Uno sale de su casa y se encuentra con amigos, no sale y se encuentra con quien interactuar en las redes sociales o sale y, si tiene esa capacidad asombrosa, se pone a platicar con quien encuentre en cualquier cola del banco. Uno se queja, cuenta historias, comparte sus anhelos, lleva a cabo ese viejo ritual que nos hace humanos, transformar en palabras a los eventos e ideas que forman parte de la vida.
Desde que los humanos empezaron a tener lenguaje inventaron leyendas que fueron compartiendo de boca en boca, uno de los elementos más antiguos en esos mitos y leyendas es “El viaje del héroe”; es uno de los temas comunes en la humanidad que Carl Jung denominó arquetipos. Su estructura básica es el relato de cómo una persona se pone en marcha para dar cumplimiento a una gran tarea, a una hazaña que lo convertirá en héroe. El protagonista debe superar problemas, sufrir derrotas, aprender algo y después cumplir su objetivo.
Emma Coats, artista y dibujante que ha trabajado en varias producciones de Pixar, compartió en su blog “Story Shorts” una lista de 22 elementos básicos de las historias de esta compañía de películas animadas. En el número 4 habla de la estructura que le da forma a sus historias, la resume en 6 oraciones que describen el viaje del héroe: 1. Había una vez… 2. Cada día… 3. Un día… 4. Por eso… 5. Por eso… 6. Hasta que finalmente…
Por ejemplo, había una vez un pez llamado Marlyn que sobreprotegía a su hijo Nemo. Cada día llevaba al pequeño pez a la escuela, con muchos cuidados. Un día Nemo desobedeció a su padre y nadó hacia al peligro. Por eso fue capturado y llevado a una ciudad lejana. Por eso Marlyn emprendió un viaje por el mar para rescatarlo. Hasta que finalmente lo recuperó y aprendió a tener confianza en sí mismo y en su hijo.
Matthew Winkler en el video titulado “What makes a hero?” explica los diferentes momentos que componen el viaje del héroe y cómo diferentes personajes de las películas comparten esos momentos. Al final del video, Winkler nos hace ver que todos emprendemos viajes, todos afrontamos dificultades, aprendemos de nuestras experiencias y podemos convertirnos en héroes.
En un país como el nuestro estos viajes pueden ser poco afortunados. Nuestras historias no siempre tienen final feliz. Había una vez una estudiante. Cada día viajaba en bus urbano a la universidad. Un día asaltaron el bus y le robaron el dinero y el teléfono. Por eso empezó a tener miedo de viajar en bus. Por eso se guardaba el dinero entre el brasier. Hasta que asaltaron de nuevo el bus y la manosearon en busca del dinero. Quizás el final podría ser distinto, podríamos decir hasta que empezó a trabajar, se metió a un préstamo para comprar un carro y dejó de andar en bus.
Las posibilidades son infinitas, aunque en este país vivimos con ciertas constantes que nos llevan a pensar en finales llenos de incertidumbre y desesperanza, finales en los que debemos sentirnos felices solo por la oportunidad de sobrevivir un día más.
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