Votantes republicanos contra Trump

Si el escritor mexicano Amado Nervo viviera, seguramente no sería un simpatizante de Donald Trump.  El presidente estadounidense se ha caracterizado por su prepotencia, su intolerancia, su gran capacidad para dividir a la sociedad de esa nación, al mismo tiempo que se coloca siempre en una grada de superioridad para hablar maravillas de su administración y sus logros, al tiempo que menosprecia a migrantes, mujeres y grupos étnicos y actúa en total opacidad.

Menciono a Amado Nervo, porque escribió una frase que me parece oportuno citar.  Dice así: — La verdadera grandeza, no necesita la humillación del resto.  Trump está acostumbrado a menospreciar a todos, incluso a quienes lo rodean, algo que explica la razón por la que tantos de sus excolaboradores se han convertido en furibundos opositores a su reelección y destacan lo peligroso que sería que permaneciera cuatro años más en la Casa Blanca.

Durante la última semana se llevó a cabo la convención del Partido Republicano para ratificar la candidatura de Trump.  El presidente no perdió la oportunidad para mostrarse como un personaje de cuentos de súper héroes, como el único que puede rescatar a Estados Unidos de la situación en que se encuentra a causa de la pandemia, aunque –¡por supuesto!– no reconoce el mal manejo y confusión que él mismo ha creado en el combate del covid-19.  Ahora promete el resurgir de la economía y los puestos de empleo.

Pero hay un factor que hay que tomar en cuenta, porque no estuvo presente en las elecciones de 2016: hay muchos republicanos de pura cepa –es decir de convicción y tradición–, que están dispuestos a votar por el partido rival, con tal de lograr que Trump tenga que salir de la Casa Blanca.

Antes, ningún presidente de EEUU había provocado que se diera un movimiento de esta naturaleza en su propio partido.  Eso puede hacer reflexionar a muchos de sus ciegos seguidores, para que entiendan que lo que sale de la boca de quien puede ser considerado el hombre más poderoso del mundo, está muchas veces lleno de mentiras. 

Y el movimiento cobra fuerza.  Hay nombres muy conocidos y se ha creado un grupo –por ahora estimado en unas 300 mil personas–, que hacen campaña en redes sociales para convencer a más gente que no vote Trump el próximo 3 de noviembre.

La familia Bush y la fundación Ronald Reagan ya han manifestado su antipatía o falta de empatía con la campaña de Trump.  No está demás recordar que Reagan es uno de los íconos republicanos, y su fundación ha pedido públicamente a la campaña para la reelección, que deje de utilizar el nombre y rostro del expresidente.

El movimiento Votantes Republicanos contra Trump (RVTA, por sus siglas en inglés) ha recaudado millones de dólares para hacer una campaña bajo el lema, Yo votaría por un sándwich de atún antes que por Donald Trump. Entre los impulsadores de este grupo hay destacados republicanos que han sido estrategas del partido, o funcionarios connotados que han servido en este gobierno o en administraciones anteriores.

El año 2020 no le ha sido favorable a Trump.  La pandemia hizo que afloraran muchas de sus limitaciones como líder –ha sido errático en el manejo la crisis sanitaria–, mientras que las explosiones sociales que se han dado en los últimos meses por brutalidad policíaca contra ciudadanos negros, le han mostrado como un tipo insensible e inclinado a favorecer a los grupos que promueven el concepto de supremacía blanca.

En 2016, los republicanos presentaron un bloque sólido y unido contra Hillary Clinton.  Este año la situación es diferente.  Para terminar, dejo para el análisis las palabras del exgobernador republicano de Ohio, John Kasich, al dar su apoyo al demócrata Joe Biden: … Estoy orgulloso de mi herencia republicana, pero lo que he visto en estos cuatro años va en contra de esos principios.  Seguir en este camino tendría terribles consecuencias para el país (…)