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Preferí bailar con el diablo a oír a los publicistas

La ciudad comenzó a llenarse de mupis anunciando el Festival de Antigua, organizado por la Unión Guatemalteca de Agencias de Publicidad -UGAP. Personajes de la talla de Johnny Cupcakes (nombrado America’s #1 entrepreneur por BusinessWeek), Eduardo Salles (creador de cinismoilustrado.com y colaborador de revistas como Letras Libres, Orsai, Picnic y Rolling Stone) o Joakim Borgström (director creativo de BBH London, ganador de más de 140 premios en los últimos 15 años) eran la principal atracción de un evento que, desde hace algunos años, reúne a la crema y nata del gremio publicitario regional.

Cotidianidad Festival de Antigua Johnny Cupcakes Lach Hall Martín Mercado Opinión P369 UGAP
Esta es una opinión

Foto: Omar Bárcena

Yo no soy ni la crema ni la nata del medio publicitario, más bien soy una disidente que en un arranque de conciencia, renunció a un nada despreciable empleo, para perseguir el sueño de una vida más comprometida consigo misma.  En fin, este año quería ir al festival atraída por el line-up de conferencistas y porque después de siete años de ausencia, me parecía un interesante ejercicio de masoquismo.

El viernes 21 de agosto, con pasaporte festivalero en mano, me dirigí hacia La Antigua Guatemala para sumergirme de nuevo en las turbias aguas de la publicidad, no sin antes encomendarme a Satanás, santo patrono de los publicistas.  Mientras el busito serpenteaba en el camino al Cerro Santo Domingo, recordaba la primera vez que asistí a los Premios Jade, tenía 22 años y una de mis piezas de radio estaba nominada a mejor jingle: un anuncio del código 140 de AT&T para llamadas internacionales.

En ese entonces, el festival no era un festival, tampoco era regional, sencillamente se hacía una exposición de las piezas inscritas en un salón del antiguo Hotel El Dorado, culminando con una fiesta de premiación a la que asistía la fauna local.  Por cierto, esa noche salí de allí con premio Jade en mano.

Llegamos a la cima del cerro y a partir de allí, supe que estaba ingresando a la nueva era publicitaria: brazaletes con código de barras, personajes de todas las latitudes del continente hablando español en distintos acentos, sofisticadas estancias con sofás blancos y tragos azules, hipsters tatuadísimos fumando cigarrillos de clavo, stands de café gratis donde te llaman por tu nombre de pila, edecanes de un metro ochenta (en mi época medían 1.65), difusión en tiempo real en redes sociales, etcétera.  Me sentí pequeñita en medio de esta colosal demostración de vanguardismo.

Algunas conferencias más entretenidas que otras. Paradójicamente, las que me parecieron más estimulantes fueron las que menos gustaron al público en general, que prefirió aplaudir ideas ya exploradas como el nacionalismo reinventado de Martín Mercado: che, un argentino hablando de la argentinidad sí es algo nuevo, mirá vos.  Por su lado, Johnny Cupcakes no logró capturar mi interés, tal vez porque el positivismo extremo me produce alergia y al servicio del capitalismo me produce arcadas. Al que terminé respetando, fue a Lach Hall, director de estrategia de Betaworks, quien es un genio del engagement, término que se utiliza para explicar el grado de involucramiento que la gente tiene con una marca.

Por mi parte, la cuota de involucramiento con la publicidad estaba llena, así que me retiré a beber mezcal, huyendo del bullicio del festival.  Aproximadamente seis o siete mezcales después, me di cuenta que estaba sosteniendo una conversación sobre el arte de bailar con el diablo y la importancia de saber renunciar con Eduardo Salles y Lach Hall, quienes en la tenue luz del bar brillaban más que en la tarima.

Claudia Armas
/

Camaleón, migrando colores desde la publicidad hasta a la música. Bruja de marcas, estratega punk. Salgo de noche. Viva el mezcal.


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COMENTARIOS

RESPUESTAS

    Preferí bailar con el diablo a oír a los publicistas | Ethical Brands /

    21/09/2015 9:44 AM

    […] Texto publicado originalmente en Nómada. […]

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Ernesto Palma /

    04/09/2015 9:14 AM

    Anécdota impecable, ligera, directa divertida, no falta de crítica y sarcasmo. Festival de creadores de publicidad o propaganda, aún los que creemos que sabemos discernir caemos atrapados en las redes del consumismo. Fascinante artículo, voy a comprar mezcal y comerme el gusano.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Peter Lim /

    03/09/2015 8:47 AM

    "...hipsters tatuadísimos fumando cigarrillos de clavo"! O sea pues, YO SOY más hipster aún que tomo MEZCAL!

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Pilar /

    03/09/2015 12:23 AM

    Eres GENIAL con mayúsculas. Lo lamentable de la nueva publicidad es haberse perdido a esta mujer inteligente, culta, y divertida. Y que además posees un gran sentido del negocio, y experiencia. Dices que te siente pequeña en medio de todo eso, y la verdad es que tu eres grande en medio de tantos enanos. Me alegro de que sigas bailando con el diablo. A ver cuando nos echamos uno juntas. ¡Besos tía grande! Pilar Pérez

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Rafael Diaz /

    02/09/2015 10:26 PM

    Los publicistas de este pais tienen buenas ideas que inclusive se exportan, pero tienen del gran defecto de la dependencia cultural: copian mucho principalmente del primer mundo, adoptan modelos externos que se expresan en que todos los humanos que salen en la publicidad son blancos, de ojos azules o verdes, altos y si se trata de familias son inmensamente felices (las buenas conciencias), la mayor parte de la publicidad va dirigida a la clase media y media alta, dejando a un lado la publicicidad para las clases trabajadoras, excepto pocos casos como Banrural que se dirige a campesinos y otras capas populares pero es superficial y unicamente llamando al lucro. Los publiciistas locales deberian darse una vuelta por paises como Indonesia, India, Malasia, Iran, etc; en los que lo propio esta por encima de los modelos occidentales.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    Silvia Santis /

    02/09/2015 9:55 PM

    Eso se volvio festival cuando la premiacion fue en un 90% desierta. Me acuerdo "mejor tal y tal", desierto y desierto y mas desierto. De ahi que tuvieran que poner los premios como nota al pie. Seguro todo sigue siendo desierto. No entiendo esa industria de egos que estan al servicio de la mediocridad, ojala estuvieran al servicio del capitalismo. Yo tambien sali asqueada de ese medio, y considero a la profesion en si sumamente interesante, manoseada por la corrupcion de los dueños, los medios, los proveedores y el modelo de negocio del siglo pasado. Un flamante gerente de McCann en mi epoca me dijo, los clientes no se consiguen con estrategia creativa, se consiguen llevandolos donde las putad.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    carrillorodas@icloud.com
    Diego Carrillo /
    02/09/2015 9:14 PM

    Claudia el mezcal en alcohol es un desperdicio a las bondades que te puede dar la mezcalina como droga. Yo no entiendo porque la gente insiste con el alcohol, si las plantas que la madre nos dio tienen todo el poder de nuestra madre tierra.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!

    blue /

    02/09/2015 4:22 PM

    Gracias Claudia en medio de la sobre saturación y del jubilo ciudadano que bien cae esta entrada, no mido 1.80 pero si necesita compañia para unos mezcales avise.

    ¡Ay no!

    ¡Nítido!



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