Estas son mis razones para decir: ¡Gracias, CICIG!

Gracias, porque en medio de un Estado débil, infiltrable y cooptable, las élites económicas, burocrático-militares y políticas que ejercen un poder ilegítimo, fueron llevadas ante la justicia. Gracias porque nos dimos cuenta que la impunidad no es solo un problema jurídico-procesal, de leyes, sino un problema político, de distribución de poder sobre quién sí y quién no se somete a la ley.

Gracias al Señor Carlos Castresana y su equipo. Porque en su período se dio un paso fundamental: construir un marco jurídico-normativo y las herramientas suficientes para combatir a los Cuerpos Ilegales y Aparatos Clandestinos de Seguridad -CIACS-. 

Estos grupos han puesto en riesgo a la ciudadanía, el cumplimiento de sus derechos humanos y al funcionamiento del Estado mismo. Gracias, CICIG, por impulsar diversas reformas legales que fueron herramientas indispensables para lograr justicia. Nos dejaron buenos machetes para cortar la milpa. 

Por ejemplo, las reformas a la Ley contra la Delincuencia Organizada y la tipificación de nuevos delitos, las reformas al Código Procesal Penal, la creación de los Tribunales de Mayor Riesgo, la aprobación e implementación de los métodos especiales de investigación criminal. Muchas gracias, porque sabemos que poner la primera piedra no era fácil. 

Gracias a Francisco Dall’Anese, Claudia Paz y Paz y sus equipos. Porque iniciaron un proceso de cambio en el Ministerio Público. Una reforma profunda y la creación de lo que hoy es la Fiscalía Especial contra la Impunidad. Gracias por implementar mejores mecanismos de gestión de casos, persecución penal estratégica y por el fomento de la coordinación interinstitucional como elemento clave para lograr justicia. 

Thelma Aldana Fiscal General del MP e Iván Velásquez comisionado de la CICIG informaron sobre el financiamiento electoral ilícito durante la campaña de 2015.

Gracias a Iván Velásquez, Thelma Aldana y todo su equipo, porque por su trabajo logramos unirnos, llenar la plaza central con un solo objetivo: la justicia. Muchas gracias por fomentar la conciencia ciudadana y la importancia de vivir en una cultura de legalidad. Recordemos que el mandato de la CICIG no fue diseñado para combatir los delitos a y b, fue inteligentemente diseñado para perseguir a estructuras criminales como los CIACS, cuya fotografía varía año con año con nuevos y viejos personajes. 

Gracias a Iván Velásquez, Thelma Aldana y sus equipos logramos conocer cómo esos, los de la foto, son los grupos que históricamente se han enriquecido ilícitamente a costa de muchas injusticias, han ejercido poder ilegítimo y cómo siguen buscando hacerse de impunidad. Corruptos y corruptas que hicieron del Estado una piñata que reventaban frente a nuestros propios ojos, solo que la mayoría estaban vendados, otros miraban para otro lado, y otros ni siquiera eran invitados. Al final, el resultado era el mismo: la indiferencia. Gracias CICIG, por quitarnos la venda y hacernos parte. Nos demostramos que el poder está en el pueblo y que unidos somos más. 

Hay tanto qué agradecer y no quiero escribir únicamente sobre los logros. Quiero hacer énfasis en lo humano, en quienes trabajaron día a día por cada uno de esos casos, informes, proyectos; pero evidentemente tendríamos una lista súper larga. Por eso, como una mujer guatemalteca, con conciencia social, víctima de la guerra y la paz, comprometida con mi país, expreso mi total agradecimiento.   

Gracias a todo el personal de la CICIG, a funcionarios/as internacionales que dejaron su país (y comodidades), a sus familias y demás para venir a Guatemala. Gracias a los funcionarios/as nacionales que dedicaron horas de trabajo para una mejor Guatemala. Gracias a los policías de la Policía Nacional Civil que hicieron trabajo de hormiga, a las y los fiscales del Ministerio Público. Gracias a los abogados y abogadas litigantes por la valentía de ponerse de cara al crimen y defender la  verdad, la justicia y la razón.  

La mayoría de guatemaltecos y guatemaltecas lamentamos muchísimo la expulsión de la CICIG, digo, su “salida”. Sabemos que mientras no se cruce el umbral del fortalecimiento institucional, se genere un blindaje de los avances y se garanticen medidas de no repetición, la lucha continúa. La batuta sigue en la ciudadanía.  

¡GRACIAS!