Casos positivos en el San Juan de Dios y el Federico Mora: el miedo del personal al COVID-19 (y a cuestionar a sus jefes).

1- Una mañana en el Federico Mora

Está amaneciendo afuera del Hospital de Salud Mental Federico Mora. A un costado del portón negro algunas personas hacen cola para la consulta externa. Se apapachan. Esta mañana hace frío en la zona 18.

“Hoy no recibirán los medicamentos y la consulta que buscaban”, les informan dos trabajadores del hospital.

“Fíjese que hoy no se va a poder entrar -dice de forma amable uno de ellos, con mascarilla y de bata- tenemos casos de contagio dentro y por protección nadie puede ingresar”.

Desde que la pandemia del COVID-19 llegó oficialmente a Guatemala el 13 de marzo, el ambiente en el hospital ha estado tenso. El pasado martes la situación empeoró cuando pasó lo que las y los trabajadores temían. Una persona del personal dio positiva de COVID-19.

Así confirmaron a Nómada dos fuentes que trabajan en el hospital. Por temor a represalias comparten la información, resumida en esta nota, desde el anonimato.

Eran las 7 de la mañana, del pasado martes, cuando una persona que labora en el pabellón del Intensivo para Hombres, terminó su turno de 24 horas. No se sentía bien. Estaba fatigado y tenía problemas para respirar.

En vez de ir a su casa decidió ir al hospital del IGSS en la zona 6. Allí, además de una radiografía, en la que se estableció que sus pulmones estaban congestionados, los médicos le indicaron que tenía fiebre y que era necesario realizarle una prueba de COVID-19. Ese mismo día, cerca del mediodía, recibió el resultado positivo.

El Federico Mora es el único hospital psiquiátrico público en Guatemala. Desde el personal operativo, administrativo, médico y el equipo de enfermería, el hospital emplea a alrededor de 450 personas. Alberga a 321 pacientes, hombres y mujeres, separados en seis pabellones según perfil clínico.

Desde hace años el Federico Mora ha sido un lugar al que el Estado presta poca atención. Eso, a pesar de que varios medios -la BBC en un documental de 2014, por ejemplo- han denunciado las condiciones y la falta de recursos para atender a los pacientes. Otro problema es la alta incidencia de abandono de parte de las familias de las personas con alguna enfermedad mental, que recientemente se reveló en un reportaje de Nómada.

El personal implementa medidas de prevención a la hora de ingreso.

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El Defensor de Personas con Discapacidad, Jonatan Natareno, indica que el olvido de estas personas es lamentable. “La pandemia del COVID-19 es muy preocupante, ya que efectivamente las personas con discapacidad han estado confinadas a la exclusión y a los procesos de discriminación de manera estructural”, comenta Natareno.

Según las fuentes consultadas, en el pabellón donde trabaja la persona contagiada, Intensivo para Hombres, hay 47 pacientes. Este dato fue confirmado por el Defensor  Natareno.

Se acerca la hora de los cambios de turno en el hospital. Poco a poco una fila de carros se forma en la calle que lleva a la entrada. Cada uno llega al portón con la ventana abajo para que un trabajador le tome la temperatura antes de entrar. Al personal que llega a pie, en su mayoría mujeres, también las revisan.

El miércoles en la mañana un miembro del personal llegó al hospital para iniciar su turno. Allí, en frente del portón negro, le informaron que tenía que regresar a su casa y hacer cuarentena porque estuvo de turno dos días atrás con la persona que dio positivo de COVID-19.

“Esa persona no sabía nada, no le habían avisado de antemano. Tal vez no tenían cómo comunicarse. No sé. Pero generó mucha tensión”, explica una de las personas consultadas.

Las fuentes indican que su preocupación aumentó porque no recibieron información de parte de la dirección del hospital que confirmara la situación. Tampoco les dijeron cómo se iba a manejar en la institución. La información de un posible contagio en el Hospital de Salud Mental Federico Mora comenzó a circular en redes sociales durante el miércoles. Al ser cuestionado, el Secretario de Comunicación de la Presidencia, Carlos Sandoval, informó que estaba a la espera de información del Ministerio de Salud.

El miércoles terminó sin respuesta. El Ministerio de Salud, que ha manejado hermetismo total durante la emergencia sanitaria, no se pronunció sobre el caso. Tampoco lo hizo el presidente Alejandro Giammattei en su acostumbrada cadena nacional. De lo que sí habló fue del Día de la Tierra y el supuesto avistamiento de más jaguares en los parques nacionales.

Durante la pandemia, muchas personas se esfuerzan cada día para cumplir con la cuarentena pero dependen de las salidas de su casa para abastecerse o incluso para sobrevivir. Algo que ahora tienen que lograr en horas reducidas por el toque de queda. Si no salen, no comen.

Dentro del hospital, las y los pacientes dependen de las personas que vienen desde afuera. Su salud, mental y física, su bienestar en general, depende de todo el personal que entra y sale cada día. Si nadie entra, nadie come.

El hospital de salud mental tiene esa particularidad, igual que los hogares del Estado y los centros penales que son espacios de confinamiento. La funcionalidad de estos sistemas depende de la movilidad de otros. Aún en tiempos donde la dinámica del país ha sido paralizada por una pandemia.

En este caso, las y los trabajadores del Sistema de Salud, están especialmente expuestos. Y los casos de COVID-19 en el personal de los hospitales del país, ha recibido poca atención pública de parte de las autoridades.

Personal del Federico Mora camino a iniciar su jornada de trabajo.

2- El miedo en el San Juan de Dios y la amenaza de demandas

En marzo, un residente del Hospital Roosevelt dio positivo de COVID-19 y 31 personas del personal médico que estuvieron en contacto con él, fueron enviadas a cuarentena.

El Departamento de Medicina Interna informó sobre el caso, entonces aún bajo sospecha, en un comunicado el 2 de abril. Allí anunciaron una serie de cambios y disposiciones sobre los turnos de trabajo y la atención a pacientes. Este caso fue confirmado primero por el secretario de Comunicación Social, Carlos Sandoval, de manera individual a periodistas y fue hasta el 9 de abril, 5 días después de la publicación de Nómada, que el Gobierno lo reconoció públicamente.

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–¿No entiendo por qué están ocultando que hay casos positivos en el hospital?, se cuestiona uno de dos integrantes del personal médico del Hospital General San Juan de Dios, que dieron entrevista a Nómada.

Afirman que una persona que labora en la consulta externa dio positivo de COVID-19 el 14 de abril. La persona fue suspendida después de presentar síntomas. Entró en cuarentena y luego le realizaron una prueba por COVID-19. El resultado fue negativo y se le indicó que aún hacía falta una prueba de control. Sin embargo, con el resultado de la primera prueba, el Hospital canceló la suspensión y pidió que se presentara en el hospital.

El 14 de abril llegó a su turno, de 7 de la mañana a 1.30 de la tarde. Al terminar, en el almuerzo con sus colegas, comentó que aún no se sentía bien. Esa misma noche recibió una llamada en la que se le informó que la prueba de control esta vez había dado positivo y que era de suma importancia que entrara en aislamiento.

El 15 de abril, un día después, un grupo de sus colegas fue suspendido para estar en cuarentena.

Protesta del sindicato de trabajadores del Hospital San Juan de Dios.

La necesidad de expresarse a través del anonimato se repite con las personas del San Juan Dios. La posibilidad de cuestionar a sus superiores para las personas que trabajan en el sistema de salud pública, es limitada. Últimamente, varias han recibido advertencias de parte de sus jefes de no hablar sobre la situación actual, indicó Carlos Santos, secretario del Sindicato Nacional de Trabajadores del Hospital San Juan de Dios.

–En reuniones se les ha dicho que todo aquel que dé información, que suba algún tipo de material o que hable de cómo está la situación real va a recibir denuncias penales por difamación y calumnia en el Ministerio Público. La semana pasada, una persona del área de limpieza, comentó en redes sociales que no se les había dotado de mascarillas ni de guantes y al día siguiente recibió una llamada de atención escrita, por parte de su jefe, donde decía que se le estaba difamando.

El pasado lunes 20 de abril miembros del sindicato se manifestaron afuera de la consulta externa en el Hospital General San Juan de Dios en rechazo a las intimidaciones y para exigir que el Ministerio de Salud brinde el equipo necesario de protección personal contra el COVID-19 para todo el personal de los hospitales y centros de salud públicos en el país.

–Al presidente le interesa más presentar números, que se pueden mantener bajos, pero no reflejan la realidad que vemos con los trabajadores, dijo el secretario.

3- Pruebas en confinamiento

En el Federico Mora el nuevo turno ya comenzó. Aparte de las mascarillas y el vacío que dejaron las visitas que desde hace un mes fueron suspendidas, nada pareciera diferente a cualquier otro día en el hospital durante esta pandemia de COVID-19. Pero al otro lado del portón algunas cosas cambiaron.

El pabellón donde trabaja la persona que dio positivo por el virus ha sido aislado. El ingreso ha sido limitado únicamente a personal médico mientras los pacientes por el momento no salen. Las comidas, ropa y sábanas limpias se dejan en la entrada al pabellón. De la misma forma, se recogen los platos sucios, la ropa y las sábanas usadas.

Hoy, además, el Ministerio de Salud Pública llegó al hospital de salud mental a realizar hisopados a todo el personal y todos los pacientes en el pabellón Intensivos para Hombres, confirman las dos fuentes anónimas. El Defensor de Personas con Discapacidad, Jonatan Natareno, también se presentó en el hospital. Asegura que se trató de una reunión para viabilizar la comunicación telefónica con la institución, la cual ha tomado medidas para proteger a las y los pacientes.

Una de las fuentes que habló a Nómada, expresa su frustración por el silencio de parte de las autoridades respecto al riesgo que viven el personal de salud y el reconocimiento de los casos:

“Hay que mantener los protocolos para proteger a los pacientes y lo estamos haciendo, pero no se habla del riesgo y de los contagios en los trabajadores de salud. Tal vez se debe a que el presidente no quiere asustar a la gente, pero lo que pasa es que la gente no está siendo responsable y no respeta las medidas", agrega.

Ida y vuelta entre su casa y el Hospital Federico Mora ve a personas con niños, personas mayores, en la calle y en agrupaciones donde no se mantiene la distancia indicada de 1.5 metros para evitar el contagio.
– A mí me genera mucha pena, las personas no tienen que andar en la calle. Tal vez si supieran que hasta a nosotros en los hospitales nos afecta, tal vez así harían más caso porque pueden agravar la situación, agrega.

Al cierre de esta nota ni la Presidencia ni el Ministerio de Salud confirmaron el caso positivo en el personal del Hospital Federico Mora.