Era 2003 y Caracas estaba que ardía. Yo era uno de la decena de corresponsales extranjeros que cubrían los acontecimientos y pasaba los días metido entre los manifestantes, cubriendo sus puntos de vista y cubriendo también el discurso del gobierno chavista sobre la huelga de los petroleros contra el gobierno.
Un año antes había fracasado la intentona de golpe contra Chávez y cuando era reportero de CNN, fui el primero en informar que Chávez había sido liberado y que había regresado al Palacio de Miraflores.
La oposición me odiaba. Pensaba que al transmitir la información, era cómplice y responsable del fracaso del intento por sacar a Chávez del poder por la fuerza.
El sábado pasado estuve de nuevo en un manifestación. Esta vez, entre los cientos de ciudadanos que se juntaron frente al edificio del Congreso de la República de Guatemala para exigir que no sólo se aceptara la renuncia de Roxana Baldetti sino que además se le procesara por su supuesta participación en actividades ilícitas.
Esta vez no estaba cubriendo. Fui uno más entre los manifestantes cuando los estudiantes de la USAC y de la Landívar comenzaron a entonar el himno nacional, y la mía fue una de las voces que se unieron en ese canto.
Esta vez yo participaba en una protesta como manifestante y no como observador que intenta ser imparcial desde la tribuna del periodista. Primera vez que no tenía que cuidarme de las opiniones o acciones de los manifestantes porque yo era uno de ellos. Y entendí en ese momento algo que no había logrado captar en las cientas de manifestaciones que he cubierto alrededor del mundo, porque esta vez mi vivencia fue otra.
Sentí desde adentro lo que significa librar una lucha personal por algo tan elemental como la dignidad y la justicia. A tal grado que se me enchinó la piel y me saltaron las lágrimas. Una cosa es cubrir esas luchas desde fuera, otra es apoyar a quien las libra como uno más de ellos, porque los problemas que protestan son mis problemas también.
La manifestación del sábado fue mucho más que una simple expresión de descontento popular. Los guatemaltecos nos hemos dado cuenta que hemos estado más despiertos que lo que creíamos y que sí tenemos la capacidad de lograr cambios importantes en la relación entre gobernantes y gobernados si nos apropiamos de ese poder que tenemos como ciudadanía.
En aquella manifestación en Caracas en el 2003, cuando se me acusaba a gritos de ser parcial a favor Chávez, viví de primera mano lo que hace la pasión que viene de la necesidad urgente de luchar por defender lo propio en las calles. Lo viví como testigo pasivo porque al final de día, no era mi pleito.
Ahora, quince años después, al estar de nuevo metido entre la gente en las calles, no puedo decir lo mismo en Guatemala. Porque lo que pasa acá, y lo que planteamos los manifestantes, sí me afecta directamente. Me afecta a mí, a mi familia, a mi país.
ANONIMO /
Por eso el dicho que dice: que uno jamás debe decir "de esta agua jamás e de beber" en Guatemala aún no estamos como en Venezuela. Todavía estamos a tiempo de poder tener libertad de manifestar de evitar que se nos quiten nuestros derechos de libre expresión...como este, pero por cuanto tiempo más??? Por eso estas elecciones son tan importantes para nuetro pais OJO Guatemala, y muchos de nuestros amigos de Venezuela nos han contado en miles de ocasiones que los responsables de la situación de su pais 1. fueron ellos los ciudadanos por su INDIFERENCIA 2. EL CONGRESO, por venderse, por ser malos venezolanos....
Cristián Guerra /
Yo te vi Harris, que bien tenerte entre nosotros, vos que sos famoso, una cara conocida y con credibilidad, apoya a tu pueblo en esta hora. Sabemos muchos que esto no se trata de "izquierdas contra derechas" ni "viejos contra jovenes" sino del fin de la democracia de 1986. Pero es el inicio de otra, con una ciudadanía mas activa.
Saludos.
Diego Carrillo /
Ok, me parece. Podria asistir a uno de estos reclamos sociales, ahora que ando con mas tiempo dispobible, (como observador). Solo les pido que lo publiquen en algun medio ya que no soy parte de ninguna red social.
Anónimo /
Este próximo sábado 16 debemos nuevamente manifestarnos, expresarnos, unir nuestas voces, nuestro reclamo y demostrar que el cambio lo buscaremos con unidad y fuerza. Vamos a continuar luchando, desde la familia, los círculos de trabajo y de amistades, los gremios, cualquier espacio covirtamoslo en una oportunidad para fortalecer la unidad y clarificar aun más nuestras demandas: reformas legales, transformación institucional y transparencia y rendicion de cuentas.
ANONIMO /
Guatemala esta unida! que dicha sentir estas ganas de cambio al leer este texto y ver a mis compatriotas