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El último día que Roxana Baldetti estuvo fuera de la cárcel

Tras negar su vinculación a la estructura de defraudación de La Línea, la exvicepresidenta Roxana Baldetti será juzgada no solo por integrar la mafia, sino por dirigirla con el presidente Otto Pérez. Su proceso de detención, que duró 11 horas, es el símbolo de la caída de un sistema de impunidad en el que el circo de su captura comenzó y acabó en un hospital.

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Ambiente en el hospital privado Centro Médico por captura de Roxana Baldetti.

Fotos: Carlos Sebastián

En Guatemala, los jueves tienen apellido. Esto sucede desde que empezó la crisis, cuando la Comisión Internacional Contra la Impunidad (CICIG) destapó el caso de defraudación aduanera La Línea. Era jueves. Desde aquel 16 de abril, cada vez que la CICIG daba conferencia por un allanamiento o detención, coincidía con un jueves. Los jueves de CICIG. Ahora, desde que el 21 de agosto se detuvo a la exvicepresidenta Roxana Baldetti y la Comisión la señaló a ella y al aún presidente Otto Pérez Molina de liderar la estructura de defraudación, los viernes también tienen apellido. El mensaje es claro, cualquier día de impunidad puede tener ahora un justo apellido. Cualquier día puede ser día de CICIG.

Como pasó con el exdirector de Presidios, Édgar Camargo, cuando le dio un infarto al corazón tras ser acusado de liderar una estructura de traslados de reos encabezada por el preso militar Byron Lima, o como cuando los abogados del exdictador Efraín Ríos Montt dijeron que estaba senil para evitar prisión, la exvicepresidenta Roxana Baldetti fue capturada con una doble úlcera estomacal en el hospital privado “Centro Médico”. En política, cuando ya no hay escapatoria, la enfermedad es la redención.

Baldetti renunció el 8 de mayo de su cargo como vicepresidenta por sus supuestos vínculos con la estructura de La Línea. Aunque ella nunca los admitió. Veintidos días después, en la única entrevista que concedió a Radio Sonora, un medio afín al Gobierno, propiedad del todo poderoso Ángel González,  dijo en directo: “Jamás di una orden que diga: aquí cobren tanto. Que tenía a alguien muy cerca que lo hizo, sí (Juan Carlos Monzón, su ex secretario privado). Pero todos los gobiernos tuvieron a su persona”.

Sin embargo, no  solo dio órdenes, sino que lideró la estructura con el presidente para cobrar cantidades millonarias a empresarios por defraudar al fisco, según señaló la CICIG. Ella fue capturada por asociación ilícita, cohecho pasivo y casos especiales de defraudación aduanera.

Baldetti supuestamente pasó ulcerosa siete días en el hospital antes de ir a prisión preventiva a la cárcel de Matamoros. Pasó los siete días en el piso siete del sanatorio, de donde salió sin ser vista por los medios. El siete no es siempre un número de buena suerte.

El viernes 14 de agosto, a medio día, la exvicepresidenta fue internada en este sanatorio. “Ingresó con dos infecciones, deshidratación y en condición de deterioro general de su salud producto de no hidratarse bien y no comer bien”, dijo en una forzosa conferencia de prensa su médico tratante, Estuardo Ligorría (tío del embajador de Guatemala en Washington Julio Ligorría, muy cercano a Otto Pérez Molina), que tenía pensado darle de alta justo este fin de semana.

Lea: Ligorría: el multidimensional embajador que rescató a Pérez Molina

La conferencia fue obligada porque a eso de las 8:30 de la mañana, nueve fiscales del Ministerio Público y siete policías armados fueron a informar a Baldetti de que iba a ser capturada y trasladada a un centro penitenciario en algún punto del día. A partir de este momento, los alrededores del hospital se llenaron de policías y antimotines.

Desde esa hora, cerca de 60 ciudadanos se concentraron en la entrada de Centro Médico exigiendo su pronta captura. Bernardo Silva, uno de los que se encadenaron al Palacio Nacional por más de cien horas en mayo, sabía por qué estaba ahí: “Ya era hora que cayera, y vamos a estar aquí no importa las horas que cueste”, dijo este estudiante de arquitectura de la Universidad de San Carlos. Durante más de tres horas, no hubo noticias hasta que a las doce el médico de Baldetti informó de su estado.

 

Opositores a Baldetti rompen carteles de seguidores de la exvicepresidenta, que habían llegado a apoyarla.

Miguel Ángel Gálvez, uno de los jueces más independientes de Guatemala, llegó al hospital con unos libros y papeles a avisar a la exvicepresidenta del motivo de su detención y lo que procedía. Eran las dos de la tarde y el director del hospital, Carlos Enrique Sandoval, mientras el juez aún está dentro, convocó a otra conferencia. Según él, las presiones de los ciudadanos no los llevaban a tomar ni a dejar de tomar decisiones. Sin embargo, diez minutos antes había dado de alta a la paciente Baldetti para facilitar su traslado a dónde el Ministerio Público considerara necesario.

 

Foto: Carlos Sebastián

El juez Gálvez habló con los periodistas dentro del hospital.

Con el transcurso del tiempo empezó a llegar más gente, como Ana Lucía Alejos Botrán, la jurista que cobró fama por interponer un recurso para que se allanaran las propiedades de Baldetti. Ella también llegó para ver qué estaba pasando y para apoyar al movimiento ciudadano.“Y, si se requiere, para brindar el apoyo jurídico, aunque en estos momentos la ley está progresando muy bien”, dijo.

Te apoyamos Roxana

Poco después de las 15:30 horas, bajo la pasarela frente al hospital, llegó un picop con dieciséis personas con carteles. El mensaje era: ‘Te apoyamos Roxana’. Los ciudadanos que llegaron primero y protestaban en contra de la exvicemandataria vieron esto como una agresión directa, que les llevó a abalanzarse sobre el vehículo. Después de insultarse y atacarse verbalmente, los opositores les quitaron sus pancartas a las simpatizantes de Baldetti. A dos personas que se bajaron del picop y se quedaron, comenzaron a rodearlas, pero los policías antimotines las rescataron.

 

Foto: Carlos Sebastián

En la entrevista que dio a Radio Sonora tras su renuncia, Baldetti dijo que si la llamaba un juez, se presentaría. Pero no lo puso tan fácil cuando la detención fue real. A las 16:40, su abogado, Benjamín Estrada, informó  que había detenido el proceso gracias a un amparo a favor de la exvicemandataria. Por lo tanto, no iba a salir del hospital hasta que no se presentara el juez de paz correspondiente para decidir a dónde sería trasladada.

A la concentración se sumaron encapuchados de la Universidad de San Carlos. Era una incertidumbre muy grande. Era una cobertura histórica. A las 17:30, el juez Gálvez decidió enviar a Baldetti al Cuartel de Matamoros. Veinte minutos después, un oficial de la Policía Nacional Civil llegó con un sobre amarillo dentro de su chaleco antibalas. Era la orden del juez. Tras tantas horas de espera, incluso los policías, antes inmóviles, empezaron a bromear con los periodistas que corrían de una puerta a otra. “Corra, corra, que se le va” o “Yo digo que es en la otra puerta, ¿no me diga que ya se cansó?”

Y era en ese nivel máximo de incertidumbre cuando los policías, en un intento de discreción, dejaron ver que era en el edificio de enfrente, conectado por la pasarela y con un sótano propio, por donde la exvicepresidente iba a salir rumbo al cuartel.

Manifestantes, encapuchados, fotógrafos y periodistas corrieron para alcanzar al carro negro con luces de sirena que salió del parqueo. Pero Roxana Baldetti ya se había ido, con su presunta doble úlcera estomacal, a prisión preventiva en Matamoros.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Sonia Manai /

    25/08/2015 1:52 PM

    Me gustó mucho el estilo de la redacción, buenísimo.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    carrillorodas@icloud.com
    Diego Carrillo /
    23/08/2015 9:48 PM

    YO NO VOTE PATRIOTA, PERO DE ALGO ESTOY SEGURO SI HUBO MANO DURA, CUANDO UN REPORTE NÓMADA, ¿DE LOS PRESOS POLTICOS?, LOS ESCUADRONES DE LA CEMENTERA Y TORTURAS (ups si lo menciono algo el español). TODO LA REPRESIÓN EN LAS MINERAS, LOS TIROS A LA ESPALDA DE MUJERES POR PARTE DEL EJÉRCITO. O sea este gobierno, fue efectivo en mantener el status quo. Este mes inflación cero, este mes mi recibo de luz bajó casi 200 quetzales, ahora voy a hechar diésel y hoy pague 15 quetzales menos que hace un año, yo se que eso corre por agentes externos, en fin hay tanto para decir, pero de algo estoy seguro podemos siempre mejorar y ayudar a los menos afortunados.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Jorge Carrillo /

    23/08/2015 7:55 PM

    Ha trascendido con las declaraciones de la Jueza Carmen Pocon que Roxana Baldetti no está guardando prisión en el área que por acuerdo gubernativo tiene asignada la Dirección General de Presidios como centro de reclusión, sino que se encuentra recluida en la casa del Comandante del Fuerte de Matamoros, la cual es una instalación militar y no un centro de reclusión. Con esto se encuentran cometiendo flagrante delitos el Director del Sistema Penitenciario quien incumple la resolución del Juez y el Comandante de la Base, quien está dando refugio a una persona que debiera estar recluida en un centro de detención oficial. Esto es como que un Preso de Pavoncito se encuentre viviendo en algún condominio adyacente al centro de reclusivón. Esto es delictuoso y además una afrenta intelerable al pueblo de Guatemala!!! Cicig y el Juez Galvez deben proceder penalmente en contra de los infractores.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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