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La muerte del niño arrebatado a su madre por la PGN de Jimmy

A Antigua Al Rescate nos llegan solicitudes de apoyo de todo tipo, y en muchas ocasiones se trata de situaciones realmente tristes y desafiantes. El caso de Franklin Tun es uno de ellos, pero que Sofía Letona, directora de la Asociación, decidió adoptar como un asunto personal, a lo mejor por su instinto protector y maternal.

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Esta es una opinión

Cuenta Sofía Letona que la última vez que lo vio, Franklin ya tiraba besos. Quizás era su forma de despedirse. Foto: Sofía Letona

Foto: Sofía Letona

Cuando nació, Franklin Esteban Us Tum enfermó de tos ferina y neumonía, razón por la cual sus pulmones no lograron desarrollarse. Para tener chance de vivir, necesitaba pasar conectado a un tanque de oxígeno de manera permanente con la esperanza de que paulatinamente, sus pulmones fueran fortaleciéndose hasta que pudiera respirar de forma independiente.

En mayo se recibió el pedido de los padres del bebé para adquirir el oxígeno. Como muchas, es una familia pobre, indígena, sin acceso a salud y educación, y sin las condiciones económicas para poder enfrentar la enfermedad de su hijo.

Sofía tocó puertas y, como cosa inusual -puesto que conseguir apoyo para causas humanitarias nos ha sido muy difícil en estos tiempos-, logró que se le proveyeran todos los tanques de oxígeno que fueran requeridos hasta su recuperación. Fui testigo muchas veces de cómo Sofía llamaba para solicitar el envío de los tanques y que fueran entregados a tiempo. Monitoreaba constantemente su estado de salud y constataba cómo Franklin mostraba mejoras sustanciales.

Pasaron cuatro meses. El bebé ya reía y empezaba a ser capaz de respirar por sus propios medios. Al principio solo podía hacerlo autónomamente por unos minutos, pero a estas alturas ya aguantaba casi dos horas por su cuenta. El entusiasmo en la familia y en Sofía era notorio, y confiaban en que, de mantener ese ritmo, en unos meses el diagnóstico de Franklin sería favorable y pronto podrían verle llevar la vida de un niño normal.

Pero la semana pasada, la sombra de la muerte se asomó bajo la forma siniestra de la Procuraduría General de la Nación. El lunes 9 de septiembre, un delegado de la institución acompañado por dos agentes de la Policía Nacional Civil y una ambulancia, se presentó a la vivienda de Franklin para notificarle a la mamá que debían verificar las condiciones de salud del niño, porque a criterio del Estado su vida corría peligro.

Por lo tanto, requerían hospitalizarlo para realizarle distintas evaluaciones médicas. La señora, con su poco español, trató de explicarle que Franklin había progresado y estaba siendo apoyado; sin embargo, para el funcionario esto no fue suficiente y cumplió con la orden, no sin antes advertirle que la misma suerte correrían próximamente el resto de sus hijos.

Se llevaron a Franklin dejando a su madre desconsolada y afligida. No dejaron ningún número telefónico o un miserable papel con el que su familia pudiera obtener alguna información del paradero y estatus del niño. Nada. Absolutamente nada.

Al enterarse, Sofía se presentó ante las autoridades departamentales de la PGN para confirmar el apoyo que se le estaba otorgando desde mayo al niño, e incluso ofreció responsabilizarse por él y sus otros tres hermanos. El encargado del expediente, Ervin Chuquiej, respondió que a su jefa “le urgía judicializar el caso”, ante lo cual la directora de AAR pidió que esperaran a que los médicos entregaran el diagnóstico, para evitar dicho extremo.

Lo internaron en el Hospital Nacional Pedro de Betancourt, en La Antigua Guatemala. En efecto, los médicos verificaron que estaba bien y avisaron a la PGN que le darían de alta el viernes. Ningún funcionario de la institución se presentó ese día. Llegó el sábado y tampoco. El domingo 15 de septiembre llamaron a los padres para que recogieran a Franklin, pues en el hospital necesitaban el espacio para internar a otros niños.

 

A eso de las 18:40 le informan a la madre que su hijo, ese bebé cachetón, amoroso y sonriente que balbuceaba y respiraba ya casi por sí solo y que progresaba favorablemente bajo sus cuidados, había fallecido.

A Franklin no lo mató la falta de oxígeno; no lo mataron esta vez las múltiples carencias de los hospitales públicos: a Franklin lo mató la indolencia, la falta de criterio y la irresponsabilidad de una institución que se supone existe, entre otras atribuciones, para proteger a la niñez y adolescencia.

Así como en el caso de las niñas del Hogar Seguro, la PGN vuelve a fungir como el sicario del Estado: despiadado, indiferente, inconsciente e imprudente.

Difícil esperar justicia en este caso. Buscarán miles de justificaciones y con el desconsuelo que tenemos en el Ministerio Público, ésta será una muerte más que engrosará las listas de mortalidad infantil.

Cuenta Sofía que la última vez que lo vio, Franklin ya tiraba besos. Quizás era su forma de despedirse. Duele mucho su muerte, porque tenía todo para recuperarse. Pero tal vez el morir a tan temprana edad sea una bendición, antes de tener qué crecer en una sociedad amparada por un Estado apático, hipócrita, negligente y asesino como el nuestro.

Descansa en paz, campeón.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Carla /

    18/09/2019 11:25 AM

    Muy buena nota, pero creo que si queremos hacer que las cosas cambien en el país tenemos que ser asertivos. No podemos culpar a un gobierno que nos cae mal de las acciones de una sola persona. Habría que responsabilizar al funcionario para sentar precedentes y que hagan con más responsabilidad su trabajo. Tal como pasa en el sector privado, los trabajadores somos responsables de nuestro trabajo, y si fallamos la responsabilidad es nuestra, nos pueden despedir, descontar o hasta enfrentar proceso judicial. Los ciudadanos y los medios especialmente deben asumir ese compromiso para que Guatemala cambie, dejar de politizar los problemas.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Alaide González /

    17/09/2019 10:28 PM

    El Estado de Guatemala y sus funcionarios solo "trabajan" para un grupito de la iniciativa privada. El pueblo no importa.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Anarquia /

    17/09/2019 8:29 AM

    Duele mucho su muerte, porque tenía todo para recuperarse. Pero tal vez el morir a tan temprana edad sea una bendición, antes de tener qué crecer en una sociedad amparada por un Estado apático, hipócrita, negligente y asesino como el nuestro.

    Esta parte resuena mucho....

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Hugo /

    16/09/2019 6:59 PM

    Otro litigio estratégico, seguís con las mañas de la UNE: DESINFORMANDO

    ¡Ay no!

    5

    ¡Nítido!

      NERY /

      18/09/2019 11:18 AM

      quizá lo dice una persona que esta por parte del estado saber ni cuantas monedas recibís para criticar cada columna de nómada,
      te pregunto tenes alguna prueba que esta columna sea incierta
      , de lo contrario creo que todo lo que opinas son puras falacias.

      ¡Ay no!

      ¡Nítido!

    Apacito Soria /

    16/09/2019 5:12 PM

    Hay que pedir explicaciones a la PGN y que sean públicas. Que se responsabilicen de un justo resarcimiento a la familia. Desgraciados...

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Frydel Arriaga /

    16/09/2019 4:57 PM

    Porque no hay hay comentarios? Porque Guatemala es una apatica....

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

      Carla /

      18/09/2019 11:26 AM

      Porque si decimos lo que no quiere escuchar Nomada,no nos incluyen nuestros comentarios, por eso.

      ¡Ay no!

      1

      ¡Nítido!



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