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Hincha de Comunicaciones y aprendiz de politólogo. Al escribir intento suplir mi torpeza al hablar.
Tenía 17 años cuando me dejé crecer el pelo. Dos años despué me llega un poco más abajo de los hombros y me he hecho ganador de apodos como Yísus. Pero el que más me ha molestado, no solo porque me lo dice mi mamá sino por su peculiaridad de misógino, es el de “Colocha sexy”.
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