Una doula acompaña a una mujer durante todo su proceso de gestación, parto y post-parto. Este es un rol que ancestralmente han cumplido las abuelas, madres y hermanas, pero que con el tiempo ha sido asumido por el sistema hospitalario. Una doula es quien –al oído– le dice a la mujer durante su parto “Vamos, tú puedes”.
Según Viana Maza, directora de la escuela de doulas Intuición Materna, “una doula te ayuda a encontrar lo que quieres para lograr lo que has decidido. Hay mujeres que quieren un parto natural, pero están con un médico que realiza el 95% de sus partos mediante cesáreas. Esa mujer tiene muy poca probabilidad de tener un parto natural como el que ella quiere. Entonces, el acompañamiento sería irla ayudando a darse cuenta de a qué lugares podría ir y de qué personas rodearse para conseguir lo que ella quiere. Es muy difícil tener un parto respetado y natural, mucho menos en un ambiente tan hospitalario. En el momento del parto, sólo la acompañamos. Tenemos un papel muy poco protagónico. La doula es una buena doula si logra ser invisible”.
Una doula hospitalaria acompaña a las mujeres únicamente durante el parto. Pero también tiene los mismos objetivos: velar porque se respeten las decisiones de la madre a la hora de parir, darle apoyo emocional y evitar la violencia obstétrica.
La violencia obstétrica es cuando no se respeta el proceso fisiológico y natural de un parto. Un ejemplo de ello es cuando la oxitocina se pone por goteo dentro del suero. Esto lo utilizan los médicos para apresurar el parto. El cuerpo segrega esta hormona cuando la necesita, no hay necesidad de darle más. Otro ejemplo son las cesáreas injustificadas.
“Muchos procedimientos los empezaron a usar para salvar vidas y luego se hicieron muy normales. Los procedimientos los hacían de emergencia. Ahora no se justifican, los hacen a conveniencia del doctor. Cualquier cosita que detectan que puede ser difícil ya la mandan a cesárea”, explica Gabriela Castillo, una de las doulas que atiende en la Maternidad Cantonal de la zona 13.
Guatemala es uno de los pocos países que se ha abierto a tener doulas hospitalarias. Ellas acompañan a las mujeres únicamente durante el momento del parto. La Maternidad Cantonal brinda atención al parto normal; además, dan control prenatal, planificación familiar y cuentan con un pediatra en la consulta externa para los primeros 30 días de nacido del bebé.
En octubre de 2014, Luis Monterroso –quien era el Ministro de Salud en ese entonces– cerró la maternidad y la convirtió en un centro de atención para pacientes con ébola, a pesar de que no se registraron casos reales de ébola en Guatemala. La maternidad reabrió el 13 de abril del 2015, las doulas se incorporaron en junio de ese mismo año y desde ese entonces han sido acompañantes para las mujeres que llegan a dar a luz al centro.
El movimiento de doulas en Guatemala ha ido creciendo y cobrando fuerza. Son quienes han empezado el diálogo acerca de la violencia obstétrica y quienes se están atreviendo a enfrentarse a toda la estructura hospitalaria que agrede a las mujeres. Ellas trabajan desde las perspectivas de género y desde la protección a las mujeres.
“Los cambios que queremos hacer los queremos hacer bajo otras plataformas que tienen que ver con conocimientos. Muchas de las intervenciones que pasan no tienen que ver con una mala intención, sino con todo un sistema o toda una estructura mucho mayor que no se circunscribe a un espacio, sino que responde a una estructura global. Le apostamos un poco a que con información y con capacitación podemos empezar a involucrar a la gente. Que exista un trabajo en equipo entre parteras y médicos. Mientras eso va sucediendo –pues no va a ser de la noche a la mañana–, las que seguimos aquí estamos dispuestas a ser un sostén para las mujeres que vienen acá”, comenta Viana.
Los médicos están entrenados y capacitados para atender patologías y el parto no es una patología. El parto es algo que sucede sin ellos, no hay necesidad de intervenirlo o apresurarlo. Ellos están para salvar vidas cuando se presentan complicaciones.
La Organización Mundial para la Salud (OMS) considera que la tasa de cesáreas justificadas debe estar entre el 10% y 15%. En una investigación que realizó Andrés Zepeda para Nómada, encontró que en los hospitales privados de Guatemala las cesáreas son hasta un 94% de los partos.
“Para un país con una mortalidad materna tan alta tenemos que jugar con estos sistemas. Comunicarnos entre todos: las doulas, las parteras y los médicos. Todos deberíamos de ser aliados”, agrega Viana.
Los servicios de la Maternidad Cantonal son gratis, porque el centro pertenece al Estado. Atienden un promedio de ocho partos al día. No son muchas las doulas que hacen este trabajo voluntario, así que sólo se dan abasto para una doula por turno. Por eso, no todas las mujeres que dan a luz son acompañadas por una doula, pero hay una gran diferencia entre las que sí están acompañadas y las que no.
Según la Dra. Patricia Gil Urízar, directora de la maternidad, “El trabajo que ellas realizan es positivo: la que es acompañada permanece más tranquila y confiada”.
La mayoría de mujeres que atienden en la maternidad son de escasos recursos y muchas de ellas son muy jóvenes. Varios partos que han acompañado son resultados de violaciones.
Una de las madres que estaba amamantando a su bebé ese día tiene 17 años. Hace 9 meses ella iba caminando a la escuela con su hermana y las asaltaron. A ella se la llevaron y la violaron. Ella llegó al centro para dar a luz sola.
“Fue demasiado bonito para mí, porque había un ángel a la par mía que me ayudó mucho. Ella estuvo conmigo y me ayudó mucho, me sentí muy apoyada. Lo que hizo esa persona conmigo creo que jamás lo voy a encontrar en otro lado, porque se portó muy buena gente conmigo. Me gustó toda la experiencia. Le agradezco por estar en este lugar, yo le dije a ella que Dios la mandó por algo”, dijo la joven madre cuando le pregunté acerca de su experiencia con su doula.
Patricia dice que ha observado que las doulas llegan a llenar un vacío y darles confianza a las madres que están solas: “Cuando ellas dan acompañamiento, los partos tienden a complicarse menos”.
El parto debería de tratarse como un acontecimiento sagrado y llevarse a cabo en un espacio respetuoso hacia el cuerpo de la mujer, pues es un momento empoderador para ella. Viana lo describe como “un momento muy importante en nuestra vida de mujeres”, incluso opina que puede ser sanador.
La sexualidad femenina también abarca el parto, la lactancia y la maternidad. Un parto puede ser liberador, pero cuando el proceso es violentado puede ser todo lo contrario y las mujeres pueden llegar a tener una depresión post-parto muy grave. La violencia obstétrica tiene consecuencias aún más graves en una mujer que ha sufrido abuso sexual.
Viana lo explica de esta manera: “Una mujer que ha sido violentada sexualmente en algún momento de su vida con mayor razón debe tener un proceso de parto sumamente respetuoso, para que ella no reviva y no traumarla aún más porque tiene que ver con lo mismo. Entonces, una mujer que ha pasado por una agresión sexual tiene que tener un espacio de parto que le permita reconectarse con su propia sexualidad y no revivir un trauma. Un parto violentado, bajo una estructura de violencia obstétrica, puede empeorarnos un panorama de una mujer que ha sufrido un abuso o una violación. El parto vivido como empoderador puede ser sanador desde su sexualidad femenina. Ahora, si a una mujer que ha sufrido un tipo de agresión le empiezas a dar órdenes sobre lo que tiene que hacer y lo que no, desconecta a cualquiera, hasta a una mujer que no ha sufrido una agresión. Te dan todas las órdenes sobre tu propio cuerpo y luego nace el bebé y se lo llevan, y no te lo pasan hasta una hora después. Están rompiendo la cadena natural”.
La violencia se ha colado en todos los rincones de nuestra vida como mujeres. Es necesario que dejemos de consentirla y normalizarla. Las doulas son esas cómplices que defienden los cuerpos de las mujeres. Ayudan a construir feminismo, empoderamiento y sanación femenina. Todas estas construcciones son una resistencia ante la sociedad patriarcal.
La sexualidad femenina es constantemente atacada porque al patriarcado le resulta intimidante. Si queremos equidad, es muy importante (y hasta cierto punto simbólico) comenzar por el parto.
JUAN FRANCISCO /
Solo en Guatemala pasa esto y obvio la señora que escribe a saber cuál es su intensión. El Colegio de Enfermeras de Costa Rica alertó a la población por el RIESGO tanto para la Madre como al No nacido que conlleva ser asistido por una doulas (gente sin título, sin certificado, sin nada) ahhh pero la que escribe está a favor del asesinato legal de no nacidos (aborto) y promulga un aborto "seguro" con estándares de calidad, personal profesional certificado.....es bla bla bla y los que se la quieran creer pues delen mucha.
Susana /
Qué ignorante, las doulas no atienden partos.
Marlon /
Bueno, al Cesar lo que es del Cesar.
Muy buen artículo Daniela! Observo un cambio bastante distinto en la forma de enfocar la nota. Felicitaciones.
Respecto al tema, lo desconocía, y que bueno que hayan este tipo de personas que asistan a las mujeres que están a punto de dar a la luz.
Por otro lado, considero que se debe hacer conciencia a los centros privados ya que para ellos TODO parto es cesárea.
Beatriz /
Excelente trabajo el de las doulas.
Canche /
Mire esto
MoLa /
Me encanta que hay esta opcion en Guatemala, sigan adelante! Las mujeres necesitamos este apoyo a la hora del parto, no todas lo entendemos hasta que lo vivimos, tenemos derecho a que nos respeten nuestras decisiones y nuestro cuerpo a la hora de parir, nos han metido tanto miedo que nos han hecho creer que para tener hijos tiene que ser doloroso, en un hospital y que nos saquen al bebe a la hora y conveniencia del doctor o que nuestro hijo esta sufiendo adentro y que es hora de sacarlo. Existen complicaciones y para eso estoy de acuerdo que se hagan cesareas pero solo por el miedo que la madre tiene o falta de informacion o conveniencia del doctor no se justifica que le hagan cesarea, hay que empoderarnos como mujeres y apoyarnos mas en estos tiempos de tanto caos para que las nuevas generaciones tengan el espacio para vivir grandes cambios y mejorar nuestra sociedad. Es muy importante como venimos al mundo y las vivencias que la madre tiene en el embarazo y parto es algo que a las madres e hijos nos marca por el resto de nuestras vidas, todo este proceso es tan sagrado que debe ser tratado con toda la humildad y todo el amor posible.
Martha Eunuce /
Excelente artículo. Lectura obligatoria para todas las mujeres.
eleazar /
Que importante es conocer acerca de lo que hacen las doulas, jamás hubiera imaginado ese tipo de violencia. Gracias por un buen articulo!
Majo /
"La sexualidad femenina es constantemente atacada porque al patriarcado le resulta intimidante. Si queremos equidad, es muy importante (y hasta cierto punto simbólico) comenzar por el parto." Totalmente de acuerdo.
alfonso villacorta /
es de felicitar a las doulas, las mentes que se las ingenieron para hacerlas realidad en guatemala y a la redaccion de nomada que al fin da una con este tipo de articulos.
es increible que el papel de la doulas ha sido muy popular en paises desarrollados y aqui puede ser mejor opcion de sanatorios, porque ellas resultan haciendo clinicas sin paredes