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Solo 5 minutos de atención dieron a las estudiantes agraviadas en la Usac

Una reunión que pretendía obtener respuestas por los abusos en contra de dos estudiantes de la Usac terminó con la férrea defensa a la Huelga por parte del rector Murphy Paiz y el menosprecio a las familias de las agraviadas. En un comunicado expresaron su decepción por las y los diputados que dejaron en el olvido el caso de sus hijas.

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Foto: Carlos Sebastián

La desilusión era notable. Victoria Reyes, Ana Hernández y Carlos Ortiz, los padres de las dos estudiantes universitarias agraviadas en la Universidad de San Carlos (Usac) salieron de la citación en el Congreso, el jueves por la mañana, sin respuestas concretas que esperaban del rector Murphy Paiz sobre el caso de sus hijas. Ambas fueron sometidas a varios abusos en una iniciación del Comité de Huelga el 25 de enero en el edificio T1 de la facultad de Arquitectura y Diseño.

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Participaron también miembros del Consejo Superior Universitario, representantes de la PDH y la AEU en lo que fue la segunda citación de las bancadas de Winaq y Semilla para cuestionar al rector y al Consejo Superior Universitario sobre los abusos ocurridos el ritual del 25 de enero.

En la primera citación el rector no se presentó. Este jueves sí llegó al Salón del Pueblo donde la jefa de la bancada de Winaq, Sonia Gutiérrez Raguay explicó que el punto de partida era el caso de las dos estudiantes agraviadas. Pero rápidamente el cuestionamiento al rector se giró hacia los problemas en general que causan los grupos de poder paralelos que operan en la única universidad pública del país.

No solo violencia, sino la toma de los parqueos, el apoyo económico a la Huelga de Dolores y la venta de alcohol en el campus.

–No le dieron importancia al caso principal que fue el que realmente era el motivo de las citaciones de los diputados. No ahondaron nada en la violencia contra nuestras hijas–, dijo Carlos Ortiz, padre de una de las jóvenes.

La decepción de las familias no se debe únicamente a la falta de respuestas del rector, quien desde el principio minimizó la gravedad de lo que vivieron las dos estudiantes de la universidad que él dirige.

A Ana Hernández y Carlos Ortiz, padres de una de las mujeres el rector dijo que no llegaría a la primera citación el 31 de enero porque no se quería prestar a lo que calificaba como “un show político”.

Victoria Reyes, madre de la otra joven agraviada, indicó que el rector dijo a su hija que “ya había tenido sus cinco minutos de fama".

Los padres no niegan la importancia de resolver la situación de la delincuencia y violencia estructural en la universidad. Hasta Murphy Paiz reconoció la presencia de poderes paralelos en esa casa de estudios e indicó incluso que dentro de las autoridades universitarias podrían estar personas involucradas.

[Leé: Las violentas ‘iniciaciones’ en la Usac y la indiferencia de Murphy Paiz, por Pia Flores]

Pero las familias esperaban que las y los diputados que citaron a Murphy Paiz iban a enfocarse principalmente en pedir las acciones inmediatas y necesarias en el caso de sus hijas, que cuenta también con una denuncia penal en el Ministerio Público.

–Respecto al caso de nuestras hijas el rector no respondía las pocas preguntas que le hicieron y (los diputados) dejaron que la reunión se desviara a la situación general. En realidad esa reunión le conviene al rector–, dice Carlos Ortiz.

En una carta abierta a las bancadas de Semilla y Winaq publicado ayer por la noche, las familias y diferentes organizaciones que trabajan por los derechos de las mujeres y personas LGBTIQ expresaron su rechazo a la falta de empatía con las dos estudiantes agraviadas y señalan la revictimización que sufren por la desviación de las citaciones. Solicitan que se reorienten hacia el problema de la violencia contra las mujeres en la Universidad de San Carlos.

 

Según Ortiz, el rector solamente habló de dos cosas importantes sobre el caso de las estudiantes agraviadas. Primero, su aclaración que no iba a suspender la Huelga de Dolores de 2020.

–De mi boca no quiere… no debe de salir cancelar la Huelga de Dolores–, dijo el rector a las y los diputados presentes en la sesión.

Una de las exigencias que las madres y el padre presentaron al rector y al Consejo Superior Universitario en un escrito el 29 de enero, fue que se suspendiera la Huelga mientras el caso sea investigado debido a la complicidad de los miembros del comité. En la citación en el Congreso, el Secretario General de la Asociación de Estudiantes Universitarios, Carlos Yax, también solicitó la cancelación de la huelga.

 

Pero el rector defendió la huelga como una tradición estudiantil que ni las autoridades universitarias pueden tocar.

–Pero sí puede salir de mi boca –continuó el rector– el entrar a evaluar la huelga y hacer un proceso propio estudiantil, porque nosotros como autoridades reconocemos que las tradiciones estudiantiles deben ser de los estudiantes y no nos podemos entrometer en sus actividades.

 

El secretario Yax respondió que la resistencia del rector de suspender la Huelga de Dolores se debe a su relación personal con miembros del comité y que él mismo fue miembro de un comité.

El segundo tema que llamó la atención a Carlos Ortiz fue que Murphy Paiz dijo que la universidad ya tenía identificada a seis personas, una mujer y cinco hombres estudiantes de Ingeniería, Derecho y Humanidades, que participaron en la iniciación del comité el 25 de enero.

El rector indicó que dio instrucciones al Consejo Superior Universitario de generar un expediente, investigar y posiblemente iniciar con un proceso disciplinario que puede resultar en la expulsión de los involucrados.

Pero para los familiares de las agraviadas eso no es suficiente. Esperaban resultados concretos y documentados sobre la investigación del caso de sus hijas.

–¿Cuál hubiera sido el mejor escenario para ustedes en la sesión?
–Que el decano de Derecho hubiera llegado a la reunión para informar cómo va la investigación interna. Que documenten quién dio autorización del uso de las instalaciones para el 25 y a quién. Que las autoridades hubieran mostrado interés no solo por el proceso administrativo, también por el caso penal. Por ejemplo, llevar una constancia que evidencia que el MP ya fue informado de estos nombres–, responde Ana Hernández.

Hernández explica que ella y la madre de la otra estudiante están angustiadas. Ambas jóvenes están muy afectadas y han caído en depresión. No tienen ganas de salir, y cuando logran dormir sufren de pesadillas. Aún sigue incierto dónde podrán continuar sus estudios.

–Lo más importante hubiera sido que el rector dijera qué medidas de seguridad van a brindar a las chicas para que puedan regresar a la universidad. Él ya dijo, “ellas pueden regresar si quieren, están en su derecho”. Pero en qué condiciones?–, cuestiona Hernández.

 

El rector Murphy Paiz en el Salón del Pueblo del Congreso de la República. En ese lugar se reunieron para explicar lo ocurrido en la Usac recientemente.

El rector Murphy Paiz en el Salón del Pueblo del Congreso de la República. En ese lugar se reunieron para explicar lo ocurrido en la Usac recientemente.

Las madres y el padre estuvieron presentes en la citación de ayer. Pero no tuvieron un espacio en la mesa con los diputados y los otros invitados. Cerca del final de la reunión, el padre se paró para pedir la palabra. Pero no se la dieron. Resignado solo pudo ver mientras la diputada Sonia Gutiérrez Raguay cerró la sesión.

Uno de los diputados que impulsó la primera citación es Aldo Dávila (Winaq), quién acompañó a las dos estudiantes en el hospital junto a sus familias, la AEU y la PDH. No pudo asistir a la citación de ayer pero explicó que el objetivo era que se pusiera en evidencia lo que pasó en 25 de enero.

–Si no fuera por la valentía de estas dos chicas, no se hubiera destapado el tema. La culpa la tiene la huelga, pero las que necesitan acciones y respuestas ahora son ellas. Es cierto que es importante ver de qué manera el rector tomará medidas para que esto no siga ocurriendo y se pueda proteger a la comunidad universitaria, pero yo también esperaría que se atienda a estas dos víctimas, valientes, en el sentido de la reparación y la dignificación, y que los responsables de estas atrocidades sean llevados a la justicia—, dijo Dávila .

El diputado indicó que es muy lamentable que se minimice el caso de las estudiantes agraviadas y que los padres no tuvieron oportunidad de hablar.

–¿Qué les hubiera dicho al tener la palabra?
–Quería preguntarle al rector, cómo asegurará la seguridad de ellas ahora. Para mí, la universidad es responsable por lo que pasó con mi hija, por permitir, tolerar y minimizar los hechos–, dice Carlos Ortiz.

El apoyo que las familias afectadas no recibieron de la universidad y que tampoco sienten que recibieron de las y los diputados para avanzar con el caso de sus hijas, lo han recibido de diferentes organizaciones de sociedad civil. Además, las familias solicitaron ahora la intervención de la Comisión de Derechos Humanos del Congreso.


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