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11 Pasos

La historia de hacer vida (y música) después de la muerte

Nos reunimos en uno de los salones de la nueva construcción que pronto inaugurarán como parte del centro cultural. Estamos en el estudio de grabación. En el fondo se encuentra una marimba doble y varios instrumentos musicales. Alicia Sen Sipac, Inés Mucun, Graciela Maribel Coz y Mayra Choc Choc se sientan en el suelo sobre cuatro petates.

Cotidianidad P147

Graciela Maribel Coz Cuy integrante de Ajch’owen rama femenina del proyecto cultural Sotz’il.

Fotos: Carlos Sebastián

Daniel Guarcax, miembro fundador del grupo Sotz’il, dirige el ensayo: “Primero vamos a leer algo sobre el miedo y algo poético en nuestro idioma, ¿quién va a empezar?”.

Alicia, una lideresa innata, de ojos brillantes, lee un poema en kaqchikel.

“Se nota que te cuesta escribir en tu idioma, pensás en español y lo traducís” comenta Daniel, y lee algo de lo que solo logro captar que dice: cabellos enredados con los recuerdos”. Se enfrascan en una plática sobre el uso del idioma kaqchikel.

Sigue el turno de Graciela, maestra bilingüe. “Tu kaqchikel es diferente, pero decís con dos palabras lo que podés decir con una. Estoy segura que existe una sola palabra en nuestro idioma para decir: olvidar las dificultades”.

Mayra lee su poema en español. Habla algo del tejido, las manos y los hilos como recuerdos y metáforas de la realidad. Sigue Inés. La discusión se centra en la conveniencia o no de usar algunas palabras en español en la obra que están haciendo.

La segunda parte del ensayo la dedican a realizar ejercicios de pronunciación de sonidos guturales. La práctica implica aprender a decir correctamente la k y la q. Letras que yo escucho igual y no distingo diferentes. El ejercicio les da mucha risa. El intento de pronunciar fuete y seguido tantas kas y qus es divertido. “¿Ven de donde salen los sonidos? Probemos pronunciar cuervo: joj qo’ ch”. Vuelven a reír. “Si no aprenden a pronunciar bien, el canto va a salir tipo Gaby Moreno”, dice Guarcax. Más risas.

Para terminar el ensayo hacen un pequeño ejercicio musical. Cada una toma un instrumento y toca una melodía sencilla. Hay tambores, flauta y ocarinas. Las canciones las aprenden de memoria o van construyendo las melodías. “A veces las melodías regresan en el sueño”, comenta Sara.

Danzando con la abuela

Nos movemos a la antigua sede del grupo Sotz’il para platicar. Es una casa vieja de adobe, muy tradicional y diferente a la nueva construcción que albergará los distintos proyectos del Centro Cultural.

Ajch’owen, que significa artistas en kaqchikel, comenzó en el año 2011 como una iniciativa de los Sotz’il para identificar a mujeres que estuvieran trabajando en las distintas disciplinas artísticas. Juntaron a 25 jóvenes que tenían entre 15 y 33 años, la mayoría estudiaba en el Centro Educativo Comunitario Maya Tijob'al Tz'olojya' de el El Tablón Sololá para formarlas en canto, danza, escultura y poesía.

De ese grupo original culminaron el proceso solo siete. “En realidad no se le da mucho valor al arte. Las mujeres tienen muchos limitantes para expresarse y salir de su casa”, explica Alicia. Las que se fueron lo hicieron por distintas razones: por estudios, por tener que dedicarse a los oficios domésticos, falta de interés o porque no las dejaban salir en sus familias.

Las que se quedaron concluyeron la primera fase del taller con una investigación sobre la marimba en la época contemporánea y crearon la danza Ixmucané. Hay tan pocas mujeres en el arte escénico, que esta presentación sedujo a los cooperantes y los apoyaron en otro proceso de formación. Gracias a eso, en el año 2012 nació Ixkik, también de creación colectiva.

Con Ixkik profundizaron en el arte escénico maya. Y tocaron temas tabús para las mujeres indígenas: la sexualidad y la libertad. Con esta obra se presentaron en diferentes organizaciones y en festivales internacionales y nacionales. Recuerdan cuando la presentaron frente a migrantes en San Diego, Estados Unidos. Hubo lágrimas y espacio para hablar de los problemas sociales; de la reivindicación de los derechos de las mujeres y los ancestrales; de la desaparición del tuj (temascal). Algunos recordaron cuando cruzaron el desierto y eso les generó muchas reflexiones. Sentir que el público se identificó con su trabajo, es de las experiencias que recuerdan con más cariño.

Las mujeres de Ajch’owen utilizan la metodología “Danzando con la abuela” creada por el grupo Sotz’il. Esta tiene un fuerte componente de investigación social. Todo trabajo comienza con una ceremonia para pedir permiso a las abuelas y abuelos. “Nuestras creaciones son desde nuestro sentir".

Para aterrizar en el tema de esta nueva obra, realizaron varios ejercicios de introspección. “Las cuatro coincidimos en el miedo. El miedo de ser mujeres mayas, de la guerra, de la inseguridad, el miedo que llevamos adentro. Miedo del pasado, del presente, del futuro”.

Les hago una pregunta que suele ser complicada de responder en otros ambientes. ¿Qué es el arte? Para ellas la respuesta es sencilla: “Llegamos a la conclusión entre todas que el arte es una energía creadora que expresa sentimientos y emociones y que sirve para sanar”. ¿Por qué lo hacen? “Queremos contribuir a la transformación social, fortalecer a las mujeres mayas y volvernos más fuertes físicamente, espiritualmente e ideológicamente”.

¿Cómo llegaron al arte? Alicia confiesa: “Me acerqué por el fallecimiento de Lisandro. A raíz de su partida me quedé con un vacío grande y profundo, para desahogarme y lidiar con esta tristeza quise seguir sus pasos. A veces tiene que suceder algo terrible para que luego florezcan nuevas esperanzas”.

Lisandro, tu corazón florece

Que mi corazón florezca cuando deje de bombear tinta roja, que le salgan espinas pequeñas y flores amarillas, que lo pinten con nij y le hagan dibujos de animales y pájaros bicéfalos.
(Fragmento de poema de Rosa Chávez)

El 25 de agosto de 2010 el maestro, artista, guía espiritual y fundador del grupo Sotz’il, Lisandro Guarcax, fue secuestrado. Un día después, cerca de su trabajo lo encontraron muerto y con señales de tortura. Tenía 33 años, un bebé de seis días y muchos proyectos inconclusos.

Este no fue el único golpe de violencia que ha tenido el grupo artístico. Un año antes, en mayo de 2009, otros dos miembros de la familia Sotz’il, Ernesto y Carlos Emilio Guarcax González, también habían sido asesinados.

Dos años después, por el asesinato de Lisandro fueron condenados Santiago Cuc Pecher, Bartolo Cuc Pecher y Víctor Cuc de la banda Los Pujujiles; por los delitos de plagio o secuestro en forma continuada y asesinato. Estarán en prisión entre 100 y 376 años.

El asesinato de Lisandro conmovió al ambiente artístico, se creó un movimiento que exigió justicia y se organizaron dos festivales en su honor con el nombre de Tu Corazón Florece por un poema de Rosa Chávez, amiga de Lisandro y artista. Ahí se consolidó Ruk'u'x, un movimiento de artistas mayas que aún produce y crea arte.

Víctor Barillas y Daniel Guarcax, del grupo Sotz’il, recuerdan los momentos difíciles luego del asesinato de Lisandro. “Decían un montón de cosas de él. Nos costó ganarnos de nuevo la confianza de la gente. Cuando lo mataron, nos cuestionamos si debíamos seguir. Pero agarramos más fuerza, nos sirvió el apoyo de tantos artistas. Y así nos inspiramos en los sueños y anhelos de Lisandro, fue una meta reorganizarnos.” Y aunque se condenó a los asesinos materiales de Guarcax, aún no se sabe nada de los hechores intelectuales. "Exigimos que se llegue al final de la investigación”, agregan: “Todos tenemos derecho a la vida y que no nos sea arrebatada”.

Investigar, crear y fomentar ha sido la línea de trabajo de los Sotz’il. El grupo que fundó Lisandro hace más de diez años ha dado varios frutos, las Ajchowen, por ejemplo.

Y además han presentado ya varios discos de música: Rachïk’ Sitz y Ojer Rutzij Q’ojom, además de dos libros; Ati’t Xajoj (Danzando con la abuela) y Ka’i’oxi’ tzij pa ruwi’ rupatän samaj ri, ajch’owen, Algunas palabras sobre el trabajo del artista maya.

No me cabe duda, Lisandro, es tu corazón.

Lucía Escobar
/

Estoy casada con el periodismo y a veces le soy infiel con la ficción. He sido redactora, reportera, editora, columnista y lo que se ofrezca en una redacción. Escribo porque me siento cómoda entre las palabras. Además, soy entusiasta del arte, la cultura y la ecología.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Henry Chex /

    26/08/2016 12:51 PM

    Interesante nota periodística Sotz'il ha estado presentando constantemente sus obras en Comalapa Chimaltenango, invitados a conocer la historia de este grupo artístico quienes continúan el legado de Lisandro Guarcax.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Diego ICoj /

    21/05/2016 10:38 PM

    Vi hace un par de años al Grupo Sotzil en una presentación cuando aún vivía Lisandro. Recuerdo que fue asombroso ver como danzaban y cantaban. Se lamenta mucho su brutal desaparición, pero la semilla que él y sus colaboradores han plantado, está dando fruto. Un saludo y mucho ánimo a las compañeras de Ajch'owen. Maltyox.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

      Lucía Escobar /

      23/05/2016 7:23 AM

      Gracias Diego por ti comentario. Pronto tendrán nuevas fechas y ojalá lleguen a muchos lugares.

      ¡Ay no!

      ¡Nítido!



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