El hombre, cuyo nombre resguardamos, sufría de insuficiencia renal por lo que pertenecía a los grupos de vulnerabilidad ante el COVID-19. El domingo 24 de mayo fue ingresado con síntomas como tos con sangre y fiebre al Hospital Roosevelt, donde falleció ayer. Por protocolo se le hizo prueba de COVID-19 y la misma dio positivo.
En conferencia de prensa, el jueves en la noche, las autoridades del Ministerio de Salud afirmaron que se realizaron pruebas al personal de custodia que el último domingo, trasladó al paciente fallecido al hospital. Sin embargo, el Ministerio de Salud no ha respondido si se les hizo pruebas a otros privados de libertad-
Hasta el 19 de mayo de 2020 se encontraban 4.555 hombres privados de libertad en el Centro Preventivo, cuya capacidad es de 1.500 personas.
Hasta el momento el Sistema Penitenciario no ha dado declaraciones sobre esta situación y cómo se está manejando el contagio en el centro.
Otros dos casos confirmados
Dos personas, del personal administrativo y el equipo de guardias, y dos mujeres privadas de libertad en el Centro del Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria, Fraijanes I, también dieron positivo de COVID-19. Así informó el jueves la Defensoría de Personas Privadas de Libertad de la PDH. Indicaron que se realizaron pruebas a las 51 privadas de libertad del centro, y que solamente dos fueron contagiadas.
Hoy el Ministerio de Salud confirmó que las dos privadas de libertad ya fueron aisladas.
El Nuevo Modelo de Gestión Penitenciaria fue desarrollado en 2016 por el exministro de Gobernación, Francisco Rivas, inspirado por un modelo de República Dominicana orientado al deshacinamiento y la activación de las personas privadas de libertad. Por ello Fraijanes I es una de las únicas cárceles en Guatemala que no solo no está hacinada, sino no está llena.
El centro tiene capacidad para más de 90 mujeres privadas de libertad y actualmente alberga a 51 mujeres en una etapa previa de ser liberadas, por lo que reciben varias capacitaciones como parte de su proceso de reinserción social.
En 2016 dicho modelo sería implementado en otros centros penitenciarios, pero quedó en el olvido cuando Enrique Degenhart fue nombrado como ministro de Gobernación. En enero, cuando el presidente Giammattei asumió el cargo, aseguró que retomaría el modelo en los otros 21 centros penales del país.
Te puede interesar: "El modelo carcelario que Degenhart abandonó (y que pudo resolver varios problemas en los penales)".
Gerardo Villamar, defensor de Personas Privadas de Libertad, indicó que se ha cumplido con los protocolos de prevención en las cárceles, pero que el riesgo siempre está presente con los cambios de turno del personal.
Para minimizar el riesgo, cuando inició la pandemia en Guatemala, quedaron suspendidas las visitas en todos los centros del país. Además, explica Villamar, se cambiaron los turnos del personal. Antes trabajaban 8 días, seguidos por 8 de descanso, luego se cambió a 15 días por 15. Y esta semana fueron modificados a 21 días por 21.
Las 16 personas del personal que tuvieron contacto con el personal afectado, fueron enviados a cuarentena en la Escuela de Estudios Penitenciarios en Zaragoza.
El centro funciona de forma independiente del Sistema Penitenciario y bajo el manejo directo del Ministerio de Gobernación y la Sección de Asuntos Narcóticos y Aplicación de la Ley –INL- de la Embajada de los Estados Unidos. Por lo mismo el Sistema Penitenciario no dado declaraciones sobre los contagios en Fraijanes I.
Desde ayer Nómada solicitó una declaración del Viceministro de Seguridad, Gendri Reyes del Ministerio de Gobernación, sobre los casos positivos en el Fraijanes I, pero no se recibió respuesta.
“El contagio en las cárceles era inevitable”
El contagio en los centros penales del país es prácticamente inevitable, explica Corinne Dedik, analista del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN).
“Era cuestión de tiempo, y pudo haber empezado en cualquier otro centro. El contagio en las cárceles usualmente se da a través del personal que son los únicos que entran y salen. Y necesariamente porque ellos no tienen cuidado o porque los centros no están tomando medidas”, dice Dedik.
Explica que hay 1500 a 2000 personas privadas de libertad que pertenecen a los grupos vulnerables, entre personas mayores de 65 años, mujeres embarazadas, mujeres con niños o personas que padecen de alguna enfermedad crónica.
Desde el inicio de la pandemia el CIEN, que durante años ha advertido sobre la situación crítica de hacinamiento en las cárceles, participó en las mesas de diálogo en el Congreso sobre una propuesta de ley para deshacinar los centros durante la pandemia a través de la revisión de medidas.
Dedik aclara que es importante buscar un mecanismo eficiente e igualitario para acelerar el proceso. Depender del acceso a un abogado, puede favorecer a ciertos grupos y no a la población en general.
La analista lamenta que en plena crisis sea tarde para reaccionar, pero su recomendación persiste: habilitar espacios para ubicar a nuevos ingresos en cuarentena; para grupos más vulnerables ante el COVID-19; y un espacio para personas privadas de libertad que ya fueron contagiadas.
Ante la confirmación de los casos positivos los centros, y la muerte ayer de una persona privada de libertad del Preventivo, Dedik resalta que es importante que el Sistema Penitenciario tome medidas de prevención para evitar que se propague el virus en la población carcelaria y su personal.
0
COMENTARIOS