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11 Pasos

Hoy hace 35 años desaparecieron a mi papá

Defiendo que las fechas son sólo números que nos ayudan a organizarnos y que los días son 24 horas que pasan con historias propias cada año. Detesto la idea en la que un suceso dramático marque un número y que ese día se deba sufrir. Pero a pesar de toda esta racionalización, yo nunca sé como gestionar los 13 de febrero. Una fecha en la que yo no había nacido, en un tiempo en el que realmente no estuve, y que aunque intento esquivar, desde que sé lo que ocurrió, me duele.

Cotidianidad Opinión P258
Esta es una opinión

Imagen del tráiler de la película La asfixia, de Ana Bustamante.

No recuerdo cuando fui consciente de la ausencia de mi papá. Supongo que fue cerca a mi edad escolar, al ver que otras niñas y niños como yo tenían uno. No recuerdo que fuera especialmente doloroso el darme cuenta que no tenía al mío. Desde un inicio sabía que mi vida era diferente; no me molestaba. Mi madre abarcaba todo el mundo que yo necesitaba.

Siempre supe que lo que se hablaba en casa no se debía pronunciar fuera. Que había una gran parte de mi que debía ocultar. Y así crecí, en un ocultar que más tarde me llevó a un sitio en el que preferí saber poco o nada. Hasta que un día, mamá me pidió le acompañara a la presentación de un libro en el se relataban las historias de algunos estudiantes de la Universidad de San Carlos, que habían sido asesinados o detenidos desaparecidos durante la guerra. Mi papá, Emil Bustamante, en aquella época era profesor, pero también aparecía en él. Era parte del Partido Guatemalteco del Trabajo y trabajó junto al rector Saúl Osorio. Yo decidí acompañar a mi mamá, no sin antes aclararle que iba por ella, no por él.

 

Emil Bustamante, en los 80.

Emil Bustamante, en los 80.

El acto lo hacía el arzobispado a los pies de la catedral. Allí, bajo un cielo obscuro pronunciaron el nombre de ellas y ellos. Al escuchar el de mi papá, me rompí. Lloré. Lloré por muchos días como un grifo gastado que no se puede cerrar. Sentía un dolor profundo que no podía racionalizar para lograr detener. No entendía como podía sentir tanto por alguien que no conocía. Luego comprendí que mi papá aparece en mi vida con una ausencia vasta, simbolizando la impunidad, la injusticia, la rabia. Ese día sentí la necesidad de saber quién era él, conocer su historia, saber de dónde vengo. Solo así, tal vez llenando aquel vacío, lograría que el dolor que sentía fuera menos fuerte.

Ese día

El 13 de febrero de 1982 era el cumpleaños de mi prima Ximena. Días antes toda la familia se había puesto de acuerdo para celebrar su primer año. No era una época fácil. Mi tía Marilena cuenta que mi mamá insistió en que la vida se debía celebrar y por eso organizaron la piñata. Se repartieron las tareas, mi mamá era la encargada del pastel.

Ese día mis papás harían unos cuantos recados por la mañana y luego irían a la celebración. El pastel no estaba listo y mi papá, molesto por el retraso, decidió adelantarse. Mi mamá en casa terminó el pastel y arregló a mi hermana Flora para el festejo. Pero pasaban los minutos y mi papá no llegaba. Mamá supo que algo no estaba bien; él era muy puntual. Salió a buscarlo porque no habían celulares; y el tráfico de ese día era algo inusual en esos años. Más tarde llegó a casa de mi tía, pero no vió a mi papá. Mi tía me cuenta que mi mamá esperó que cantaran el feliz cumpleaños y que el último niño saliera de la casa. Mi tía la vio y sus ojos le dijeron todo.

– Emil no aparece.

Las portadas de los periódicos del día siguiente retratan el tráfico que se vivió ese día. La Ciudad estaba repleta de retenes militares. A él lo detuvieron en uno al final de la 20 calle de la zona 10.

Mamá y mi hermana Flora tuvieron que esconderse en casa de unos amigos para luego salir al exilio rumbo a México. En esa casa, mi mamá comprobó que estaba embarazada de mí. Hacía un par de meses que yo estaba en su barriga. Ella siempre me ha dicho que mi papá lo sabia, y que llegó a brindar por ello. Una imagen que creo que forma parte de una ficción que nos aligera la vida y que por mucho tiempo me sirvió.

Mi vida ahora

Nací en México, porque en Guatemala, el país en el que debí nacer, existía una dictadura que no garantizaba mi vida o la de mi familia. Era un Estado que asesinaba y torturaba a quien quisiera hacer algo por el otro. Un Estado que desapareció y asesinó a miles de personas, 45 mil personas, que como mi padre lo único que buscaban era que todas y todos tuviéramos los mismo derechos y condiciones de vida. Un Estado que violó la ley una y otra vez al no garantizar un juicio a quienes consideraba sus “enemigos”.

Años más tarde volví a Guatemala y crecí dentro de una sociedad llena de silencio, de miedo y sin memoria. Pretendí por algún tiempo encajar, pero no pude, mi historia me superó.

Ahora he buscado reescribirla como mejor creo que puedo hacerlo, a través del cine, rodando una película en la que pretendo relatar, a través de la historia de mi papá, lo que muchos como él y como yo hemos vivido. Reescribir una memoria cortada y contada a medias. Pronunciar las palabras, completar las oraciones dichas a medias, sin recato ni miedo.

La asfixia (Teaser) from Nanuk Audiovisual on Vimeo.

Ver el pasado de Guatemala no es fácil, siempre duele. Ver el presente tampoco lo es, pero, reconforta saber que este momento, que el ahora lo podemos cambiar. Por eso la importancia de hablar, de contarnos y escucharnos, para intentar ponernos en la piel del otro, de la otra. Para no permitir que bajo ninguna circunstancia lo que antes ocurrió vuelva a pasar.

Hace 35 años mi familia busca a mi padre. Le hemos pedido al Estado que nos diga dónde está, pero sólo hemos recibido silencio. Se lo preguntamos incluso a mi tío, el general Ricardo Bustamante, mano derecha de Pérez Molina y ahora de Jimmy Morales, pero no nos quiso responder. Sabemos que el 23 de marzo de 1982 lo vieron con vida en una prisión militar, el Cuartel de Matamoros, que era un centro de torturas y ahora es una prisión VIP.

Sólo ellos, los perpetradores, pueden saber el paradero de los más de 45 mil detenidos desaparecidos. Exijo justicia. Que los responsables de este y los muchos crímenes que se cometieron durante la guerra sean juzgados.

Quiero tener una tumba para poder visitar los restos de mi papá cada 13 de febrero, o el día que me dé la gana. Quiero poder ir a algún lugar y pretender, en ese acto simbólico, que estoy con el padre que el ejército y el Estado de Guatemala no me dejaron tener.

El desaparecido no tiene una muerte confirmada, pero cada vez que le nombramos de alguna manera se nos aparece. Emil Bustamante es mi padre y por lo que ahora he aprendido de él, fue un hombre al que me hubiera encantado conocer. Con el que me hubiera encantado hablar, discutir, reír, abrazar… compartir la vida.

Ana Bustamante
/

Guatemalteca, cineasta. Estudió ciencias de la comunicación en la Landívar y cine en Madrid.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Olga Marina Sazo Gómez /

    14/12/2020 3:31 PM

    Me gusta leer la historia de Guatemala, es dolorosa pero es la verdad

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Max Afre /

    22/02/2017 2:26 AM

    En esa guerra fratricida todos sufrimos de una u otra manera, solo le cuento que personas como su señor padre también tienen las manos manchadas de sangre, a mis abuelos y un primo de apenas 12 años los asesinaron porque los "guerrilleros" al entrar a la casa vieron la fotografía de un mi tío en uniforme, el era soldado. Se perfectamente que no los asesinó el, pero si la estructura criminal a la que pertenecía.

    ¡Ay no!

    8

    ¡Nítido!

    Miriam /

    14/02/2017 2:15 PM

    Duele saber como a tantas familias les negaron el derecho de tener una vida plena y felíz con los suyos. Le aplaudo su coraje y que preste su historia para hacer una película que muestre que en esa época un desaparecido puso ser un familiar, un vecino, un amigo, o uno mismo. En Guatemala nos falta empatia y compartir estas experiencias duras sirve para entender lo importante de la justicia y soñar con otro país más justo y seguro.

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!

    Marco Miguel /

    14/02/2017 1:16 PM

    Está historia es muy triste, yo no la conocía y solo puedo decir, ojalá un día en Guatemala podamos pensar distinto sin ser agredidos de cualquier forma por pensar como comunistas, como liberales, como católicos, como musulmanes, etc.

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!

    alfonso villacorta /

    13/02/2017 7:11 PM

    lastimosamente los traidores no tiene conciencia ni sentimientos y les dio igual firmar una paz de papel sin considerar el dolor y las secuelas que dejó la violencia en tantos miles de familias.
    leí un testimonio de la hermana de la víctima y parece un caso de traición; sus compañeros lo entregaron, talvez a cambio de algo o alguien o simplemente se enteró de cosas que incomodaron a su dirigencia

    ¡Ay no!

    1

    ¡Nítido!

      Jeanette /

      27/11/2020 9:22 AM

      A mi también me parece un acto de traición Ahh pero ve a muchos y muchas dándose aires de pureza. Ojalá a esos traidores el karma no los olvide. Y los asesinos se pintaban para cometer los peores actos contra la población.

      ¡Ay no!

      ¡Nítido!

    Juan /

    13/02/2017 9:13 AM

    Caso muy triste como miles que sucedieron y suceden todavía hoy en Guatemala y todavía están impunes. En su relato me llamo la atención que sea usted Ana, familiar (no se en que grado) del General de División en Situación de Retiro Ricardo Bustamante. Hoy en día Ricardo Bustamante a acumulado mucho poder tras bastidores en los últimos 3 gobiernos (el de Perez, Maldonado y ahora el Jimmy de quien fue su catedrático de maestría en asuntos estratégicos) y no creo que el General Bustamente quiera ser el "General Martin Balza" de Guatemala. El General Balza es un Oficial Argentino Héroe de Guerra en las Malvinas y fue Jefe del Ejercito Argentino a mediados de la década de los 90s, fue el primer General argentino que reconoció los excesos y crímenes de guerra durante la dictadura militar de su país, por ese gesto fue reconocido por la comunidad internacional. Pero al pasar a retiro sus colegas militares lo expulsaron de todas las asociaciones militares de retirados y técnicamente lo declararon "traidor". Eso mismo le pasa hoy en día al General retirado guatemalteco Julio Balconi (Ex ministro de la Defensa durante la firma de la paz) que soporta una "campaña negra" en las redes sociales por parte de los familiares de los "oficiales retirados mas duros y corruptos de ejercito" que los acusan de haber sido "canchito" (comunista), infiltrado, pasapartes, traidor, "destructor del ejercito" por haber sido uno de los que impulso los acuerdos de paz dentro del ejercito. Y por dar algunas declaraciones publicas que según estos sectores "duros" van en contra de la norma no escrita dentro del ejercito de lo "que aquí se hace, aquí se dice, aquí se queda". Me imagino que Ricardo Bustamante ahora tendrá algún conocimiento donde puede estar el cuerpo de su papa y tenga motivos "poderosos" para no decirlo. Pero en el contexto de la época (1982) si mal no recuerdo Ricardo Bustamente tenia el grado de Teniente, en esa época que podía hacer un "tenientillo" para ayudar a un familiar que en esa época el Estado había tachado como "enemigo interno" y no crea que estas palabras es una defensa gratuita a Ricardo Bustamente (a quien no conozco) y según dicen hoy en dia es el jefe de la famosa "juntita" de Jimmy y de los negocios que hacen actualmente con el erario publico. Hubieron muchos casos de familiares de Oficiales Subalternos y Superiores que militaban en organizaciones que el Estado guatemalteco de esa época calificaba de "subversivas" que fueron capturados vivos y aunque sus familiares militares trataron de mediar para salvarles la vida les fue denegada la petición, bajo pena de perderlas ellos. Hay una foto de los años 80s de la fotoperiodista estadounidense Jean Marie Simon del cuerpo de una joven mujer mutilada por "elementos no identificados" esta joven mujer era sobrina del General en retiro Barrios Celada (en la época de la muerte de su familiar, el era Capitán) y aunque trato de salvarle la vida estos "elementos no identificados" eran mas poderosos. Así hay muchos casos dentro del ejercito de estos y de crímenes en contra de Oficiales fuera de las zonas de combates, que "oficialmente" fueron adjudicados a los "delincuentes terroristas" pero en realidad fueron ajustes de cuentas dentro de la misma institución armada por diversos asuntos. Lamentablemente "por ahora" creo que ningún Oficial retirado que NO tenga las manos manchadas de sangre con crímenes de lesa humanidad, vaya a decir algo sobre estos y otros sucesos de la "guerra interna" debido a la campaña mediática de una organización extremista de todos conocida (FCT) y de sus "satélites". Ya que el Oficial retirado que públicamente o en su circulo cercano diga algo que a ellos y especialmente a su "líder" (que es en términos militares es un "pachuco" pero por ser HIJO de un militar se cree una reencarnación del Mariscal Victor Zavala) no le parezca se exponen a la "muerte social" (o hasta física) dentro de su circulo de amistades.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

      Luis Lewis /

      13/02/2017 6:39 PM

      "Hay una foto de los años 80s de la fotoperiodista estadounidense Jean Marie Simon del cuerpo de una joven mujer mutilada por "elementos no identificados" esta joven mujer era sobrina del General en retiro Barrios Celada (en la época de la muerte de su familiar, el era Capitán) y aunque trato de salvarle la vida estos "elementos no identificados" eran mas poderosos."

      No sabia de este caso pero ya una busqueda me permitio atar los cabos... Segun parece, Eugenia Beatriz Barrios Marroquin, la sobrina de este militar, en 1985, por ahi cuando fue electo Vinicio Cerezo, habia sido capturada, torturada pero liberada... Habia conseguido una visa de refugiada en la Embajada Canadiense y dias antes de partir hacia Canada, fue capturada de nuevo: tras una brutal y salvaje tortura, que incluyo cortarle ambas manos, se encontro su cuerpo en Escuintla; ahi fue donde fue fotografiado su cuerpo por Jean-Marie Simon. Era maestra de primaria, a sus 26 a~nos, madre de dos ni~nos, y estudiante de derecho en la USAC.

      Gracias, Juan, por esta amplia descripcion de lo que ha sido la realidad dentro de las filas del ejercito.

      ¡Ay no!

      ¡Nítido!



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