Por Loida Avelar
Las primeras horas de la cuarentena de Jordan Daniel, de 20 días de nacido, fueron incómodas. El bebé permaneció más de 16 horas en el hacinamiento de personas que están en cuarentena en la deteriorada Villa Centroamericana, en Ayutuxtepeque.
El ambiente en el que lo arrulló su madre, Mariela de 22 años, fue caótico. No tuvo agua potable para los sanitarios ni para lavarse las manos. Tampoco tuvo agua para lavar las pachas. Los basureros rebalsaron de desperdicios y los techos estaban polvosos.
—Nos dieron dos botellitas para ser específicos y aquí estamos a la caridad de Dios—, relató la joven en una conversación telefónica con Factum.
Madre e hijo aterrizaron en El Salvador la noche del pasado viernes 13 de marzo, en un vuelo procedente de México. Al pisar suelo salvadoreño les notificaron que estarían aislados durante 30 días por llegar desde un país donde se reportan casos del coronavirus Covid-19.
—En el aeropuerto me dijeron que el niño iba a tener todas las comodidades para un recién nacido, que me iban a dar fórmulas, donde hervirle el agua, hervirle sus pachas, donde bañarlo y al final de tanto nos han venido a tirar aquí—, dijo Mariela horas antes de ser trasladada al Polideportivo de Merliot, un lugar utilizado por atletas de alto rendimiento y que cuenta con mejores condiciones que la Villa Centroamericana.
Su caso fue comentado en redes sociales. Recibió muchas críticas por haber regresado a El Salvador sabiendo de antemano que ingresaría cuarentena. Su respuesta es sencilla: estaba preocupada por su trabajo.
Mariela acostó a su bebé en la parte baja del camarote y aunque trató de que no lo picaran los zancudos, no pudo impedirlo. Se sintió frustrada, pues los que menos desea es que el niño se enferme. El zancudo es el transmisor del dengue, una enfermedad que reporta un incremento de casos sospechosos este año. Entre enero y febrero de 2020, el ministerio de Salud registró 1,699 sospechosos de dengue, 428 más que el mismo período de 2019.
La joven relató vía telefónica que tras aterrizar en El Salvador fue trasladada en un microbús hasta el Hotel Capital, en Antiguo Cuscatlán, pero allí no pudieron albergarlos porque ya no había espacio. El Hotel Capital, propiedad de José Adán Salazar Umaña (conocido como Chepe Diablo), procesado por lavado de dinero, está en poder del Estado gracias a un proceso de extinción de dominio.
Horas más tarde, en el Polideportivo de Merliot tampoco los aceptaron. Ella teme haberse contagiado de una enfermedad respiratoria, pues en el autobús que la trasladaron iban viajeros de Colombia y Alemania, según recuerda.
Gracias a la presión de sus compañeros de cuarentena, Mariela y su hijo fueron trasladados al Polideportivo de Merliot la tarde del sábado 14 de marzo. Otros tres niños, de uno, ocho y seis años, también corrieron con la misma suerte que Jordan al ser trasladados hacia Merlioto, según los relatos de los albergados.
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