Dejen de salivar que no hay comida
Carolina Gamazo / 16 junio, 2016
A veces pienso, sobre todo cuando estoy trabajando, que me gustaría tener una varita mágica y convertirme en hombre. Así no tendría que estar gastando energía extra para que me tomen en serio.
¿Por qué no me amás? (La conversación sexual de los vecinos)
Carolina Gamazo / 8 febrero, 2016
Estábamos en un hotel en Las Lisas, un rancho de dos niveles a la orilla del Pacífico. En la terraza, un hombre mayor y una muchacha de unos 25 años llevaban horas sentados frente al mar en actitud romántica. En nuestras idas y venidas al hotel, ella estaba cada vez más animada. Cada vez más borracha. Él, calvo, moreno, no se movía de su silla. Solo se iba terminando, una a una, el cargamento de cervezas. Se iban a casar, o eso decían. Las habitaciones, construidas bajo el techo triangular, con toda la parte alta abierta, permitían una perfecta acústica entre ellas y, en un momento, mientras ella bailaba al ritmo de King África y reía escandalosa, pensé en lo desagradable que resultaría escuchar a esa pareja coger en la noche.