La misteriosa casa es de concreto y hierro. Queda en la 12 calle 2-65 de la zona 14. Y desde un complejo de casas más o menos cercanas se escuchan ruidos. Esto sucede desde hace varios meses, pero los vecinos no están seguros de qué es. Tampoco saben quién vive allí: “A veces llega un señor, no sé quién sea”, dice uno de ellos a Nómada. “Sí he escuchado algo, pero es como un gato, no le sabría decir qué es”, responde.
Otro tiene el oído más fino. “Hace unos dos meses comencé a escuchar ruidos. No sé qué sea, pero dudo mucho que se trate de un animal doméstico”. La casa de este vecino está un poco alejada del complejo, pero aún se escucha. “Es como un rugido, como si tuvieran un tigre o un león”, asegura.
La casa desde donde se escuchan los ruidos es la del centro de un complejo habitacional. Parece abandonada. La fachada está descuidada y, por la única ventana que da a la calle no puede distinguirse nada. Cuando Nómada llegó para confirmar qué animales tienen allí, nadie respondió el timbre.
En ese momento no se escuchaba nada. “Es más por la tarde”, dice un vecino respecto a la hora en que se escuchan los ruidos. Eran las dos de la tarde de un viernes.
Pero al terminar la frase, se abrió el portón automático. Entró una camioneta agrícola negra y polarizada. Unos segundos después volvimos a tocar el timbre. A tocar la puerta. Nadie responde.
Pasan unos cinco minutos. La casa parece vacía. Aunque no lo está. Regresamos para ver si alguien podía atendernos.
El misterio de la casa de los ruidos no habría sido resuelto si Nómada no hubiera tenido acceso a unas fotos y videos desde uno de los edificios cercanos.
Como intuyó uno de los vecinos, lo que se escucha sí son rugidos felinos. En el patio trasero hay dos leones. Incluso podrían ser más. Pero el problema no es sólo por qué dos leones están en una vivienda particular, sino lo común que es esto. El peligro en el que pone a los humanos. Y a los mismos animales.
Es que según la ley, no es un delito traficar leones africanos.
¿Quiere un león? En internet cuesta Q33 mil
El problema, en el caso de los leones, es que existe un vacío legal y protegerlos no resulta fácil. No son una especie nativa de Guatemala y tampoco pertenecen a la Lista de Especies Amenazadas de Guatemala (LEA). Su comercio, hasta cierto punto, es permitido en el país.
A nivel internacional, el comercio de fauna silvestre está regulado, naturalmente, por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestre (CITES). Dice qué especies silvestres pueden comercializarse para dejar de ser silvestres.
Con los leones, hace dos diferencias. Los africanos están en la lista 2 –amenazado porque se ha reducido su especie (solo) en 50%– y los asiáticos, de una selva en India, están en la lista 1, de especies en peligro de extinción.
De igual forma, como en las aduanas guatemaltecas, se puede jugar con la ley. Si un animal es a la lista 1, en peligro de extinción, pero nació en cautiverio, no existe ninguna ilegalidad para que sea parte de una “colección privada”. Este es el nombre utilizado por el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) para referirse a los animales salvajes que viven en estas condiciones. Como quizás están dos leones de la casa de la zona 14. Sólo se requiere del permiso según el país donde se tenga. En Guatemala, debe autorizarlo el Conap.
En este caso, si se cuenta con una licencia es permitido tenerlos como mascotas. “La ley pesa más sobre animales nativos”, dice Juan Manuel Pérez, director de educación y centro de acopio de la Asociación de Rescate y Conservación de Vida Silvestre (Arcas).
En la web incluso hay foros como Fauna Exótica, en los cuales se comenta acerca de venta de mamíferos, anfibios y aves. Además, en algunas páginas ofrecen cachorros de león por hasta 4 mil euros (unos Q33 mil).
Por otro lado, muchos de los leones que son comercializados vienen de circos o zoológicos. “Si cuentan con una licencia reproductora, pueden venderlos”, dice el biólogo Pérez, de Arcas. En el portal de Conap se puede descargar la papelería para realizar los trámites. Un león, según un trabajo de tesis de la Universidad de San Carlos (Usac), puede llegar a venderse por hasta US$25 mil (Q200 mil).
En Guatemala no existe ninguna empresa registrada para reproducir y comercializar con felinos grandes. Los circos cuentan con permiso para tener “colecciones privadas” y por eso han podido comercializarlos. “Además, muchos de los animales ya nacieron aquí, en cautiverio, entonces los venden”, dice el biólogo Pérez.
Alan Marroquín, director de Vida Silvestre del Conap, lamenta que particulares puedan tener leones como mascotas. “Es que no lo son, son animales salvajes”. La mayoría son ilegales. Pero las denuncias no siempre llegan. Estos animales son muy cotizados por narcotraficantes y, en muchas ocasiones, quienes viven cerca de los dueños temen por su seguridad. No obstante, Marroquín dice que la institución protege el anonimato y que “sólo es necesario tener la dirección y algunas fotografías para realizar el decomiso”.
Los animales que forman parte de “colecciones privadas” son sometidos altos niveles de estrés e incluso maltrato. “Aunque muchas veces, los particulares los tratan peor que los circos o los zoológicos, sólo les dan de comer una vez al día, los maltratan, los tienen abandonados”, dice Marroquín. No importan las condiciones: son arrebatados de su hábitat y obligados a domesticarse.
Otro problema es que si el dueño, sea quien sea, tiene el permiso y puede presentar las facturas y el origen del animal, no comete ninguna ilegalidad, aunque lo maltrate. Leyes contra el maltrato, como tal, no existen. Y el comercio es más amplio de lo que parece.
El león de la abogada que defendió al Presidente
Karen Fischer, la abogada que presentó un recurso legal para evitar que le quitaran la inmunidad al presidente Otto Pérez Molina, también fue dueña de uno. “Se llamaba Dalí, porque es surreal tener este animal”. Dice no recordar el nombre de la persona que se lo vendió. “Fue a través de un sobrino que hice el contacto”. Su mascota, dice, contaba con permisos del Ministerio de Gobernación y el Conap.
En el caso de Fischer, este león lo tuvo hasta que cumplió siete meses, “porque era de mi tamaño y podía ser peligroso”. Lo regaló a una finca, de un amigo suyo, aunque prefiere omitir el nombre del nuevo dueño. Por su seguridad, dice.
Ella únicamente tuvo que pedir los permisos: nunca le exigieron un espacio mínimo ni le dieron dietas específicas. “Al principio le daba leche, luego comencé a darle leche mezclada con comida de gato”.
Cuenta de una ocasión en que viajó a Atitlán y que no tenía dónde dejarlo. “Leí sobre un hotel para mascotas, pero no aceptaba leones”. Finalmente, lo llevó sedado, pero el animal, por el estrés y por nunca haberse sometido al sonido de vehículos, pasó despierto todo el tiempo.
“Volvería a comprar un león”, finaliza Fischer.
Exóticas versus silvestres
Cuando se habla de especies salvajes ante la ley, existen dos tipos: las exóticas, que son extranjeras, y las silvestres, nativas de Guatemala. Las últimas son protegidos por las leyes del país, pero los animales exóticos, no. Depende únicamente del tipo de lista CITES al que pertenezcan.
“Es que en su casa usted puede tener un perrito o un gatito, nada más”, dice Miriam Monterroso, directora ejecutiva de Arcas. Pero esto no parece importar: la institución que ella dirige, en sus refugios, cuenta con más de 600 animales de al menos 40 especies. Muchos provienen de decomisos.
Sobre todo, se trafican aves y anfibios. El caso de las guacamayas es recurrente, igual el de los pericos. “Lo de los periquitos es algo (que erróneamente se considera) más cultural, porque todos conocemos a alguien que ha tenido uno y como pueden llegar a vivir hasta 80 años, muchos están desde antes de la fundación del Conap (26 años). Y no se puede hacer nada”, dice Marroquín.
En redes sociales, en carreteras e incluso diferentes petshops se venden animales exóticos. Una tienda que los vende es Exóticos Pet Shop, ubicada en la zona 10 de la ciudad. Cuentan con autorización del Conap para comercializar con especies no nativas del país. “Ese es el problema”, dice el biólogo Pérez, pues de momento sólo se puede hacer el intento de proteger a la fauna silvestre nacional.
El tráfico exótico y silvestre (extranjero y nacional) es bastante amplio. Una investigación de la Usac, titulada “Caracterización del tráfico ilegal de fauna silvestre”, detalla que en el país se venden al menos 22 especies. Esto ocurre, sobre todo, en mercados y carreteras. Un claro ejemplo es el mercado del Guarda, en la zona 11.
“Allí tienen un sistema de seguridad que funciona mejor que el del gobierno”, dice la conservadora de especies, Monterroso. En el interior del mercado El Guarda, entre ventas de celulares y ropa, hay algunos locales que tienen jaulas. En estas encierran, principalmente, aves. Como en la película Río, de caricaturas.
Muchos de los animales que se encuentran allí son nativos del país. Otros, no. Pero, en cualquier caso, todos fueron sacados de su hábitat. “Y además, allí son víctimas de maltrato, los tienen en pésimas condiciones”, explica Monterroso. Estas ventas, a la vista de cualquiera, se mantienen pese a su ilegalidad.
La directora de Arcas asegura que, aunque se trata de un secreto a voces, no se puede hacer mucho. “Ya lo tienen monitoreado a uno (…) saben quiénes somos los de Arcas, los del Conap y los del Ministerio Público. Cuando llegamos a hacer decomisos, no hay nada. Se saben defender”. Y no sólo eso, cuando logra golpear a la estructura de tráfico, los animales viven aún en la incertidumbre.
“Un ave puede pasar aquí (en Arcas) hasta dos o tres años. Todo depende del proceso judicial que se lleve, porque se les considera como pruebas. Imagínese que a usted lo secuestran, pero que después debe quedarse en la cárcel, porque es una prueba”, dice Miriam Monterroso.
Todavía no hay una ley que los proteja
El tráfico animal no es lo único que afecta a los animales. Muchos viven en hacinamiento en circos y criaderos y, además, deben sufrir otros tipos de maltrato. Y una ley que regule esto, no existe. Actualmente se trabaja la Ley de Bienestar Animal, la cual contempla la compra y venta de fauna exótica, así como el maltrato. Después habrá que buscar que el Estado asigne algo de lo poco que recauda al cuidado animal. Guatemala recauda sólo 11 por ciento de la economía, el porcentaje más bajo de América Latina.
“En el caso del Conap, nosotros sólo trabajamos con vida silvestre, no vemos los domésticos, por ejemplo. Además, supongamos que alguien tiene un león y cuenta con la licencia necesaria, si lo golpea y no le da de comer, no podemos hacer nada; únicamente atacar con la moral”, dice Marroquín. “Los argumentos que da la justicia es que como los animales no tienen obligaciones, no merecen derechos y por eso no les interesa actuar”.
La Ley Protectora de Animales, Decreto No. 870-1952, no se ha modificado desde la época del presidente Jacobo Árbenz. Las multas son realmente bajas. En 2013, por ejemplo, el circo Rey Gitano fue multado con Q1,500 (menos de US$200) por los delitos de crueldad, maltrato y hacinamiento. Eso contra ocho tigres de Bengala, cuatro monos araña, cuatro guacamayas de cabeza roja y una de cabeza azul, dos canguros, dos dromedarios, seis llamas, cuatro cabras, dos cuyos, 14 caballos percheros, dos puercoespines, seis ovejas, un asno, dos leones y un camello.
La última lucha para proteger a los animales salvajes es la de varias organizaciones animalistas. A inicios de este año, la municipalidad de Ciudad de Guatemala prohibió los circos con animales y estableció multas de hasta Q500 mil.
Eso sí, sólo abarca a los circos y no protege ni castiga por casos como el de la misteriosa casa de la zona 14, con sus dos leones y sus vecinos preocupados.
Christian /
Que pena con este periodista
Bueno se dice periodista
Un verdadero periodista debe investigar bien las cosas antes de escribir
Pero usted en cambio usa el periodismo para dañar
Y hacer BULLYING
Al circo Rey gitano
Nunca le han decomisado nada por que siempre lo atacan como lo hizo usted con fotos de animales que NO son del circo rey gitano
En verdad si puede mentir de esa manera para dañar un circo en particular
Que de cierto puede tener todo lo que escribe
En verdad es una pena que no investige y que publique mentiras
Es una vergüenza para el periodismo
ANONIMO /
[…] Lea: La misteriosa casa de la zona 14 en la que viven dos leones […]
ANONIM /
el de arriba no entendio...
italomorales /
La Karen Fisher me recuerda a esas señoras que tienen que "tienen que ver con cosas de uñas," como dijo una amiga de la Baldetti, ahora en la tencha en Ee.UU.
ANONIMO /
Que peligroso, raro, y turbio....
Angeli /
Oh, por Dios vivo exactamente en la misma cuadra y no sabia nos hemos enterado con esta nota, k valiente este chico y ojalá todo el mundo se entere....Lo k si se nota de tiempo atrás ahora atando cabos, es k algunas noches se hace mucho mucho ruido como de fiesta, los perros ladran mucho, ruidos ya a altas horas de la noche es como si se quisiera camuflar otro sonido, antes en ese sitio había una embajada, por lo general es tranquilo Ahy, pero muy muy preocupante, de verdad....
LC /
MMMMM....narco casa
La casa de zona 14 en la que viven leones | Ethical Brands /
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Carlos /
Excelente nota señores, perfecto el video y la fotografía. Pero si necesitan mejorar al reportero.
Slds,
ANONIMO /
yo creo que no soy la sola persona a pensar que los leones pueden servir para desaparecer cuerpos, sin porque tanto misterio????
anonima /
Lo s pueden estar utilizando para desaparecer cuerpos????
Monica /
De allí la importancia que se trabaje y se apoye la iniciativa de la ley de bienestar animal, no es posible que se siga abusando de los animales y se escuden los maltratadores en los recovecos de las leyes de acá, a propósito el domingo habrá un plantón a favor de la aprobación de la ley en el parque a partir de las 2 de la tarde.
Guillermo González /
Hija de su puta madre.
ANONIMO /
Son unos irresponsables e imbeciles los que tienen estos animalitos en cautiverio... no tiene caso, es sacrificar a un pobre animalito a estar encerrado en un lugar al que no pertenece!! es por humanidad, por sentido común que una persona no puede ni debe hacer esto... me da rabia... en fin con dinero cualquiera hace lo que le da la gana en Guatemala...
Anonimo /
Que peligro!!! Las autoridades deben de tomar medidas, ya que estos inocentes animales atentan contra el peligro de las personas; considero que los dueños de los animales son quienes deberían de estar encerrados en una jaula, no los leones. Señores de Nomada, por favor consigan reporteros decentes, es una pena que una nota tan buena la de un reportero TAN malo.
ANONIMO /
Ah míster Pep, ni modo, a seguir con la pose de periodista.
ANONIMO /
la verdad si tendria uno para reproducirlos y que no se extiguieran mas y le daria mucho amor pero tambien no seria nada agradable que te coman jajaja
Comentario /
Esta buena la nota, pero Pep sos malo para dar reportes grabados, sos un trozo para hablar.
ANONIMO /
Los animales no son "cosas" es mas, por si no lo sabe, tienen derechos. Acá pues no, ya se sabe que vivimos como barbaros.
Anónimo /
La verdad es que si yo tuviera el espacio adecuado para tener un león lo tendría, a mi parecer no tiene nada de malo tener un animal de este tipo, claro una vez se le tenga en condiciones dignas, sí me refiero al animalito quien considero debe estar protegido y en buenas condiciones. Lo triste es cuando se le tiene en situaciones de cautiverio con muy poco espacio, estos animales necesitan cuidados especiales, en los que se proteja tanto al animal como a las personas de su alrededor.
ANONIMO /
La verdad todos pueden hacer lo que sea con su dinero y poder tener adentro de su casa cualquier cosa como animal... Lo se es peligro.. Pero solo ellos saben como tienen a esos leones.. Pero lo que me enoja es porque la gente hace todo lo posible para dañar a las demás personas que ni las conocen... Solo dejo mi comentario..