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Mujeres en movimienta

Tuve un amor a primera vista con el movimiento estudiantil en julio del 2012, era una toma de la universidad porque la comisión transitoria, no llamaba a elecciones de AEU. Un grupo de estudiantes, de quienes nunca sabré sus nombres, tomaron la universidad. Yo tenía un mes de haberme mudado a la ciudad y todo en ella para mí era nuevo.

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Esta es una opinión

Foto: Mujeres en Movimienta

Como todo buen amor romántico hubo violencia, dolor, engaño y mucha codependencia, tuve una relación y accionar político en el movimiento estudiantil de la Usac durante casi 7 años. Dejé mi tiempo, energía y parte de mí vida en trabajar al servicio de los y las estudiantes. Fui electa en una asamblea estudiantil para ser candidata al CSU de la facultad de Arquitectura. Fui representante estudiantil ante el CSU del 2014 al 2016 y la primera mujer indígena en llegar a este cargo en mi facultad. Me tocò estar al frente de las movilizaciones contra la corrupción del 2015, fui parte de Usac es Pueblo, de la CEUG y apoyé en los múltiples procesos de democratización de  la AEU desde el 2012 y 2017.

Reconozco y nombro mi historia y los aporte que hice a esta institución como mujer indígena de este país, y como una minoría dentro de la misma pero me cuestiono la forma, la violencia y la normalización de la contrainsurgencia que tiene el movimiento estudiantil. La violencia machista y la competencia entre mujeres que este incentiva, cuanto tenemos que desaprender de estas prácticas que tienen mucho de la Colonia y el capitalismo en ellas. 

Me quede vacía durante un tiempo, sin esperanza y cansada de ser y estar, de luchar a partir del dolor, del sufrimiento, cansada de tener que gritar para ser escuchada, harta de tener que luchar desde la carencia como es costumbre y la norma en el movimiento social guatemalteco, Me tocó disputar respeto y acciones entre machos, mayoritariamente ladinos, clasistas y sobre todo racistas. 

Recuerdo aquella tarde de julio como si fuera ayer. Recuerdo que un estudiante se paró a dar un discurso, mismo que me impactó y dejó muda. Habló de la realidad nacional, de la importancia de la juventud en el cambio social del país, hizo un llamado a dejar la apatía y se fue. Yo estaba con mi mochila esperando entrar a clases, un grupo de amigos me dijo que si queríamos ir a una reunión para hablar de lo que estaba pasando. Y después de esto, ya no pude volver a ser la misma que un día fui.

Yo no sabía nada del movimiento estudiantil, más allá de los libros o de las  historias que mi mamá me había contado sobre Otto René y Oliverio o de cuando ella fue secretaria general de trabajo social en 1983. En la reunión con un grupo de extraños decidimos que era importante tomar acciones y fundamos un movimiento, también hablamos de invitar más gente y de lanzar un planilla para recuperar la AEU. 

Mi recorrido dentro de la organización estudiantil, me dejó muchos aprendizajes y sin duda es una escuela de vida. También me dejó  grandes amigos a quienes admiro profundamente, quienes me guiaron y aconsejaron de manera horizontal como Américo Cifuentes (+), Antonio Mobil, Gustavo Maldonado, Mynor Alonzo, Luis Ventura, Enrique Hernández y muchos otros más que hacen una lista interminable.  

Pero las redes de mujeres fueron muy pocas, Libertad y yo eramos casi las únicas en las reuniones de Usac Es Pueblo. Al menos en la CEUG, la articulación de universidades, hubo más mujeres como Daniela, Andrea, Gabriela, Ximena y el corazón se llenaba de a pocos. Pero al volver nos seguían haciendo falta más compañeras. Afortunadamente después se sumó a mi historia Julia, Daniela y  Lenina. 

Quizás por lo profundamente violento que es el movimiento estudiantil, es que muchas de las mujeres que estudian en la Usac le huyen, quizás por lo machista, patriarcal y clasista de sus prácticas cotidianas, me hice de la fama de terrible y temible dentro el movimiento. La mayoría de compañeros que tenía no querían trabajar conmigo, porque decían que era intratable y lo reconozco, era una maldita y violenta para trabajar con los compañeros, pues esa era la una única forma en que podría sobrevivir. No cambiaría nada de lo que viví o lo que hice porque el camino que me ha tocado caminar me trajo hasta aquí, a la reflexión y el cuestionamiento de mi accionar, a darme cuenta que hay cosas que no están y que no quiero continuar con este ciclo de violencia impuesta.

Ofrezco una disculpa a todas y todos a quienes sin querer o queriéndolo les dañé y lastimé en este círculo de la violencia dentro del movimiento, pues en él no se sabe construí de otra manera y estoy más que segura que si es posible luchar en él desde otro lugar. 

Casi 8 años han pasado ya desde ese julio del 2012, la AEU se democratizó, en su proceso de recuperación descubrí que iba a ser mucho más lento de lo que queríamos. Se hizo lo que se pudo, hice lo pude, pero dentro de mí no dejo de cuestionarme cuan marcada me ha dejado todo esto en mi vida y proceso personal.

Mujeres en Movimienta surge con la urgencia de encontrarnos como mujeres diversas en la Usac, surge desde la idea de Julia Silvestre de darle continuidad al trabajo comprometido que, aunque ya no somos estudiantes, seguimos haciendo dentro de la universidad.

Mujeres en Movimienta es para todas nosotras, es un abrazo colectivo entre las mujeres diversas que hubiéramos soñado con tener redes de apoyo y solidaridad de más mujeres dentro del movimiento estudiantil. Surge desde la necesidad de querer compartir algo que nosotras no tuvimos.

Esta movimienta feminista diversa es hermana del encuentro latinoamericano ELLA y ha sido acompañado y respaldado por mujeres de toda Latinoamérica, porque estamos juntas y en resistencia, sabemos que se va a caer, pero para eso tenemos que seguir luchando.

Esto va para todas las mujeres indígenas, lesbianas, trans, mestizas, y diversas que han caminado y recorrido el movimiento estudiantil de la Usac y que de alguna u otra manera tenemos historias y complicidades juntas sin siquiera conocernos. Por todas las que nos arrebataron, por todas las que ya partieron, por todas las que nos abrieron camino. 

Para todas todo.

Lucía Ixchíu
/

Soy una mujer indígena urbana, nacida en Totonicapán, me identifico como una mujer postguerra, creo en el arte como una forma de transformar la historia y el mundo, soy gestora cultural desde los 13 años, he trabajo por buscar la democratización de espacios estudiantiles, parte de la agrupación Usac Es Pueblo. Fundadora del espacio Festivales Solidarios donde trabajo desde la investigación y acompañamiento la prisión política.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Victor lopez /

    10/01/2020 1:59 PM

    Comenzó bien con su discurso... pero acabo metiendo: trans, homosexuales , lesbianas ... hizo una melcocha... nada tiene ver la raza con el homosexualismo , usted está equivocada como todas las feministas , viven fuera de la realidad .

    ¡Ay no!

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    ¡Nítido!

      Jhonatan velasquez /

      10/01/2020 8:41 PM

      Ella aboga a la diversidad de mujeres discriminadas tanto por su etnia como por su orientacion sexual, y al generalizar y sentenciar al movimiento feminista solo lo confirma.

      ¡Ay no!

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      ¡Nítido!

        Victor lopez /

        10/01/2020 9:44 PM

        Al sentenciar el movimiento , no lo confirma lo anula... para siempre ...

        ¡Ay no!

        ¡Nítido!



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