como afrento la situacion de estar con alguien 20 anos mas joven que yo ? Cuando tenga 60 el tendra 40 y estara en todo su esplendor mientras mis pechos me rozaran los pies, mi rostro y mi piel perderan firmeza y tendre que conformarme con admitir una relacion abierta. Realmente quiero esto ? Y ante este atisbo de dudas decidimos disfrutar de una manera sinple , sencilla sin complicaciones y pensar mientras nos hablan del ultimo videojuego despues de una noche de sexo loco : Ayyyyy si tuviese 20 anos mas !!!!! Pero para esto tambien hay respuesta si el tuviera 20 anos mas estaria con una de 25 !

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Billy /

    23/01/2015 10:47 PM

    En el mito las colgar no se enamoran... y cuando se enamoran, a veces nos meten en problemas. 30 años y he estado con mujeres con 10 y 20 años más...

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Simona B. /

    23/01/2015 7:22 PM

    Me gustó mucho el post. Aunque no creo que debamos generalizar tanto. En mi experiencia intenté ser una cougar, lo juro. Me lo propuse cuando cumplí los 38 pero no funcionó. Me sentí vacía después de unos meses. Así que yo creo que depende de la persona y me parece fantástico que haya mujeres y hombres que puedan tener placer por placer, ¿pero hasta cuándo? Dudo que sea por mucho tiempo, pero mientras lo disfrutes pues gózalo por todas las pobres mujeres reprimidas de Guatemala que son muchísimas. En cuanto a mí, me quedo con el amor; ese que es responsable, maduro, respetuoso, equilibrado. Me quedo con el amor de la persona que me hace feliz, que respeta mi libertad, mi autonomía y que me ama tal y como soy. Te deseo mucha suerte!

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Willy /

    23/01/2015 4:48 PM

    Es complicado, porque el amor es mutuo. Si una persona se la pasa bien solamente teniendo sexo con la otra, esta bien. El problema a veces es que a veces alguna de las dos personas se enamora y creo que lo mejor es ser lo mas honesto posible

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Jose Byron Gonzalez /

    23/01/2015 1:46 PM

    Bonito y sensual relato.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Miguel /

    23/01/2015 9:12 AM

    Maravilloso relato que no pocos nos sentiremos identificados.
    Lo malo es que aunque sepamos (los hombres) que no deberíamos, nos enamoramos en algún nivel y ellas/ustedes no se sabe cuándo sí o cuándo no, o qué tanto.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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