¿Por qué tanto silencio? ¿A quiénes les conviene que nos quedemos en silencio en Guatemala? Yo no puedo quedarme callado y tampoco quiero. Y aunque me cueste escribir, voy a intentarlo. Tenemos que decir lo que pensamos, lo que sentimos, lo que sabemos que a mucha gente no le conviene escuchar o leer.
Urge hacer visible lo invisible y organizarnos. Pero no solo para buscar huesos políticos, sino como país para ejercer presión y hacer valer nuestros derechos. Carajo, están matando a las niñas, a los niños, a las mujeres, a la gente, y no hacemos más que quedarnos callados.
¿En serio, muchá?
Ayer en medio de todas las publicaciones sobre el amor a la patria que desbordaron los sectores retrógrados excitados profundamente por lo militar, lo opresor y lo tenebroso del pseudopatriotismo, Antigua al Rescate, por medio de una de sus fundadoras, Sofía Letona –recientemente nombrada guatemalteca ilustre en el certamen de Seguros Universales–, compartía una noticia que todavía no puedo asimilar. No encuentro palabras para describir la rabia e impotencia que siento al conocer el caso de Franklin.
El lunes la PGN se había llevado a Franklin (el nene para quien recolecto dinero para el oxígeno) para poder examinarlo porque pensaban que no estaba recibiendo los cuidados necesarios. Se lo llevaron aún cuando su mamá no entendía qué pasaba por no hablar bien el español (hilo)
— Fia (@fiaheisenberg) September 16, 2019
No puedo creer cómo carajos el Estado de Guatemala interviene unicamente para acabar con la vida de Franklin. Un niño que había sido olvidado por los servicios de salud cuando Antigua al Rescate, con el apoyo de mucha gente, principalmente con la aceptación de la familia del angelito, llegó para trabajar en la recuperación del patojo.
Dicen que Franklin murió por causas desconocidas. ¿Causas desconocidas? Pues a mi se me ocurren varias: la incapacidad, la prepotencia, el abuso de poder, la irresponsabilidad, el irrespeto, la corrupción, la impunidad. Esas mismas causas que también cobraron la vida de las 41 niñas del Hogar Seguro.
No se vale. No es justo. Franklin merecía que Guatemala lo cuidara y lo acompañara. Las niñas del Hogar Seguro, merecían lo mismo. Y estos casos son los que conocemos públicamente, imaginen ahora todo lo invisible, todas las tragedias diarias que no llegan a nombrase en un tweet, siquiera.
No me da pena ni miedo describir al Estado, como asesino, como un aparato para la muerte y los negocios turbios. Al gobierno guatemalteco no le interesa cuidar a su niñez y a sus juventudes, le interesa invertir en salarios y mantenimiento de un ejército al servicio del narco; un gobierno que cede el honor y ha perdido la dignidad, que ha descompuesto la identidad nacional.
Como país, como sociedad, tenemos que aprender a reconocer que vivimos en un Estado que no funciona y con un gobierno que le sirve a los poderes oscuros. Es así. Nos corresponde organizarnos, cuidarnos y procurar ser más humanos. Afortunadamente, existen organizaciones civiles con gente aguerrida y con alto sentido humano, desde el amor, la dignidad y solidaridad como Antigua al Rescate que sigue, desde la tragedia de Los Lotes, luchando por la gente y sus derechos, por la memoria, por la justicia, por el bien común.
No puede quedarse impune esto. No pueden seguir muriendo niños y niñas por la incapacidad del Estado. ¿No les indigna saber que están matando a nuestras patojas y patojos?
Rina /
Me gusta tu opinion
Héctor Escobar /
Me pareces que tienes razón, pero la justicia trabaja con papeles de pruebas con un ir y venir de licenciados que enredan más el caso si hay quién pague los costas judiciasles así que este dolor de esta familia se quedará impune madre de la corrupción.